Cómo evitar el engaño electoral: educación financiera para romper con las falsas promesas
En el centro del mandato «votá bien» se encuentra la responsabilidad de tomar la mejor decisión electoral con la información disponible. Tomamos decisiones constantemente y muchas de ellas, lejos de ser racionales, tienen un componente emocional abrumador, y las elecciones no son la excepción a esta regla.
Es importante recordar el impacto que los sesgos cognitivos tienen en este proceso de toma de decisiones, ya que estos filtros de información influirán en nuestra capacidad para elegir las propuestas de manera objetiva.
Las propuestas que los candidatos presentan están vinculadas a cuestiones económicas, desde programas sociales hasta políticas fiscales. Muchas de estas propuestas se encuentran codificadas en un lenguaje poco claro, lo que a menudo nos aleja de la posibilidad de analizar las propuestas electorales con sus respectivos pros, contras e implicancias. Un dato para considerar: cuanto más difícil sea comprender el lenguaje financiero, más sesgos entrarán en juego a la hora de elegir.
Para evaluar las propuestas electorales, es necesario contar con competencias financieras y económicas para comprender exactamente qué proponen y cómo esas propuestas pueden impactar en mi vida, familia, trabajo y proyectos a corto, mediano y largo plazo.
Esta, entre muchas otras, es una de las razones más importantes por las cuales incluir educación financiera en las escuelas desde temprana edad, favorecer los espacios de conocimiento en la materia en adultos y promover espacios de nivelación son fundamentales para fortalecer la democracia y sus instituciones.
Los votantes informados exigen políticas más transparentes y responsables, lo que a su vez presiona a los líderes a tomar decisiones basadas en datos y en el genuino interés público.
La educación financiera tiene como pilar democratizar el conocimiento financiero, esto es hacerlo accesible y facilitar que las personas puedan tomar decisiones informadas con plena conciencia de sus implicancias.
La decisión que se encuentra en el entramado de un lenguaje codificado, inaccesible, lejano e incomprensible obstaculiza el proceso de decisión sano, responsable y criterioso, y este punto debe ser considerado a la hora de presentar las propuestas a todos y cada uno de los votantes.
En Argentina, la última encuesta de capacidades financieras realizada por CAF y el BCRA refleja una importante falta de conocimientos financieros y económicos en nuestra población. Teniendo en cuenta estos datos, podríamos inferir que es necesario crear, además de propuestas, un lenguaje claro que permita llegar con la información accesible a todos los destinatarios, con todos los niveles de conocimiento, sin dejar a nadie atrás.
Cabe destacar que las implicancias de tener o no tener adecuados niveles de conocimiento financiero van más allá de las elecciones. Porque la educación financiera puede ser una de las herramientas que potencien la transparencia y permitan a los ciudadanos comprender las consecuencias económicas de las decisiones políticas. Un buen nivel de educación financiera puede servir para evitar ser engañado y preparar a la población para exigir respuestas cuando es necesario.
Un gran gesto de transparencia es comenzar por adaptar las propuestas electorales a un lenguaje claro, y por supuesto incorporar dentro de las propuestas acciones concretas de inclusión financiera para robustecer la transparencia de la información económica y la accesibilidad teniendo en cuenta que mejorar las competencias financieras fortalece la participación y la democracia en todas sus formas.
https://www.cronista.com/columnistas/como-evitar-el-engano-electoral-educacion-financiera-para-romper-con-las-falsas-promesas/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.cronista.com/columnistas/como-evitar-el-engano-electoral-educacion-financiera-para-romper-con-las-falsas-promesas/