Con un ojo en la macro y el otro en las provincias
En 2025, todo está atravesado por las especulaciones sobre su impacto en las elecciones de medio término. Para el oficialismo es clave validar su gestión y lograr mayor representación en el Congreso. El riesgo es repetir errores del pasado e ir poniendo parches a los problemas con la especulación de que resistan hasta el día después.
Entre otras cosas, porque puede fallar y derivar en correcciones no deseadas. El atraso cambiario es el ejemplo más claro y relevante. Lógicamente, el equipo económico y el Presidente lo niegan. La corrección tiene que ser con efecto sorpresa. Mientras tanto, a medida que nos acercamos a las elecciones ganarán atención los impactos del nuevo modelo económico sobre las provincias.
A nivel nacional, los resultados son evidentes. El Gobierno recibió una inflación mensual en 13% y un año después logró bajarla al 2,4%. Esa reducción empezó a simplificar el día a día de productores y consumidores. A mayor inflación, menor información tenemos a la hora de acceder a un mercado. A su vez, permitió la recuperación en los salarios y las jubilaciones a fin de año. En diciembre, los salarios registrados privados crecieron 14% respecto a un año atrás y los públicos 0,7%. Por su parte, las jubilaciones subieron 13%, aunque la mínima con bono seguía 6% abajo.
De todas formas, los ingresos de las familias sufrieron un fuerte golpe en 2024. En el acumulado, los salarios privados registrados perdieron 6% de su poder de compra, mientras los públicos 20%. Un porcentaje similar al que cayeron los haberes jubilatorios, 19%. Esa reducción se produjo en un contexto de cambio en los precios relativos que modificó las pautas de consumo. La necesidad de corregir el atraso en los precios regulados, que fueron los que más crecieron el año pasado, dejó menos ingreso disponible para otros consumos.

Banco Central de la República Argentina
Pero esos cambios no se distribuyeron de la misma forma entre todas las regiones. A modo de ejemplo, a diciembre del 2024, los precios regulados subieron 223% en el noroeste, mientras 186,5% en la región pampeana.
En Analytica realizamos un estudio analizando la evolución de los ingresos y gastos en las 24 jurisdicciones argentinas con foco en las erogaciones en servicios esenciales como el alquiler, prepaga, transporte y electricidad, entre otros. Lógicamente, la proporción que representan de los ingresos se incrementó, aunque se mantiene por debajo del 2019.
Formosa es donde más crecieron, principalmente por el costo de la energía, seguida en el podio por San Juan y San Luis. En la vereda opuesta se encuentran las provincias patagónicas, a excepción de Tierra del Fuego al ser la segunda provincia donde menos crecieron los ingresos. Por otro lado, en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, donde más se concentra la población, el aumento del peso de los servicios esenciales fue superior a la Patagonia, pero menor al resto de las provincias y similar a Salta y Entre Ríos.
Los cambios en el ingreso disponible responden a tres efectos que se produjeron al unísono: aumento del desempleo, caída en los ingresos y fuertes subas en los servicios públicos. Esa combinación varió entre las distintas regiones, principalmente por las diferencias en su matriz productiva.
La heterogeneidad sectorial que observamos a nivel nacional, por ejemplo, crecimiento en la producción de hidrocarburos a la par de una fuerte contracción en la industria manufacturera, es el reflejo de heterogeneidades regionales. Para dimensionar, casi el 50% de la producción de Neuquén proviene de la extracción de petróleo y gas junto con servicios relacionados.
Mientras, en la provincia de Buenos Aires, el comercio y la industria manufacturera son los sectores más relevantes, representando el 36% de la producción. Esto explica por qué un neuquino quizás transitó el 2024 de manera muy distinta a un bonaerense.
Al mismo tiempo, las transferencias discrecionales del poder ejecutivo nacional a las provincias tampoco fueron homogéneas. Entre ellas, los Aportes del Tesoro Nacional, que fueron recibidos solo por 10 provincias, mientras en 2023 todas habían sido beneficiadas a excepción de la Ciudad de Buenos Aires.
Si usamos de unidad de medida el total que recibió cada habitante por jurisdicción, vemos fuertes disparidades. Y es difícil concluir que se originan en la búsqueda de compensar la asimetría en los impactos de un nuevo régimen macroeconómico.
Más allá de su reparto, en 2024, dentro del fuerte ajuste del gasto público nacional, las transferencias corrientes que no dependen de la coparticipación fueron la segunda partida más golpeada después de la obra pública.
Sin embargo, al tercer trimestre del año pasado, todas las jurisdicciones, excluyendo La Pampa a falta de información, mostraban superávit primario. A pesar de sus diferencias, primó en los gobiernos una lógica de mejorar sus cuentas públicas. Y eso permitió una disminución real en su nivel de endeudamiento, donde se destacaron los resultados de Santa Cruz, Tucumán, Formosa y Catamarca.
Dentro de las 23 jurisdicciones bajo análisis, la única que incrementó su deuda entre el tercer trimestre del 2024 y el 2023 fue La Rioja.
A pesar de las desigualdades en los impactos económicos, la respuesta fiscal de los gobiernos provinciales fue similar. De esa forma, ganaron grados de libertad para financiar estrategias que permitan empezar a adaptar sus territorios a un nuevo modelo económico.
Hacia adelante, el gobierno nacional tiene pendiente aumentar los grados de coordinación con los gobiernos locales. No hay estabilización posible sin contemplar el equilibrio regional.
El federalismo bien entendido implica generar las condiciones para el desarrollo atendiendo las diferencias en la dotación de recursos. No se trata de perpetuar el status quo, sino de transformarlo aumentando capacidades productivas.
https://www.cronista.com/columnistas/con-un-ojo-en-la-macro-y-el-otro-en-las-provincias/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.cronista.com/columnistas/con-un-ojo-en-la-macro-y-el-otro-en-las-provincias/