El estudio científico que deslumbró a los especialistas: niños de entre 3 y 7 años vencieron a la inteligencia artificial en un experimento
En un mundo cada vez más dominado por la tecnología, la interacción entre humanos y máquinas plantea interrogantes fascinantes sobre las capacidades de la inteligencia artificial.
Recientemente, un estudio científico sorprendió al revelar cómo unos niños pequeños pudieron superar a la inteligencia artificial en un experimento innovador.
En un contexto donde la IA se considera una herramienta poderosa, este estudio desafía las percepciones sobre las habilidades cognitivas humanas y resaltó la importancia de la creatividad en la resolución de problemas.
El estudio científico que enfrentó a niños de entre 3 y 7 años contra la Inteligencia Artificial y tuvo un resultado increíble
A pesar del entusiasmo o la preocupación en torno a una inteligencia artificial (IA) que se vuelve consciente, por ahora, los humanos, e incluso los niños de tan solo 3 años, siguen teniendo la ventaja cuando se trata de innovar.
Así lo afirmó Eunice Yiu, estudiante de posgrado en psicología en la Universidad de California, Berkeley y autora principal de un estudio reciente en Perspectives on Psychological Science, donde se enfrentó a niños contra la IA en una variedad de tareas.
El estudio, publicado en la revista Aeon y liderado por Alison Gopnik de la Universidad de Berkeley, ha revelado cómo los niños pueden sobrepasar a la IA en tareas creativas.
El equipo de investigadores estudia cómo aprenden los niños y si los niños y los sistemas de Inteligencia Artificial aprenden de manera similar o diferente.
«A muchas personas les gusta pensar que los grandes modelos de lenguaje son estos agentes inteligentes como las personas», confesó Eunice Yiu, «Pero creemos que esta no es la forma correcta de enfocarlo».
Niños vs. IA: ¿qué ejercicio puso a prueba la creatividad humana?
En uno de los ejercicios, los investigadores dieron a niños (de 3 a 7 años), adultos y 5 sistemas de IA (incluidos GPT-4 de OpenAI, Claude de Anthropic y FLAN-T5 de Google) descripciones de objetos cotidianos, como una regla, un compás (la herramienta de dibujo y medición) y una tetera.
Luego, pidieron a cada grupo que emparejara los objetos más similares entre sí: el compás debería emparejarse con la regla, no con una tetera, por ejemplo. La mayoría de los niños, adultos y sistemas de IA pudieron lograrlo.
La IA sabía cuáles iban juntas después de ser entrenada con descripciones de los objetos.
Pero en la siguiente tarea, los investigadores dieron a los niños, adultos y a la IA algunos problemas que solo se podían resolver mediante la innovación, no basados en conocimientos existentes.
Por ejemplo, Yiu y su equipo les preguntaron a los humanos y a la IA cómo podrían dibujar un círculo sin usar el compás. El equipo ofreció las mismas tres opciones de herramientas alternativas para usar: una regla, una tetera o una estufa.
Debido a que una tetera parece no estar relacionada con la tarea de dibujar un círculo, la IA no resolvió este ejercicio como se lo esperaba, como sí lo hicieron los dos grupos diferentes de humanos.
En esta tarea, el 85% de los niños y el 95% de los adultos eligieron la tetera, en lugar de la regla, para dibujar un círculo.
En diferencia, los 5 modelos de IA lucharon en la tarea de innovación. A menudo elegían la regla para dibujar el círculo.
El modelo de peor rendimiento, Text-davinci-003 (una versión reciente de ChatGPT), eligió la respuesta correcta alrededor del 8% de los intentos, y el mejor modelo lo hizo solo el 76% de las veces.
Niños vs. IA: resultados y conclusiones de la investigación científica que enfrentó la capacidad cerebral de chicos de entre 3 y 7 años con máquinas
«Aún no estamos diciendo que los grandes modelos de lenguaje no sean capaces de nada, son muy buenos imitando», mencionó Yiu.
Podríamos pensar en los sistemas de IA como más cercanos a otras tecnologías culturales como la escritura, las bibliotecas, internet o el lenguaje: poderosas y útiles, pero no innovadoras por sí mismas.
Esto todavía les permite hacer cosas impresionantes que nos parecen inteligencia.
«Un niño puede aprender a partir de pequeñas cosas y luego generalizar en contextos más grandes, y esta puede ser una forma para que construyamos sistemas de IA más inteligentes», dijo Yiu en el estudio científico.
Por ahora, si deseás que ChatGPT hable como un niño o imite a una persona famosa, puede hacerlo. Pero hay límites: «No puede salir a hacer nuevas observaciones, interactuar con el mundo y generar nuevos pensamientos, teorías y predicciones», dice Eunice Yiu.
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