Cuando el mundo cripto llega a la mesa familiar del domingo
Este año la economía descentralizada estuvo en boca de todos. Ya sea por interés, curiosidad, porque apareció en los diarios o porque en los grupos de Whatsapp se comentó «algo al respecto».
Quiero pensar que incluso, en las mesas familiares de los domingos, también se charló sobre cripto. Después de años de paulatino crecimiento en todo el mundo y una adopción fenomenal en América Latina, este año puede considerarse un hito para la economía cripto por muchos motivos.
Los números y hechos así lo representan. En abril de 2021, por ejemplo, el valor del bitcoin superó los 64.000 dólares. Además, potencias como Estados Unidos anunciaron los primeros fondos de inversión oficiales en bitcoin y países de economías emergentes como El Salvador, lo incorporaron como moneda de curso legal por primera vez.
Este es el panorama en cuanto a la escala macro. Pero el crecimiento en la escala micro, las finanzas individuales también fue extraordinario. El que cada vez más personas puedan confiar en que existe otra forma de utilizar su dinero que es digital, global y que no está sujeto a decisiones de terceros verdaderamente democratiza las finanzas.
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Hasta este momento, los modelos financieros tradicionales determinaban a los usuarios, pero quienes conocemos la libertad del mundo cripto queremos que sea al revés.
Y aquí una vez más se da la conexión micro-macro. Quienes conocemos este mercado sabemos todo lo que promete y cómo puede revolucionar el día a día de nuestras finanzas no solo como personas sino como comunidad.
Por eso, nuestra meta es hacer que las cripto sean útiles para cada vez más personas y sabemos cómo lograrlo. El camino es encontrar distintas maneras en las que podamos acercarlas de forma simple, segura y transparente.
No obstante el gran año que atravesó la industria, el modelo cripto es similar al desarrollo de Internet hace unos años. Desde esa perspectiva, recién nos encontramos con el despegue que tuvo la red de Internet a fines de los 90, y hoy, todos sabemos que las posibilidades que abrió son infinitas.
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Aproximadamente 300 millones de personas tienen alguna exposición de cripto en el mundo, una cifra que crecerá de forma exponencial en los próximos años. Nos queda un enorme camino por recorrer, que se dará a saltos agigantados porque el interés de cada vez más actores y stakeholders así lo pide.
El uso de las cripto y la tecnología blockchain es tan amplio que va a revolucionar aún muchos más paradigmas en distintas verticales de las finanzas: el comercio, los ahorros, incluso el valor de activos como el arte interactúan ya con los modelos de finanzas descentralizadas.
La decisión de abandonar un modelo rígido y tradicionalista en cada vez más industrias ya está tomada y, sumado a que en Argentina somos punta de lanza en cualquier desarrollo tecnológico vinculado a las finanzas a escala global, se explica que nuestra capital sea actualmente una de las ciudades con mayor adopción cripto en el mundo.
No hay vuelta atrás. Las cripto son el futuro del dinero. Representan un cambio de paradigma que ya es una realidad: hoy podemos hacer operaciones con criptoactivos tranquilamente desde nuestros hogares sin tener que esperar al lunes o depender de un horario. Estamos a solo un click de distancia. Tal como sucedió con Internet, este modelo disruptivo llegó para quedarse.
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