Las investigaciones científicas que entregaron datos concretos sobre retrasar el envejecimiento y lograr vivir más
En un mundo donde la expectativa de vida ha alcanzado máximos históricos, la pregunta sobre cómo vivir esos años adicionales con calidad se ha convertido en una preocupación central para muchos.
Si bien es cierto que la longevidad ha aumentado, esto también ha traído consigo el desafío de enfrentar más años potencialmente plagados de enfermedades y limitaciones.
El avance hacia una vejez saludable y plena no solo implica extender nuestra esperanza de vida, sino también mejorar nuestro «periodo de salud», es decir, aquellos años que vivimos libres de enfermedades debilitantes que obstaculizan nuestra capacidad para disfrutar de la vida cotidiana.
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Un vistazo al periodo de salud: Claves para una vejez más sana
Según un artículo publicado en National Geographic, el concepto de «periodo de salud» ha cambiado desde su primera mención hace más de 30 años. Originalmente definido como los años vividos sin enfermedades, su interpretación se ha ampliado para enfocarse en una vida libre de limitaciones graves.
La distinción entre vivir más tiempo y vivir bien se ha vuelto cada vez más clara. Hay científicos, como Sharon Inouye de la Facultad de Medicina de Harvard (Estados Unidos), que subrayan la importancia de diferenciar entre condiciones manejables (como la hipertensión controlada) y aquellas que pueden mermar severamente la calidad de vida (como el ictus o la demencia).
La investigación en este campo busca no solo entender el envejecimiento, sino también identificar aquellos genes que contribuyen a una vida más larga y saludable.
Conocer y gestionar nuestro propio estado de salud es fundamental para un envejecimiento exitoso. (Foto: Archivo)
Nir Barzilai, de la Facultad de Medicina Albert Einstein (Estados Unidos), destaca los beneficios de estudiar a individuos centenarios, quienes parecen vivir largas vidas con muy breves períodos de enfermedad.
La clave podría estar en los genes que regulan aspectos como el colesterol «bueno», y la ciencia actual se enfoca en cómo emular estos efectos genéticos a través de intervenciones nutricionales, ejercicio y la mejora de nuestras interacciones sociales.
«No solo viven más, sino que viven mucho más sanos: contraen enfermedades 50 años después que sus amigos y 30 años después que los amigos de sus hijos», indica el investigador.
Estrategias personales frente a la longevidad: Más allá de la genética
No todos los investigadores siguen el mismo manual de estilo de vida. Figuras como Barzilai adoptan enfoques que incluyen desde el ejercicio y el ayuno intermitente hasta la metformina, un medicamento para la diabetes que, según algunos, podría mitigar los efectos del envejecimiento.
El equilibrio emocional y la reducción del estrés juegan un papel crucial en la salud a largo plazo. (Foto: Archivo)
Otros, como gerocientífico Matt Kaeberlein, experimentan con medicamentos no aprobados específicamente para el envejecimiento, como la rapamicina, por su potencial para mejorar la resistencia al estrés celular y posiblemente revertir el deterioro cognitivo en animales.
Sin embargo, más allá de los enfoques farmacológicos, un conocimiento profundo de nuestro propio estado de salud a través de exámenes médicos regulares puede ofrecer una guía valiosa para tratamientos tempranos y personalizadas.
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Además, el mantenimiento de una vida social activa y la práctica de actividades como la meditación y la atención plena son recomendados como componentes esenciales para un envejecimiento saludable.
Los consejos de estilo de vida para vivir más y mejor
Los expertos coinciden en que la prevención es clave para disfrutar de un periodo de salud prolongado. Acá te dejamos algunos consejos para incorporar a tu vida diaria:
La conexión social es un pilar clave para una buena salud mental en la vejez. (Foto: Archivo)
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Alimentación equilibrada: Priorizá una dieta rica en frutas, verduras y baja en carbohidratos. Considerá enfoques alimenticios como la dieta mediterránea, rica en cereales integrales, frutas, verduras y grasas saludables.
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Mantenete mentalmente activo: Desafiá tu cerebro regularmente con juegos mentales, aprendizaje continuo o nuevas aficiones.
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Compromiso social: Participá en actividades. Unite a clubes o grupos de interés, y mantené un círculo social activo.
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Ejercicio regular: Incluí tanto ejercicio aeróbico como de fuerza en tu rutina. La actividad física regular es fundamental para mantener la salud física y mental.
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Evitá el tabaco y limitá el alcohol: Estos hábitos pueden tener un impacto negativo en tu salud a largo plazo.
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Dormí bien: Un sueño reparador es crucial para la salud mental y física. Asegurate de mantener buenos hábitos de sueño.
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Atención plena y meditación: La práctica regular puede mejorar el bienestar emocional y reducir el estrés.
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Consulta médica regular: Realizá chequeos periódicos y consultá a tu médico sobre medidas preventivas y de estilo de vida adecuadas para vos.
Incorporar estos consejos a tu vida no solo puede ayudarte a vivir más años, sino a asegurar que esos años sean vividos con la mayor calidad posible. Cada descubrimiento científico nos acerca un poco más a entender cómo vivir una vida larga y saludable.
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