La secretaria de Energía lanzó el pronóstico que todos esperaban y le puso fecha
En el marco del Seminario de Infraestructura Regional «¿Qué Argentina queremos ser?», funcionarios oficiales resaltaron la oportunidad que tiene el país de convertirse en un actor destacado a nivel internacional en el sector energético, al tiempo que afirmaron que el próximo año se logrará poner fin al déficit energético del país.
El evento, organizado por el Ministerio de Obras Públicas bajo la dirección de Gabriel Katopodis, reunió a expertos para debatir sobre los pilares fundamentales para desarrollar una infraestructura federal, sostenible e inclusiva. Entre los temas abordados se destacaron la consecución de una matriz energética soberana y sostenible, el impulso al desarrollo de infraestructuras que permitan el aprovechamiento sustentable de los recursos, y la diversificación de la matriz energética nacional y las exportaciones.
Durante el panel, la secretaria de Energía, Flavia Royon, destacó que Argentina cuenta con todos los recursos necesarios para avanzar y que la infraestructura juega un papel clave en la consecución de los objetivos. Además, resaltó la importancia de establecer un modelo propio de transición energética, mencionando específicamente el gasoducto Néstor Kirchner como una obra en tiempo récord financiada con recursos del Tesoro, que forma parte de una red de gasoductos para diversificar la matriz energética a través del gas.
En relación a Vaca Muerta, Royon enfatizó que este yacimiento permitirá un salto productivo significativo, generando un ahorro de aproximadamente 2000 millones de dólares este año y logrando un autoabastecimiento del 95% para 2024/2025. Además, mencionó que el gas de Vaca Muerta llegará al norte del país, reemplazando la dependencia de Bolivia. Asimismo, se anunció la licitación de la segunda etapa del gasoducto Néstor Kirchner y la próxima compra de Gas Natural Licuado (GNL). Con estas medidas, se espera que el próximo año la balanza energética deje de ser deficitaria.
La funcionaria subrayó que la red de gasoductos permitirá sustituir importaciones con producción argentina, generar empleo y promover el desarrollo de diversas industrias. Además, posibilitará asegurar el abastecimiento del mercado interno hasta 2028 y realizar exportaciones de gas al mundo. Según Royon, Argentina debe aprovechar estos recursos y garantizar la transición energética.
En relación al gasoducto del Norte, se estima que requerirá una inversión de aproximadamente 700 millones de dólares, financiados en parte por 540 millones de la Corporación Andina de Fomento (CAF), así como fondos propios y de otros actores. El plazo de construcción se estima entre 12 y 18 meses, aunque existe la posibilidad de acortar estos plazos. En este sentido, la transición energética representa una gran oportunidad para Argentina, ya que se demandarán minerales como el litio y el país cuenta con los mejores lugares del mundo para la energía solar.
Royon también se refirió a otros aspectos de la matriz energética argentina, destacando las inversiones privadas de más de 1000 millones de dólares en infraestructura de crudo, que permitirán equilibrar la balanza energética para 2024 y generar un superávit de 12 000 millones de dólares para 2026. Además, se mencionaron las obras en transporte eléctrico de alta tensión, financiadas internacionalmente. «En este sentido, Argentina cuenta con todos los recursos necesarios en materia energética para avanzar, potenciando el gas y desarrollando el transporte de alta tensión mediante la incorporación de aproximadamente 12 000 kilómetros de líneas y un aumento del 40% en la capacidad», dijo.
Por su parte, Mercedes Marcó del Pont, secretaria de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la Nación, destacó que la transición energética surge de los compromisos asumidos por los países para alcanzar emisiones netas cero de carbono para 2050. Esta transición implica la adopción de una nueva matriz energética global, basada en fuentes renovables, nucleares o fósiles con captura y almacenamiento de carbono. Según Marcó del Pont, se trata de un esfuerzo de inversión masivo que requiere recursos naturales críticos, los cuales Argentina posee y son estratégicos.
En este sentido, Argentina cuenta con recursos naturales, tecnológicos e industriales para desarrollar esta transición energética. Sin embargo, la accesibilidad a dichos recursos puede convertirse en un desafío en el futuro. Por ejemplo, se espera que la demanda de litio se multiplique por 42 hacia 2040, y Argentina, junto con Chile y Bolivia, posee más del 50% de las reservas mundiales de litio. Además del litio, se mencionaron oportunidades en la producción de baterías, hidrógeno verde y azul, así como la energía nuclear. Marcó del Pont enfatizó la importancia de participar en los avances tecnológicos y destacó el interés de diversos sectores en invertir en energías, que requieren una maduración prolongada. En este sentido, mencionó la necesidad de un proyecto de país y la importancia de un Estado que oriente, articule y establezca prioridades, y que difiere de la agenda neoliberal.
En cuanto a la energía hidroeléctrica, Fernando Zárate, subsecretario de Planificación y Gestión Operativa de Proyectos Hídricos del Ministerio de Obras Públicas, explicó que es necesario gestionar el agua tanto para el consumo humano como para la generación de energía eléctrica a través de los aprovechamientos hidroeléctricos. En comparación con otros países, Argentina ha instalado en los últimos 20 años una cantidad significativa de energía térmica pero muy poca energía hidroeléctrica, lo que ha llevado a una matriz más dependiente de recursos no renovables y más contaminante.
Por lo tanto, Zárate considera que Argentina debe recuperar su papel en las hidroenergías, ya que esta tendencia es seguida por el resto del mundo. En este sentido, se anunció que el Estado recuperará este año la energía producida en el río Limay, lo que podría generar 580 millones de dólares anuales. Hacia 2035, se espera generar 22 000 gigavatios adicionales por año completando las obras existentes y emprendiendo nuevos proyectos sin recurrir a financiamiento externo, sino utilizando los recursos generados por las propias centrales. Esto permitirá la creación de 8 500 empleos directos para 2029, así como un número significativamente mayor de empleos indirectos.
En este contexto, Daniel Perczyk, gerente General del Complejo Hidroeléctrico Salto Grande, resaltó la importancia de los proyectos hidroeléctricos en Argentina. Mencionó que el sistema de hidroenergía argentino se inició en Salto Grande, junto con El Chocón y Yacyretá, y que el primer aprovechamiento hidroeléctrico en América Latina se llevó a cabo en Argentina en el dique San Roque.
Además, Perczyk mencionó la posibilidad de ampliar la capacidad hidroeléctrica en Cuyo, el Comahue y en proyectos binacionales, así como en lugares con capacidad de bombeo. Destacó que Salto Grande compensa la mitad de las fluctuaciones de energía del sistema nacional y, dado que tiene 45 años de vida útil, se busca extender su vida útil y mejorar su posición frente a los riesgos. Para lograrlo, se requerirá una inversión de aproximadamente 1 000 millones de dólares para renovar turbinas y otros aspectos de infraestructura.
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