Carta pública, colados y piquete: Gerardo Morales tuvo un día de furia en la cumbre de Juntos por el Cambio
La cumbre de Juntos por el Cambio en la Ciudad de Buenos Aires se convirtió en un escenario de tensiones y desencuentros, donde Gerardo Morales, anfitrión del encuentro y presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR), completó una jornada sumido en un verdadero día de furia. Una carta pública, dirigida al mandataro jujeño, enviada por la UCR de Córdoba, con una dura crítica a la idea de sumar a Juan Schiaretti a la alianza; un «piquete» que lo recibió en la puerta de la sede partidaria y la presencia de «colados» en la reunión, le dieron forma a un minué que lo tuvo como protagonista central.
En su «Carta abierta al presidente de la Unión Cívica Radical, Gerardo Morales», los dirigentes cordobeses expusieron las razones fundamentales de su oposición al ingreso de Schiaretti, destacando el modelo de gestión «marketinero» del gobierno actual de Córdoba, el cual consideran que «descuidó las prioridades políticas y sumió a la provincia en problemas como la pobreza, la falta de atención sanitaria, la escasa inversión en educación, la falta de protección ambiental y el incremento de la inseguridad».
En la carta, los dirigentes de la UCR de Córdoba también señalaron situaciones problemáticas específicas, afirmando: «El modelo de gestión actual del gobernador ocultó la muerte de niños en el Hospital Neonatal de Córdoba por conveniencia electoral y brindó privilegios al legislador Oscar González, quien en abuso de sus funciones protagonizó un accidente vial en los meses pasados».
Asimismo, la UCR de Córdoba hizo hincapié en la importancia de respetar la autonomía y estrategia de las jurisdicciones provinciales y locales en la cuestión electoral, declarando: «Nos parece una falta de consideración no medir el impacto que estas declaraciones generan en nuestro electorado, como así tampoco reconocen la autonomía e independencia de nuestras jurisdicciones». En la carta, se instó al presidente del partido a «rechazar la incorporación del gobernador Juan Schiaretti en este momento a la coalición de Juntos por el Cambio».
El segundo componente que marcó el día de furia de Morales fue el piquete que se desarrolló en la puerta del local partidario. Morales acusó a Patricia Bullrich, referente del PRO, de enviar manifestantes con carteles que decían «no a Schiaretti» para increparlo. Esta situación generó aún más tensión y contribuyó al clima de malestar durante la cumbre.
Finalmente, el tercer elemento que exacerbó la furia de Morales fue la presencia de «colados» en la reunión. Morales denunció que Bullrich invitó a dirigentes que no estaban previstos, como Luis Juez, candidato a gobernador en Córdoba por la coalición, y otros miembros de la misma, como Alberto Asseff y Ricardo López Murphy. Estos «colados» fueron vistos por Morales como una falta de respeto y una interferencia en los asuntos internos de la UCR.
Ante este escenario caótico, la cumbre de Juntos por el Cambio concluyó sin llegar a un acuerdo sobre la incorporación de Juan Schiaretti. Los dirigentes pasaron a un cuarto intermedio, dejando en suspenso el futuro de la coalición y las estrategias electorales. La diversidad de opiniones y los conflictos internos en el seno de Juntos por el Cambio se mantienen latentes, mientras la incertidumbre política persiste en la antesala de las próximas elecciones.
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