El trasfondo de la megasesión en Diputados: ganaron Milei y Macri, y perdió el peronismo
Javier Milei celebró en su universo, las redes sociales, la aprobación en general de la Ley Bases sin mención al costo que pagó. La ley saldrá mutilada, mucho más de lo que seguramente esperaba, aunque para un presidente que sólo tiene 38 diputados nacionales la maratón parlamentaria fue una primera batalla ganada en la que impuso una parte de su plan que incluye privatizaciones y facultades delegadas.
Desde lo simbólico el «león» domó a ‘la casta’, alineó al PRO y a la UCR y a la mayoría de los gobernadores. Los suyos argumentan que no cedieron sino que dialogaron y escucharon, debilidad que traducen en virtud para alimentar el relato contra del kirchnerismo que quedó en soledad apenas acompañado por la izquierda; un santacruceño exK (Sergio Acevedo); dos socialistas (Mónica Fein y Esteban Paulón); la cordobesa Natalia De la Sota; Margarita Stolbizer, del GEN, y dos radicales que antes y después resistieron críticas (Facundo Manes y Pablo Juliano).
Como dijo el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, a la ley hay que leerla junto al DNU 70/23 que le da plenos poderes al jefe de Estado. Por eso mientras los diputados debatían el Presidente recibió a Victoria Villarruel y a los senadores libertarios con el objetivo de acordar la estrategia en defensa del decreto en disputa. Será en la comisión Bicameral, cuando Martín Menem envíe la lista de diputados que la integran, y no en el recinto como reclamó, reglamento en mano, Unión por la Patria. ¿La derrota y las picardías pasadas del peronismo habilitan la flexibilización reglamentaria? Villarruel busca atajos para no ceder.
La omnipresencia de Macri
Milei cedió en parte. Aunque no cogobierna como aclaró Cristian Ritondo, jefe de la bancada del PRO, cuenta con la protección -¿o presión?- de Mauricio Macri y del antiperonismo unido.
Esta semana el expresidente estuvo muy activo, primero avanzó con su postulación para presidir el partido, luego le habló al bloque PRO vía zoom y después intervino en las redes sociales casi en un paralelismo con el Presidente apremiando antes de la votación y felicitando después a los que cumplieron lo pactado.
Visto en espejo se podría decir que La Libertad Avanza sí aceptó exigencias a cambio de votos, tarea que quedó bajó la intervención de funcionarios nacionales y de una fracción de la oposición parlamentaria y amigable, más experimentada que los diputados oficialistas.
En el recinto lo blanqueó antes de la votación el jefe del bloque libertario Oscar Zago. Reveló que Miguel Ángel Pichetto, jefe del bloque Hacemos Coalición Federal, le dijo que no se preocupara. «Váyase con la ley que nosotros nos vamos con los discursos» citó el exradical que efectivamente habló muy poco porque al proyecto lo defendieron más los aliados que los propios.
Pichetto trabajó codo a codo con Ritondo y Rodrigo de Loredo (UCR) que entre otros fundamentaron el apoyo en la necesidad de cambio mientras en cada alocución hacían gala de su antikirchnerismo extremo. Incluso De Loredo se quejó por los improperios que les dedicó el jefe de Estado pero votó por la afirmativa con su bloque, salvo las dos notorias excepciones de Manes y Juliano.
La primera conclusión que dejó el debut parlamentario de los ‘leones’ fue que Milei necesita a la oposición. Tiene suerte: hay un grupo dispuesto a ayudarlo, incluso y a pesar de que los tilde de ‘casta’, valijeros y ensobrados.
En ese marco y con un bloque del PRO casi mimetizado con LLA, las exigencias del grupo de Pichetto, más los provinciales de Innovación y la UCR, forzaron los cambios en el original que hasta el martes seguirá mutando.
La pelea por el impuesto PAIS
En medio de la sesión del viernes la votación en general peligró. La salvaron los dialoguistas que se instalaron de prepo en el Salón Honor junto al despacho de Martín Menem. No se movieron de ahí hasta que apareció el ministro del Interior Guillermo Francos.
Con Francos como vocero el Gobierno insistió en no coparticipar el impuesto PAÍS. De hacerlo ayudaría a todas las provincias. Los dialoguistas entendieron que compartir ese tributo con los 24 distritos desarmaría la estrategia de asfixia hacia las provincias opositoras que no se allanen al ajuste exigido. Axel Kicillof encabeza la lista.
Esa es la segunda conclusión: el Gobierno cede más de lo que desea con una sola limitación que es evitar engrosar las arcas de gobernadores de la oposición mientras obliga al ajuste a los amigos.
La sorpresa de los gobernadores por una invitación que no recibieron – El Cronista
En esa última discusión con Francos, antes de la votación en general, intercedieron Pichetto, Emilio Monzó, Nicolás Massot y el cordobés del PRO Oscar Agost Carreño, todas voces que volvieron a valorizarse.
Massot desempolvó una idea que le quedó del gobierno de Mauricio Macri cuando Juan Schiaretti era gobernador. Propuso automatizar el flujo a las cajas de jubilaciones con un agregado al articulado del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de manera de sanear las deudas de las cajas previsionales no transferidas a ANSES. Eso aliviaría a Córdoba y Santa Fe. Unión por la Patria salió al cruce: intuyen una «liquidación» del FGS.
Desde ahí mismo, mientras Francos se comunicaba con algún ‘superior’ -admite que dialoga pero no tiene poder de decisión- Massot convencía por teléfono al gobernador Martín Llaryora que se mueve entre el diálogo y la queja.
El Plan B de los dialoguistas
El grupo se guardó una carta como garantía: si en la votación en particular no se aprueba el artículo del FGS, le impondrán al Gobierno la coparticipación del impuesto PAÍS.
Para no correr riesgos el Gobierno intentó quitar la extensión hasta fin de año del tributo a las operaciones con moneda extranjera. Agost Carreño le aconsejó a Francos que no lo hicieran y alertó sobre el riesgo jurídico que representa la interpretación respecto a su vigencia. «El Gobierno se cae sin ese impuesto», manifestaron los diputados al ministro del Interior que sabe del impacto sobre la recaudación.
Lo que viene es el voto a voto frente a cada artículo. Los dialoguistas no se animaban a hacer cuentas que no dependen sólo de ellos. «Tienen que conseguirlos ustedes. Pero si necesitan votos, podemos hablar», prometieron para la segunda parte de la discusión que comenzará el martes a las dos de la tarde. Por su heterogeneidad de origen el bloque HCF no está 100% unificado ni tiene la disciplina del PRO o la UCR. En particular algún diputado o diputada podría cambiar de posición tanto a favor como en contra.
Dudas sobre la votación en particular
El clima no se calmó el fin de semana. Este sábado había ansiedad en el gobierno nacional y Maximiliano Fariña, delegado de Federico Sturzenegger, intentaba convocar a un zoom para emprolijar los cambios y el poroteo de voluntades. Varios le respondieron con cansancio que espere.
El resultado está atado con alambre. Por ejemplo los dos radicales que despegaron del resto blandiendo la Constitución frente a su bloque, Facundo Manes y Pablo Juliano, podrían apuntarse por la afirmativa en algún artículo en particular. Lo mismo podría ocurrir con los catamarqueños que no se desmarcaron de Unión por la Patria aún cuando lograron que se retirara del listado de privatizaciones la empresa Yacimientos Mineros de Agua de Dionicio (YMAD).
El problema son los votos que se den vuelta a la inversa, aquellos que apoyaron en general -como la Coalición Cívica- que tienen reparos en particular para delegar facultades o para la toma de deuda.
Los dialoguistas se unieron en scrum para defender el paquete que integran las cajas de jubilaciones, hidrocarburos, tabaco y biodisel, entre otros temas. En eso trabajan juntos los de Pichetto con los de Innovación, el bloque que tiene como portavoz a la salteña Pamela Calletti y que representa sin fisuras a los gobernadores Gustavo Sáenz (Salta), Hugo Passalacqua (Misiones), Rolando Figueroa (Neuquén) y Alberto Weretilneck (Río Negro).
Los cuatro pusieron a favor todos los diputados que tienen: tres salteños, cuatro misioneros, un voto neuquino y uno rionegrino. Lo mismo hizo Osvaldo Jaldo, de Tucumán, que ya actúa lejos de sus ‘compañeros’ peronistas y puso tres votos mientras que el nuevo gobernador santacruceño, Claudio Vidal, puso uno. Incluso el diputado José Garrido (Por Santa Cruz) reclamó a sus pares que no llamen más a la provincia «la cuna del kirchnerismo» porque ese espacio ya perdió la elección.
Frente a esos números y tras 30 horas de discursos y cuestiones de privilegio queda otra certeza: aún con advertencias, datos y duros discursos, con un clima de tensión, disturbios y excesos en la calle, militantes que cantaban el himno detenidas y hasta periodistas baleados por las fuerzas federales, Unión por la Patria ya no impone su superioridad numérica – tiene el triple de integrantes que cualquier bloque.
El Gobierno también está en minoría, pero tiene crédito, negocia con aliados y une a los enemigos del peronismo.
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