El Cronista @cronistacom: Impuestos: cuándo podría eliminar el Gobierno los 5 peores y de qué depende

Impuestos: cuándo podría eliminar el Gobierno los 5 peores y de qué depende

Luego de haberla incumplido en 2024, el presidente Javier Milei prometió una reforma tributaria «estructura» para este año. Pero sin la posibilidad de seguir reducir el gasto público en 2025, de qué condición depende y cuándo se podrían eliminar los impuestos más distorsivos.

«Mi equipo está terminando en estos días una reforma impositiva estructural que reducirá en un 90% los impuestos nacionales y les devolverá a las provincias la autonomía impositiva que nunca debieron haber perdido», afirmó Milei en la cadena nacional por el primer año de gestión.

Un informe reciente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) reveló qué es necesario para el Gobierno implemente la reforma tributaria y el tiempo en que se generaría la eliminación de los cinco impuestos más distorsivos en tres escenarios hipotéticos diferentes.

«Si el nivel de gasto real es poco probable que vuelva a bajar, dado el gran ajuste real de 2024, lo que se requiere es que aumente el Producto Bruto Interno (PBI) real de la economía. De esta manera, el peso relativo del gasto puede bajar, dejando espacio fiscal para avanzar con cambios tributarios que impliquen menor recaudación en términos del PBI (presión tributaria efectiva)», afirmaron.

Ante ello, el Instituto supuso tres escenarios: el primero, donde la economía tendría un crecimiento promedio anual del 3% a partir de 2026. Con ello, la presión tributaria descendería 7,2 puntos porcentuales (p.p.) del PBI hasta el nivel compatible con un gasto consolidado del 25% del PBI en el año 2041 y con un nivel de presión tributaria del 23,4% del PBI.

Un segundo escenario donde el crecimiento promedio sería del 4%, lo que llevaría a que recién en 2035 se logre un peso relativo del gasto público total del 25% del PBI y un nivel de presión tributaria efectiva del 23,5%. 

Y un último escenario donde el crecimiento promedio sería del 5%, por lo que en 2033 se lograría una presión tributaria consolidada del 22,9% del PBI, año en el cual el peso relativo del gasto público alcanza el 25% del PBI. «Es decir, a mayor crecimiento del PBI, más rápido cae la presión tributaria efectiva, dada la regla establecida», sostuvieron.

Por impuesto

«Independientemente del escenario de crecimiento de PBI de que se trate, a partir de 2026, en cada año se debería reducir o eliminar impuestos para que la presión tributaria efectiva descienda, ya que, si se mantiene inalterada la carga tributaria, la presión tributaria se mantendría constante en términos del PBI, generando un superávit fiscal creciente», afirmaron.

Y para ello identificaron los cinco que tributos que suman una presión efectiva del 8% del PBI: Derechos de Exportación e Impuesto a los Créditos y Débitos (nacional); Ingresos Brutos e Impuesto a los Sellos (provincial); y la Tasa de Seguridad e Higiene (municipal).

 «Gráfico 9 Proyección de presión tributaria efectiva de ciertos impuestos distorsivos para 2025. En % del PBI», extraído del informe del IARAF.

Así, en el primer escenario (crecimiento de la economía del 3% anual), la reducción del peso relativo del gasto en 2026 posibilitaría una reducción de 0,5 p.p. de presión tributaria efectiva de Derechos de Exportación (es decir, una reducción del 35%). Para el año siguiente de 0,5 p.p., y en 2028 bajar en 0,43% del PBI y del 0,06 p.p. del PBI del siguiente impuesto distorsivo: el Impuesto a los Créditos y Débitos.

«Este ejercicio se repite para los años siguientes: una vez eliminado el impuesto al cheque, seguiría el impuesto provincial a los ingresos brutos y el impuesto a los sellos, hasta completar el descenso de 8 p.p. del PBI de la presión tributaria efectiva consolidada en 2043», afirmaron.

En el segundo escenario, con un crecimiento promedio anual del 4% la reducción de impuestos sería más rápida que en el anterior: en 2027 los Derechos de Exportación estarían eliminados por completo, ya que caerían un 55% en 2026 y el restante 45% al año siguiente.

«Gráfico 12 Proyección de reducción de impuestos distorsivos. En % del PBI. Supuesto de crecimiento anual del PBI de 4%», extraído del informe del IARAF. 

Mientras que el Impuesto a los Créditos y Débitos sería eliminado en 2030 e IIBB caería a un ritmo del 16% anual a partir del 2030, para ser eliminado en 2036 junto con el Impuesto a los Sellos provincial. Lo que llevaría a que la TISH desaparezca en 2037.

En el último escenario, como la diferencia entre la tasa de crecimiento de la recaudación real y el producto bruto interno es la mayor, ya en 2028 se lograría eliminar Derechos de Exportación y el Impuesto al Crédito y Débito.

«Bajo el supuesto de crecimiento del 5% real anual, en el año 2034 el gasto consolidado sería de 25% del PBI, que es el objetivo del Pacto de Mayo. Este peso relativo del gasto público consolidado posibilitaría la eliminación gradual de tributos, llegando a ese año sin la existencia de Derechos de Exportación, Impuesto al Crédito y Débito, IIBB, Impuesto a los Sellos y TISH», sostuvieron.

Lo que alerta que recién en nueve años se lograría el objetivo. Mientras que, si el crecimiento de la economía es más lento, del 3% o 4% promedio anual desde 2026, en el primer caso se requieren 18 años y en el segundo 12 años, para la eliminación de los cinco tributos argentinos más distorsivos.

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