Jorge Macri se mide con Larreta y Mauricio y advierte a los piqueteros: «Van a tener conflicto conmigo»
Hijo del hermano menor de Franco Macri y primo de Mauricio, reivindica su apellido aunque subraya que toda su carrera es por mérito propio y que el desafío que hoy enfrenta para ganar la Ciudad de Buenos Aires en una dura interna con el radicalismo solo se explica por su propia trayectoria política. «Cuando uno busca la definición de nepotismo, que algunos intentan usar sobre todo en la competencia interna, algunos creen que hay más enemigos adentro de nuestro espacio que afuera. Yo creo que el enemigo está afuera», enfatiza Jorge Macri en un extenso mano a mano con El Cronista en sus oficinas de Nuñez.
Desde 2021, se desempeña como ministro de Gobierno de la Ciudad luego de ganar dos veces «la ciudad de Vicente López», como la denomina. Macri responde a los cuestionamientos que se plantearon sobre su candidatura y la de su lista, enumera las obras que quiere impulsar en la Ciudad y promete superar, al cabo de su mandato, los 16 años de administración porteña del PRO. «Yo planteo superar las gestiones de Mauricio y de Horacio juntos Es un desafío inmenso, la vara me queda altísima, pero el punto de partida también», desafía.
-La última semana cobró trascendencia ese video con declaraciones discriminatorias de Franco Rinaldi en el marco de lo que él definió como un show de humor. ¿Ve alguna mano negra más allá de lo que Rinaldi dijo, para obstaculizar su candidatura?
-No sé si veo una mano negra. Veo intencionalidad, por lo menos. Pero no soy de victimizarme, así que no voy a andar llorando penas de «uy que difícil que me la hacen». Yo elegí esta vida así que la tomo con lo bueno y con lo malo que trae. ¿Me gusta que ésta sea la regla del juego? No. Pero la gente la está pasando mucho peor que cualquiera de nosotros, así que tengo la capacidad de entender eso.
-¿Y sobre este episodio en particular, dialogó con Rinaldi?
– Sí, claro que he hablado con él. A mí me pareció muy importante entender dónde se paraba él respecto de este momento y por eso sostengo que valoro su aprendizaje y su pedido de disculpas que es muy sincero. No comparto el tipo de humor. No me gusta como él se refirió a una persona pero valoro profundamente su reacción porque Franco no es la misma persona, antes y después de que esto tome estado público, diría yo, y él se dio cuenta de las consecuencias. Pero también voy a ser muy terminante en otro sentido: yo no hago reduccionismo y Franco es mucho más que eso. ¿Quién de nosotros es solamente su peor error? Cuando escucho a algunos poniéndose en el metro patrón ético de nuestro espacio en función a eso y dejan de ver el todo, me preocupa.
-¿Considera que puede prosperar el pedido para que se aparte de su candidatura?
-No lo sé. Creo que sería un error limitar la participación de alguien por una opinión sobre todo cuando ya pidió disculpas y explicó el contexto. Yo soy fundador del PRO y he estado siempre en la vereda enfrente del kirchnerismo, con una trayectoria muy coherente y aún así no me permitiría opinar respecto de quién debe o no integrar una lista que elige otro candidato. No me parece que esté bueno limitar, hay que competir y hay que confiar en la gente.
Sus proyectos para la Ciudad
-¿Tiene pensado mantener la actual conducción económica de la Ciudad o piensa en otros referentes?
-La Ciudad tiene un equipo muy valioso, lo que pasa es que hay que esperar las PASO en general, no sólo por la Ciudad sino por quién gana a nivel nacional porque seguramente si gana Horacio o Patricia habrá gente de la Ciudad que será parte de uno u otro equipo, entonces hay que esperar.
-¿Qué rumbo económico vislumbra en una gestión suya?
-La Ciudad tiene que ser el faro del desarrollo y del crecimiento del país por venir. No tiene energías renovables, no tiene litio, Vaca Muerta, no tiene campo pero tiene lo más importante de cualquier sociedad: capital humano.
-Y sin embargo desde el Gobierno nacional y la Provincia cuestionan que la Ciudad no genera riqueza por sí misma…
– No caigamos en ese error. Ese es un sesgo ideológico, medio raro, porque detestan esta Ciudad pero siempre eligen vivir en ella. Pero más allá de eso, la Ciudad de Buenos Aires tiene capital humano, valor agregado en bienes, en servicios de distinta índole. Lo más importante que tiene esta ciudad es su sector privado y tenemos que protegerlo, ayudarlo, impulsarlo…
-¿Y qué rol le cabe al Estado?
– El estado tiene responsabilidades indelegables en materia de seguridad, salud, educación, el orden público, pero después hay un motor privado que es maravilloso por lo que tenemos que seguir en la senda de bajar impuestos y simplificar trámites. La articulación pública y público privado va a ser muy importante en la Ciudad. Tenemos que entender que no vamos a traer capital del mundo porque el mundo no va a volver a confiar en la Argentina durante mucho tiempo, ya hemos roto demasiadas veces los contratos.
-Hay acuerdos de gobernabilidad que la actual administración cerró para poder gestionar. ¿Imagina una correlación de fuerzas diferente?
-Cada uno define cómo gobernar y cómo gobierna, y yo no puedo criticar a alguien que ha gobernado ya siete años la Ciudad, es parte de nuestro espacio y ha logrado completar una transformación de la que yo estoy orgulloso. Yo planteo superar las gestiones de Mauricio y de Horacio juntos Es un desafío inmenso, la vara me queda altísima, pero el punto de partida también. Y después cada uno le da el perfil en cada momento que puede a cómo lograr acuerdos
-¿Hay algún tipo de límites a la hora de sentarse a dialogar?
-Yo soy un tipo que busca acuerdos. Ahora, ¿cuál es el límite de un acuerdo? Que no te saque del puerto al que vos querés llegar. Y esto me parece que es importante. El capitán de un barco va definiendo el rumbo: a veces hay tormentas, viento de cola, a veces hay una calma chicha y el barco no se mueve, lo que el capitán tiene claro es el puerto al que quiere llegar. Lo otro son a veces los mecanismos y cada uno lo define. Yo sé a qué puerto quiero llevar a la Ciudad de Buenos Aires
-¿Qué cosas cambiaría o sumaría para darle su impronta?
– El viaducto del tren Sarmiento es una promesa de mucho tiempo que no hemos logrado. Avanzar un poco más con el subte también. No prometer kilómetros de subte que uno no puede pagar, porque ya caímos en ese error. Hay que ser muy consciente de cuánto cuesta el subte y lo difícil que es hacerlo en un país que no puede acceder a financiamiento externo de largo plazo.
– El proyecto del Sarmiento ya lo había prometido Larreta en 2019, ¿por qué se demoró?
– Me parece que la pandemia postergó ese proyecto. Hoy estamos con un nivel de orden financiero y de prioridades que nos permite volver y además hay un dato que es objetivo: el gobierno nacional te tiene que permitir hacerla pues son obras que ocurren en tierras nacionales. Y ese compromiso ya lo tengo tanto de Patricia como de Horacio así que no debería tener problemas. Además lo vamos a pagar nosotros. Ir con el tren por arriba tiene muchos beneficios: entre otros, es una obra que se puede hacer aún con el tren actual funcionando y nos va a permitir liberar hasta 22 barreras actuales, es un barrio que está atrapado, y recuperamos el suelo, tal como pasó con el Mitre. Después de hacer el Mitre aprendimos que es mejor ir por arriba que ir por abajo.
«Yo soy un tipo que busca acuerdos. Ahora, ¿cuál es el límite de un acuerdo? Que no te saque del puerto al que vos querés llegar. Y esto me parece que es importante»
Qué piensa hacer con los piqueteros
-Otra situación de la vida diaria, en la Ciudad, son las protestas sociales. ¿Tiene pensado ya alguna estrategia?
-Yo creo que hoy la gente nos está pidiendo más orden y esa es una de las cosas que esta Ciudad tiene que recuperar. Obviamente el kirchnerismo ha hecho culto del desorden, de lo precario, de lo informal, de lo ilegal. El kirchnerismo cree en esa sociedad. Yo no, yo creo en el orden, en la formalidad, en la legalidad, en cuidar al bueno. No creo en que las minorías nos impongan prepotentemente cortar la calle, impedir la circulación.
-¿No cree que la confrontación puede derivar en una conflictividad mayor?
-Yo voy a tener conflictos con los piqueteros y los piqueteros van a tener conflictos conmigo, porque si yo no tengo conflictos con los piqueteros, los que tienen conflicto con los piqueteros son los ciudadanos que necesitan moverse. Gobernar es administrar conflictos de manera permanente, algunos más grandes otros menores. Yo los conflictos los enfrento, no los eludo. Sobre todo cuando tienen de rehén a la ciudadanía que quiere circular, vivir y disfrutar.
-¿Siente que la actual gestión no fue lo suficientemente dura en ese sentido?
– Es que ha sido muy difícil porque entre la postpandemia y un kirchnerismo que alienta eso todo el tiempo, no es tan fácil. Estoy convencido que voy a poder enfrentar esa tarea con un gobierno de Juntos por el cambio a nivel nacional, pero además con mi propia impronta. Donde hay un conflicto, voy a tratar de entender cómo lo resuelvo. No espero que se resuelva solo. Y esa ha sido mi impronta como intendente también y por eso Vicente López se ha transformado como se transformó. Evidentemente en el modelo actual del kirchnerismo de movilizar niños a las marchas, es muy difícil imponer el orden con la fuerza.
-¿Y cómo piensa desalentar esos cortes?
-Nosotros tenemos que desarmar un sistema que utiliza a la gente como rehén para movilizar y a los niños como escudo. No podemos aceptar más ese modelo. Tampoco la tercerización de los planes sociales y la extorsión de los líderes sociales a la gente para que marche y mucho menos que esa gente venga con niños. Está mal, no es aceptable, no es correcto y tenemos que tratar a los adultos como adultos responsables. Si vos sos papá o mamá de un niño y llevas a un chico a una marcha, vas a perder el plan porque el niño no tiene que estar ahí, tiene que estar en la escuela o en casa jugando o estudiando. Y si no tenés con quién dejarlo, no vengas a la marcha, porque lo que te tiene que ordenar es la responsabilidad tuya respecto a tu hijo, no respecto a un líder piquetero.
-¿Promovería entonces la quita de planes a quienes corten las calles?
-Eso es una decisión del Presidente. Cuando fuimos gobierno, no eran ellos los que daban alta y baja de los planes. Hoy están de un lado y del otro del mostrador. Entonces esa capacidad extorsiva que limita la libertad y que obliga a alguien a ser utilizado con un fin político, no social, eso es lo que tenemos que terminar. Y dicho esto, cuando no haya niños, si alguien quiere marchar y respeta la circulación y el espacio público, yo no tengo ningún problema con que se expresen en queja. Ahora, si van a cometer un delito que es cortar metrobús o la calle ahí voy a ir con la fuerza pública a hacer cumplir la ley. Así es en el mundo, por lo menos en el mundo democrático, serio, al que nos queremos parecer los que estamos en Juntos por el Cambio
«Tenemos que desarmar un sistema que utiliza a la gente como rehén para movilizar y a los niños como escudo. No podemos aceptar más ese modelo. Tampoco la tercerización de los planes sociales y la extorsión de los líderes sociales»
La interna en Juntos por el Cambio
-¿Cómo se siente formando parte de una gestión, como un ministro clave, y a la vez jugando más con la rival del actual Jefe de Gobierno a nivel nacional?
-Yo no siento que esté jugando con la rival. Siento que tengo una actitud muy equidistante. Sí creo que Patricia ha sido por ahí mucho más contundente a la hora de su apoyo respecto de mí. También es cierto que Mauricio se manifestó muy rápidamente, María Eugenia, Ritondo, Pinedo, Santilli, y Horacio se tomó más tiempo, definió un mecanismo de encuestas, pero hoy yo soy el único candidato al PRO, eso me alcanza. Bien o mal, con algunas idas y vueltas lo logré y creo que hoy se entiende por qué lo decía: hay una competencia muy relevante que tenemos con la UCR y si estuviéramos divididos en el PRO, sería un problema.
-¿Le complica en su campaña que haya dos candidatos con tanto peso a nivel nacional?
-No, no, yo me cruzo en la calle con gente que me vota a mí y la votaría Patricia. Me cruzo en la calle con gente que me vota a mí y lo va a votar Horacio. Y me junto en la calle con gente que me va a votar a mí y tal vez vota a otro Presidente, porque al tener una elección concurrente no estamos en la misma boleta, la gente va a elegir como prefiera.
-¿Por qué su decisión de saltar a la Ciudad después de gobernar tantos años en Vicente López e incluso haber apostado, mucho antes, por construir en territorio bonaerense?
-¿Por qué venir a la ciudad? Primero porque viví 41 años en esta ciudad, es una ciudad que amo, en la que nacieron mis hijos, en las que estudié, me formé, he disfrutado de sus barrios. Segundo, porque creo que si hay algo que aprendí es a gestionar ciudades. O sea, Vicente López es un municipio, pero que es igual que la ciudad, todo ciudad. Entonces, siento que estoy preparado para este desafío y que tengo mucho para devolverle a esta ciudad que me ha dado tanto.¿Por qué no traer lo mejor que tengo de mí a esta ciudad?
-Hereda también algunas batallas fuertes, como el tema de la coparticipación, por ejemplo, que no pareciera que se vaya a resolver en los próximos meses…
-Pero no tengo ninguna duda de que nuestro próximo Presidente, sea uno u otro, va a cumplir con la orden de la Corte. Que no se haya cumplido con un mandato, con una manda tan explícita de la corte, es un problema institucional que a veces lo olvidamos pero que no tiene antecedentes en la Argentina.
-¿Está dispuesto a continuar con eso si es que le toca gobernar cruzado con alguien de otro signo político?
-Por supuesto, yo voy a luchar, yo dije algo cuando vine a la Ciudad: vengo a defenderla del kirchnerismo y no me equivoqué.
-¿Cómo es hacer política con un apellido que lo excede en su propia trayectoria? Le pasa a los Kirchner, les pasa ahora a los Macri también. ¿Ese apellido condiciona, ayuda?
– Primero, claramente no me pasa lo mismo que a los Kirchner, porque este es un apellido que me llena de orgullo. Por mi viejo, por lo que hizo Mauricio, creo que hemos hecho un recorrido, Franco mismo, un tipo que vino de muy chiquito a generar laburo en la Argentina. Así que estoy acostumbrado, tiene sus pros y sus contras, hay gente que me quiere antes de conocerme y hay gente que tiene un prejuicio antes de conocerme. Yo trato de derribar prejuicios y de afianzar y cuidar al que me quiere por lo que representamos. No viví nunca con otro apellido.
-¿No se siente haber sido elegido por su apellido?
– No, claramente, y me parece que es muy bajo plantear, en la campaña, un concepto de nepotismo. El español tiene palabras, tiene un vocabulario tan maravilloso. Hay pocas palabras que se parecen o dicen lo mismo que otra. ¿Cuál es la definición de nepotismo? Dícese de la acción de elegir a alguien por cercanía y confianza y no por mérito propio y yo creo que construí mérito propio, construí mi camino. No vengo «atrás de» porque, después de Mauricio, hubo otro jefe de Gobierno ocho años, y si yo me gano este lugar, me lo gano por un recorrido propio. Y además me llamo Macri.
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