El Cronista @cronistacom: Julio Cordero, secretario de Trabajo de Milei: «Los gremios deberían ser libertarios»

Julio Cordero, secretario de Trabajo de Milei: «Los gremios deberían ser libertarios»

Al piso 13 de la Secretaría de Trabajo solo se accede por escalera. El ascensor está bloqueado. Hay tomárselo hasta el 12, seguir a pie y esperar que el guardia de seguridad destrabe la puerta del siguiente nivel desde adentro. En contraste con esas medidas de pretorianas, el titular del área, Julio Cordero, se muestra cordial y predispuesto para una extensa entrevista con El Cronista.

A Cordero le toca ocupar una de las sillas más calientes de la gestión, entre el tironeo de los gremios y el sector empresarial del cual proviene, con su extensa trayectoria en Techint donde le tocó sentarse a negociar con algunos de los interlocutores más duros de la CGT que hoy se acercan a sus oficinas en la sede Alem del viejo ministerio. En los rótulos que identifican al edificio, incluso en la puerta del despacho, aún sobrevive aquella histórica denominación previa a su absorción en el organigrama de Capital Humano.

«Para mí el trabajo no es una mercancía, tiene por lo menos cinco dimensiones: el beneficio de quien lo contrata, la remuneración por lo hecho, el beneficio social, la realización personal y el ordenamiento de la sociedad», predica el funcionario. Cita a la Madre Teresa para definir el trabajo como un servicio y un derecho. «Siempre se habla de los riesgos psicosociales de cada trabajo pero no se habla de los riesgos psicosociales de no tenerlo», advierte.

«Lo concibo como un derecho de la persona que elige libremente trabajar y las circunstancias sociales tienen que permitirle el ejercicio real de ese derecho. Si hago que el trabajo sea riesgoso; la contratación,  litigiosa y la gente gana más plata haciendo juicio que trabajando, estoy verdaderamente desalentando el trabajo», fundamenta Cordero. Es el núcleo de las reforma laborales que se impulsan desde el DNU 70/2023 -suspendido por la Justicia-, la Ley Bases y lo que vendrá. 

Poco antes de la reunión con este medio, el secretario de Trabajo pasó por YPF donde la empresa tomará a 500 de los poco más de un millón de beneficiarios del programa Volver al Trabajo (VAT) -exPotenciar Trabajo- para capacitarlos. Acorde a un relevamiento que difundieron desde Capital Humano, 600 mil de ellos se inscribieron con voluntad de adquirir formación y reinsertarse en el sistema laboral. En Trabajo lo describen como «un cambio cultural».

«El ámbito internacional ya marcó cuáles son los límites de las jornadas, hay muchas cosas que ya se debatieron y el que quiere trabajar tiene que tener el derecho real de hacerlo. Esa es la cultura: para nosotros cuando decís el trabajo dignifica queremos que realmente no sea una declamación, sino que sea volver al trabajo. Y siendo un estado libertario, lo tenemos que generar en la actividad privada porque nosotros creemos que es la más rica para la formación social y la que mayor libertad permite. Si está todo digitado desde el Estado, eso genera estas distorsiones», señala Cordero

-¿Toman como base el modelo de algún otro país o gobierno para el VAT?

-No, al que tomo como modelo es a Javier Milei con su política completamente novedosa e histórica, única en el mundo en cuanto al desarrollo del paradigma libertario. Porque cuando vos te atenés a la definición -«el respeto irrestricto del proyecto de vida del otro»- no rescatas la libertad para vos mismo, sino para el otro.

-Los gremios funcionan sobre la base de una representación solidaria, ¿se imagina un gremio libertario?

-Sí, sí, te digo más, no sé si puede faltar mucho para que se desarrolle porque al final es el gremio el que defiende los intereses del trabajador, que le propone cosas que están hechas para el beneficio. Los gremios deberían ser libertarios si uno se pone a pensar. Porque en definitiva yo te propongo a vos la defensa de tus intereses en un diálogo social y la defensa de tus intereses son de acuerdo a lo que vos me pedís que yo haga para vos. Me lo súper imagino esta filosofía libertaria en los gremios, creo que sería casi algo natural.

-El economista Ramiro Castiñeira, del Consejo de Asesores del Presidente, dice que por primera vez se está debatiendo un modelo, ¿lo ve de esa manera?

– Sí, estoy completamente de acuerdo. Y esto es lo que a la gente le parece fascinante. Javier Milei propone un nuevo modelo que es único en el mundo donde plantea que el Estado la embroma en todos los lugares a donde se mete. Entonces, el Estado tiene que existir pero dejándole la potestad al particular.

-¿Piensa que es simétrica la relación entre un empleador y un empleado como para prescindir del Estado en la regulación del vínculo laboral?

-Por supuesto que entre el trabajador individual y el empleador no lo es, hay mucho escrito sobre esto, pero desde la representación gremial y el empleador, te aseguro que, como están dadas las cosas en la Argentina, no solo es simétrica, sino que me parece que se inclina para el lado gremial. Digo, hemos visto que la fuerza que tienen los gremios en la Argentina muchas veces transforman a los dueños de las firmas en simples administradores. Funciono mientras el gremio me lo permita, porque si quiere, me la vuelca. Entonces, esta es la parte que hay que equilibrar. Para que haya un trabajo, alguien tiene que contratarte, no podés obligar. Y si obligas es porque es otro modelo. Y cuando obligás, la persona va a tratar de salir de ahí lo más que pueda porque ser empleador en ese contexto es que te saquen lo que tenés, te hagan un juicio y llenarte de problemas.

– En la Ley Bases, el capítulo de modernización laboral llegó a tener 50 artículos, después se bajó la cantidad. ¿Quedó conforme?

-Ya el anterior decreto -DNU 70/2023- tenía algunas cosas que va a haber que debatir, cosas muy sanas como la formación y la educación para el trabajo. Lo que quedó es muy importante, y me permitiría a mí salir a la calle a decir, «señores, por favor, contraten sin temor, porque ya se cambió el paradigma de lo que venía sucediendo en la normativa laboral» y permitir a ese trabajador armar una vida en dignidad.

-¿Ya está garantizada la seguridad jurídica que reclaman las empresas?

-Sí, hay mucho más para hacer, pero si vos me preguntás, estoy feliz con lo conseguido. Aunque es la base.

-¿Qué falta, cuáles serían los próximos pasos en materia de modernización laboral?

– Todo lo que está en el DNU se puede conversar. Va a haber que hablar de plataformas. Todo esto habría que armarlo en una mesa del diálogo, pero de diálogo sincero con un sindicalismo que esté pensando en estos horizontes.

-Los artículos vinculados a la registración laboral mediante los cuales se bajan las multas y se elimina el registro de infractores, fueron denunciados por los gremios como un incentivo opuesto a la regularización. ¿Qué respondería a eso?

-Es una falacia. A ver, para empezar, uno plantea las cosas desde el lugar donde parte. Es decir, vos mirás el modelo hoy, y decís «che, la verdad, les fue bárbaro con la regularización». Es como si vos tenés un médico que te da un diagnóstico y te dice, vos hace esto y cada vez va peor. Mi diagnóstico es que si vos tenés un sistema que hace que un trabajador informal, o parcialmente informal, cobre el monto de tres indemnizaciones cuando se desvincula, y que además tiene que romper el vínculo laboral para cobrarlo, es un modelo que beneficia económicamente al trabajador informal frente al formal. Un paso más sería generar que sea atractivo estar en blanco, un sistema justo que permita decir blanquea a la persona y que tenga la sensación de que lo que está dando al Estado por estar en blanco sea por lo menos equiparable a lo que va a recibir por haberlo hecho. Entonces va a haber que revisar del esquema previsional hasta los esquemas donde vos decís: te aplico una cuota de solidaridad en un convenio que vos tengas de actividad. Bueno, a ver, además de la negociación colectiva, ¿le das alguna otra cosa?

El futuro del impuesto a las Ganancias y la democratización sindical

-Resta la reglamentación del capítulo laboral entre otros puntos de la Ley Bases, ¿hay algún tipo de consenso con los gremios para avanzar en aclaraciones a la letra de la norma?

-Sí, yo hasta ahora le he preguntado, todavía no he tenido una respuesta extremadamente clara aunque sí me han pasado algunos datos y creo que por ahí lo más urgente ahora es trabajar algunos institutos que hay que trabajar con la AFIP y trabajar con Economía que son los más urgentes, como para que empiecen a funcionar

-Como el caso de la restitución de la cuarta categoría de Ganancias…

-Sí, Ganancias en sí no es nuestro sino que es una determinación impositiva pero bueno, puede impactar en los temas de trabajo, entonces lo estamos mirando también a ver cómo funciona. De hecho pedí una estadística y pregunté para saber a qué me estaba enfrentando, y la modificación de ganancias en el personal de convenio es del 8%. Es muy bajo.

-Son solo un 8% pero de los gremios más con mayor peso…

– Eso es otra cosa, pero quiero decir, el impacto en la enorme población es bajo y en definitiva el impacto sucede porque son los salarios de mayor volumen.

-¿Y ahí podría haber algún tipo de exención considerando que unos 800 mil trabajadores volverían a pagarlo?

-Estoy mirando cómo va a quedar el mapa y tratando de revisar, para que si alguno tiene alguna exención, sea acordada, prolija con algún nivel de equidad en las poblaciones. Por ejemplo, si una determinada actividad tiene una exención. tendremos que explicar claro por qué la tiene dentro de un conjunto de gente o miramos a ver si eso no debería tenerlo también un poquitito más

-¿Y cómo se puede trazar una línea entre quiénes sí y quiénes no gozan del beneficio de no tributar? ¿El antecedente no habilitaría a los demás a pedir lo mismo?

-Depende de la actividad, por eso digo, en la medida que sea explicable o uno pueda tener algún elemento objetivo de explicación de por qué lo hace, yo creo que no. Pero tenés que tener estos elementos objetivos de explicación

– ¿Qué lugar tendrán la cuota sindical y las reelecciones indefinidas en los sindicatos en la siguiente etapa de la agenda laboral: se insistirá con esos temas?

-Eso forma parte claramente de un capítulo que hay que bajar a la mesa del diálogo y que ya están en la mesa de la sociedad, para que ahí definamos si ponemos eso primero o mejor pongámoslo después. Claramente creo que todos esos puntos deben estar así como otros mucho más complejos, como el combate del narcotráfico en los lugares de trabajo. No hay que sonrojarnos

-Viene de una larga trayectoria en el sector privado, ¿qué piensa que le resultó útil de esa experiencia para la gestión ahora que se cruza con los mismos referentes sindicales desde otro lugar?

– Haber venido del sector privado es todo. Porque estoy tratando que sea una secretaría de servicio hacia el afuera. Es decir, ¿qué necesita la actividad desde mí y qué puedo hacer yo para generar más empleo? Por otro lado veo que las empresas reaccionan de una manera muy grata a muchas propuestas. Y también, después de haber negociado durante tanto tiempo con el sector sindical, uno le aprende a tener un respeto, pero al mismo tiempo les puedo plantear, «miren muchachos, estos elementos son algo interno del sector sindical». Luego, una cosa que me pasa es que se hace una mixtura entre los tiempos de lo público y la dinámica privada donde sucumbe lo que no es extremadamente eficiente.

Cómo siguen las paritarias y el índice de desempleo

-Durante gran parte de los primeros meses, el salario en la Argentina perdió poder adquisitivo en el sector privado y en el público acusan demoras en las paritarias, ¿es un objetivo a revertir?

-Cuando se trata del poder adquisitivo del salario hay algunas variables a considerar: primero, el desfasaje de una gestión que no fue nuestra. En último caso es un sinceramiento porque los salarios ya estaban en ese nivel. El poder real del salario era completamente engañoso porque aumentaban el monto nominal y cuando iban a comprar, ya habían aumentado todos los alimentos y todo alrededor. Lo que hay es ahora un acompañamiento social de los trabajadores e inclusive gremial que responde a una responsabilidad social enorme porque ya vimos que lo otro es completamente destructivo.

-¿Por eso la presión para que los porcentajes paritarios fueran en línea con la expectativa de inflación en la primera parte del año?

-Si, fijate que inclusive hemos buscado en la OIT si había algunas referencias y en momentos tan difíciles, la intervención estatal era enorme. Hasta tengo posibilidad jurídica avalada por la OIT de suspender durante un determinado tiempo la negociación de un determinado elemento sin perjuicio de dejar abierta la negociación de otros. O sea podríamos haber paralizado las paritarias con sustento jurídico.

-¿Pero lo hubiera hecho o lo haría?

-No, lo estoy hablando desde el punto de vista positivo, no se hizo. Las negociaciones jamás se interrumpieron y tuvieron un acompañamiento social y gremial enorme. Los gremios cuando trabajan de gremios en su gran mayoría tienen una enorme responsabilidad social que aplican. Después hay que ver los ámbitos políticos.

– ¿Se refiere a los dos paros que se impulsaron desde la CGT? Ahora se habla de un tercero en el horizonte…

-A ver, los paros que no son huelga. Los paros que son, digamos, paros en virtud de cosas distintas. Fíjate que nosotros tenemos un diálogo permanente con los gremios en paritarias, en planes de capacitación. En todo esto que es Volver al Trabajo, los gremios están acompañando y son protagonistas, junto con el Gobierno y las empresas. El otro tema es más declarativo: dicen «no hay diálogo», nos juntamos en la Casa de Gobierno y en cuanto salen dicen «ahora que hay diálogo hacemos un paro». Es un esquema de demostración de poder más político que realmente sindical.

-¿Puede levantarse el «techo» paritario?

-Las últimas mediciones que nosotros tenemos con salarios marcan que le están claramente ganando a inflación, a los puntos en los cuales se le puede ir ganando. Así vamos a seguir hasta que todos nos pongamos de acuerdo y digamos ya está, no hay traslado a precio.

-¿Eso sería un 0% o sería a un nivel estable?

-No, a un nivel de estabilización razonable. Ojalá lleguemos a un 0% lo antes posible, creo que eso es a lo que le apunta claramente el Gobierno, pero yo no puedo pedir eso. Sí pido valores como los que ya estamos manejando, que queden estabilizados un par de meses, como para que la gente pueda saber cuál es su ganancia y que la empresa quede en un nivel donde pueda aplicar cosas. El salario bajaba por efecto inflacionario. Ahora si algún salario queda desde lo nominal en una actividad muy bajo en proporción a esta otra, bueno, eso será una determinación de los actores sociales revisarlo. Hay una especie de sensación sindical, donde todos miran a ver cuánto aumentó el otro, para aumentar yo también, y eso no puede funcionar así. Hay algunas prácticas que hay que revisar.

-El primer trimestre marcó un crecimiento de dos puntos en el desempleo y el escenario económico sigue en rojo para muchas actividades, ¿este desplome es un efecto colateral, una transición o un piso?

-No puedo hacer futurología de números, pero sí estamos tratando de profundizar qué produce cada cosa. El primer trimestre era uno muy complicado pero, si vos mirás en la serie histórica, el desempleo del primer trimestre, aún con una situación muy complicada, es de un índice infinitamente menor al que hubo en otras crisis en la Argentina. Pero no me gusta hablar de la herencia, sino de la situación que uno estaba viviendo y lo que tenía que hacer. Teníamos claro que cuando uno termina la obra pública, eso iba a generar una baja. Lo que no estaba funcionando y veíamos que no había reacciones eran las nuevas contrataciones. O sea, la gente había quedado quieta y si algo bajaba, no se renovaba. Para dar seguridad jurídica y para generar empleo yo intenté que se le quitara el riesgo al que tiene que contratar. Pero cuando todos están diciendo que van con un amparo y la Ley Bases te la complicaban a más no poder, es lógico que el empresario diga «vamos a esperar un poquito: produzco lo que se puede con lo que hay». Ese sí es un elemento muy fuerte que creemos que se va a revertir claramente cuando entre en plena vigencia la Ley Bases. 

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