El Gobierno negó una devaluación y atribuyó la inflación de 3,7% a ajustes estacionales: por qué proyecta una nueva baja
A partir de los anuncios del viernes, que combinaron el dato de inflación de marzo, el levantamiento del cepo cambiario y la confirmación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el Gobierno se prepara para encarar una nueva etapa económica. Este giro de timón, que marca un cambio en el régimen cambiario y una apuesta renovada por el equilibrio fiscal, tendrá mañana lunes su primera prueba de fuego, cuando los mercados comiencen a operar bajo las nuevas condiciones. La atención estará puesta en el comportamiento del dólar, las tasas de interés y la reacción de los agentes económicos frente al esquema de flotación con bandas anunciado por el equipo de Luis Caputo.
En este contexto, en una entrevista en Radio Rivadavia, Federico Furiase, miembro del equipo económico de Luis Caputo y director del Banco Central, explicó con detalle técnico por qué el levantamiento del cepo cambiario, anunciado el viernes junto al acuerdo con el FMI, no constituye una devaluación. Además, analizó el repunte de la inflación al 3,7% en marzo y aseguró que la tendencia a la baja continuará.

El debate por la «devaluación»
Furiase respondió a críticas de economistas como Martín Rapetti, quien acusó al Gobierno de «oficializar una devaluación». El funcionario negó rotundamente el argumento: «No hay ninguna devaluación. El dólar puede flotar entre 1.000 y 1.400. Las bandas fueron diseñadas y acordadas con el FMI desde junio del año pasado».
Subrayó que una devaluación ocurriría «si el Banco Central comprara dólares recién en 1.200», pero aclaró que el nuevo sistema permite flexibilidad: «El tipo de cambio puede ir a 1.200, 1.250, y después bajar a 1.000. La banda inferior incluso ajustará un 1% mensual a la baja». Además, destacó que el BCRA acumuló reservas récord: «Compramos 25.000 millones de dólares en 16 meses, con el riesgo país bajando y la economía creciendo 6%».
Sobre las críticas de Cristina Kirchner, quien habló de una «devaluación del 30%», Furiase insistió en que el régimen es técnico: «El BCRA tiene 20.000 millones de dólares de reservas para defender el techo de la banda. Además, hay pocos pesos en circulación, lo que reduce presiones inflacionarias».
Inflación: factores estacionales y proyecciones
Respecto al aumento de la inflación al 3,7% en marzo -superando las expectativas-, Furiase atribuyó el dato a ajustes puntuales: «Marzo es un mes complicado. Educación subió 20%, frutas y verduras tuvieron alzas fuertes, y la carne corrigió su precio tras meses dormidos». Aunque reconoció «volatilidad», aseguró que «la tendencia es que seguirá bajando» gracias al «superávit fiscal, la ausencia de emisión monetaria y un BCRA recapitalizado».
«El proceso de desinflación no es lineal», admitió, pero sostuvo que los fundamentos macroeconómicos son sólidos: «Tenemos un Presidente obsesionado con el orden fiscal, incluso en año electoral. Eso es un cambio de 180 grados».
El rol clave del sistema de bandas
Furiase detalló cómo funcionará el nuevo régimen cambiario. Entre 1.000 y 1.400 pesos por dólar, el BCRA no intervendrá: «Si hay más vendedores, el dólar caerá; si hay más compradores, subirá». En el techo de la banda, el Banco venderá dólares «ilimitadamente» y absorberá pesos, mientras que en el piso comprará divisas e inyectará pesos «sin afectar la inflación, porque la economía necesita remonetizarse».
«El sistema está diseñado para que el dólar tienda al piso -dijo-. Hoy el financiero cerró en 1.350, cerca del techo, pero con tasas de interés altas (45-50%) y menos pesos en circulación, los fundamentos apuntan a una baja». Además, destacó que la recapitalización del BCRA con 20.000 millones del FMI permite priorizar la estabilidad sobre la acumulación de reservas.
Un mensaje a la oposición
El funcionario cerró con un guiño político: «Derribamos tres mitos: que no se puede crecer con ajuste fiscal, que no se reduce la pobreza, y que este equipo no tenía respaldo técnico. Es un golpe duro para quienes dudaron».
Con el cepo levantado y el FMI como respaldo, el Gobierno apuesta a que las bandas cambiarias y la disciplina fiscal sostengan la desinflación. El tiempo dirá si los «movimientos episódicos» de precios no alteran el rumbo.
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