El Cronista @cronistacom: Juegos Olímpicos 2024: millones, silbidos, parodia y memoria

Juegos Olímpicos 2024: millones, silbidos, parodia y memoria

Los XXXIII Juegos Olímpicos se desarrollan en la capital francesa. Por primera vez en la historia (desde Atenas 1896), compiten igual número de mujeres (5250) y hombres (5250), representando a 206 países, alcanzándose la ansiada paridad de género. «Finalmente, el momento ha llegado. Mi principal agradecimiento va para nuestros anfitriones franceses, gracias por darnos la bienvenida», fue la frase de bienvenida de Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI). 

La ceremonia inaugural duró casi 4 horas, en medio de shows musicales y luces multicolores, 6500 atletas desfilaron (bajo la lluvia) en embarcaciones sobre el río Sena. Luego del encendido del pebetero olímpico, una extraordinaria Céline Dion cantó «Oda del amor» al pie de la Torre Eiffel.

Los millones en danza

Según un estudio de la Universidad de Oxford, el presupuesto de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París se elevaría hasta unos 8900 millones de euros, (u$s 9700 millones). 

De cumplirse esta meta, serían los menos costosos comparados con sus antecesores: Londres 2012 (u$s 16.800 millones), Río 2016 (u$s 23.600 millones) y Tokio 2020 (u$s 13.700 millones). No se incluyen en el presupuesto inicial 1400 millones de euros (u$s 1500 millones) por limpieza del río Sena ni 3500 millones de euros (u$s 3800 millones) para ampliar la línea 14 del metro. 

Francia invirtió 1500 millones de euros (u$s 1630 millones) para construir la Villa Olímpica en el suburbio de Seine-Saint-Denis, un barrio muy pobre, que una vez finalizados los JJOO será reconvertido en viviendas para personas de ingresos medios. «Desde el principio, el plan era ahorrar dinero y no invertir en cosas que no sirven. Los Juegos se adaptan a la ciudad, no al revés. No se trata de un elefante blanco», apunta Étienne Thobois, director general del Comité Organizador.

Adicionalmente, se invirtieron u$s 348 millones en medidas de seguridad incluyendo más de 100 cámaras con inteligencia artificial. La audiencia global estimada es de más de 3000 millones de personas.

Marruecos vs. Argentina: silbidos y escandalo final

Previo al partido, cuando se entonaba el himno nacional argentino, se escucharon abucheos y silbidos en el estadio Geoffroy-Guichard, ubicado en la ciudad de Saint-Étienne (42.000 espectadores), haciéndonos recordar lo ocurrido en el Mundial Italia 1990, aunque esta vez el oponente de turno no fuera el conjunto local. 

Una vieja máxima futbolera señala que un árbitro se convierte en protagonista sólo cuando su labor no ha sido eficiente. Así, el permisivo árbitro sueco Glenn Nyberg terminó por adicionar 15 minutos al tiempo reglamentario, con el resultado 2 a 1 favorable a los marroquíes. En la última jugada, nuestro seleccionado Sub 23 convirtió un gol pero en pleno festejo, un grupo de fanáticos marroquíes invadió el campo de juego arrojando petardos y botellas hacia los jugadores argentinos. 

Dado el desborde producido todos los futbolistas (junto a los árbitros) se retiraron a los vestuarios y el público comenzó a abandonar el estadio. Insólitamente, después de 1 hora y 40 minutos los equipos volvieron a la cancha con las gradas ya desiertas. 

Enseguida, el árbitro sueco revisó la pantalla del VAR anulando el gol y dio 3 minutos más de adicional. Tras la derrota consumada, el DT argentino Javier Mascherano aludió a las fallas de seguridad: «No es un torneo de barrio, son los Juegos Olímpicos. ¿Cómo van a parar siete veces el partido en el segundo tiempo porque entra alguien a la cancha?».

La parodia que repudió el Cristianismo

Mientras desfilaban las delegaciones por el río Sena, en el escenario principal se desarrollaba una muy colorida y sonora representación (versión libre) de «La Última Cena» (Jesucristo y sus apóstoles), imitando al célebre mural de Leonardo Da Vinci, pintado originalmente entre 1495 y 1498 en el convento dominico de Santa Maria delle Grazie (Milán), declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. 

Los protagonistas de esta parodia fueron un grupo de drag queens, una modelo transgénero, una DJ activista feminista, el cantante Philippe Katerine mostrando su cuerpo casi desnudo y pintado de azul, maquillado como el Dios griego del vino Dioniso y un niño. 

Casi de inmediato, la Conferencia Episcopal de Francia cuestionó lo actuado calificándolo como «escenas de burla y mofa del cristianismo». «Pensamos en todos los cristianos de todos los continentes, que se sintieron heridos por el ultraje y la provocación de ciertas escenas», expresaron los obispos franceses. Por su parte, Matteo Salvini, viceprimer ministro italiano, lanzó una dura crítica: «Abrir los Juegos Olímpicos insultando a miles de millones de cristianos en todo el mundo fue un comienzo realmente malo». 

Ante la gran escalada de rechazos, la vocera del Comité Organizador, Anne Descamps, debió disculparse en rueda de prensa: «Claramente, nunca hubo la intención de faltarle el respeto a ningún grupo religioso. Al contrario, creo que Thomas Jolly, (comediante francés, maestro de actores y director artístico de la ceremonia), intentó celebrar la tolerancia comunitaria y creemos que consiguió este objetivo. Si alguien se ha sentido ofendido, lo sentimos mucho». 

Jolly (42), designado en 2020 como Director del Centro Dramático Nacional (CDN), dependiente del Ministerio de la Cultura, en una entrevista había anticipado su idea central sobre la ceremonia de los JJOO: «Lo extraordinario es que todo el mundo en Francia y en el resto del mundo tiene una idea de lo que es Francia. Y yo quiero jugar con eso, de ahí quiero partir: de romper clichés, porque los clichés vienen acompañados de otras cosas».

La masacre de París

Mientras desfilaban con atuendos elegantes por el río Sena, los atletas de Argelia arrojaron un puñado de rosas rojas al agua. Esta señal de alto impacto visual fue en homenaje a sus compatriotas muertos (calculados por decenas/centenas de baleados o ahogados) cuando protestaban en medio de la guerra por la independencia (1954-1962) tras la ocupación francesa a partir de 1830. 

La reconocida como «Masacre de París» ocurrió el 17 de octubre de 1961, a causa de una violenta represión policial durante una manifestación callejera de unos 10 mil argelinos contra el toque de queda. 

«Los crímenes cometidos esa noche bajo la autoridad de Maurice Papon son inexcusables para la República. Francia ve toda su historia con lucidez y reconoce las responsabilidades claramente establecidas», expresó Emmanuel Macron en octubre de 2021, siendo el primer presidente francés en participar de un acto in memoriam de las víctimas.

Días atrás se debatía en las redes sobre un tuit de la vicepresidente de la Nación Victoria Villarruel, luego que un «vivo» del Instagram de Enzo Fernández se hiciera viral durante los festejos por el bicampeonato de América. En su posteo la vicepresidente había señalado que «ningún país colonialista nos va a amedrentar por una canción de cancha ni por decir las verdades que no se quieren admitir», como contrapartida a las acusaciones de racismo provenientes de Francia. 

Los hechos nos demuestran que además de requerirse estándares de corrección diplomática, y aun exaltando valores de igualdad, libertad, fraternidad y diversidad, una competencia deportiva de máximo nivel no sirve para borrar las huellas indelebles del pasado. 

Al fin y al cabo, «el presidio hace al presidiario» (de la novela Los Miserables (1862)-Victor Hugo, París).

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