Adiós a la ensalada rusa de inversiones: cómo fue que el Gobierno tiró por la borda los negocios con Putin
La ensalada rusa es un plato que al Presidente se le apetece frío. Pero el calor de la guerra desatada por Rusia en territorio de Ucrania, con la excusa de una acción preventiva para impedir la adhesión de Kiev a la OTAN fue elevándole la temperatura, y obligó al jefe de Estado a apartarlo de su dieta.
A Fernández le costó «ponerse a régimen». Tejió durante meses para que el acercamiento con Moscú, propiciado por la figura de Cristina Kirchner en el momento más incierto de la pandemia de coronavirus para facilitar la llegada de vacunas rusas, deviniera más tarde en una contingente de rusos que hicieron turismo de negocios en Buenos Aires, en diciembre pasado.
El paulatino giro oficial a la invasión rusa -de la tibieza a la condena abierta-estuvo condicionado por claros intereses económicos que la Casa Rosada buscaba preservar, y que esperaba en estas semanas comenzar a ejecutar luego del agasajo que a comienzos de febrero Vladimir Putin le concedió al Presidente, con almuerzo incluido en el Kremlin.
Cristina rompió el silencio y evitó condenar la invasión de Putin
Así las cosas, el Gobierno renunció a la fuerza a probar la ensalada rusa de inversiones, con ingredientes que incluían capital fresco para obras de infraestructura, como represas; material rodante para el sistema ferroviario, la factibilidad de avanzar con una central nuclear con tecnología rusa, la instalación de un fabricante de camiones de gran porte, y varios emprendimientos en cooperación científica. Aún más: con el espacio aéreo cerrado en casi toda Europa, el suministro de vacunas Sputnik V está totalmente interrumpido.
«Bancamos los trapos hasta donde pudimos, porque estaban varios intereses comerciales y económicos en juego, no por tener una afinidad ideológica. Pero frente a la violencia de la guerra, todo eso queda de lado«, graficó un funcionario que intervino en la dilucidación de la posición que la Argentina debía tomar.
Pese al viraje, la entrega no es total. El Gobierno especula con que el conflicto desescale a la brevedad y Rusia, en el estado en que salga del conflicto, reanude paulatinamente su vinculación al mundo. De allí que el canciller Santiago Cafiero se definiera esta semana en contra de las sanciones económicas a Moscú.
Guerra Rusia-Ucrania: Argentina definió su postura sobre las sanciones económicas contra Putin
Al menos, el lamento no es solo argentino. Brasil también quedó comprometido. El gobierno de Jaír Bolsonaro intentó hasta último momento sortear las definiciones tajantes sobre el conflicto, tras haber cerrado un negocio millonario para la provisión de fertilizantes al gigante euroasiático. También eso quedó fuera de agenda, al menos hasta que Moscú pierda el status de paria de la escena internacional.
Otros componentes políticos también justificaron el cambio de rumbo. La presión estadounidense para lograr un apoyo claro hacia Ucrania fue manifiesta, más aún en la recta final de la negociación con el Fondo, donde Washington tiene un peso determinante para lograr la aprobación final en el board de gobernadores del organismo multilateral de crédito.
También, Fernández está buscando posicionarse como un líder regional, aprovechando la presidencia rotativa de la Comunidad de Estados Latinoamericanos (Celac). De allí que el Presidente esté explorando alianzas inusuales para un mandatario argentino.
En la búsqueda de incrementar su soft power frente a otras naciones, se debe inscribir la reciente visita a Barbados, y la participación virtual en la IV Cumbre entre la Comunidad del Caribe (Caricom) y el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA). Allí zanjó cualquier duda y dijo que «el mundo vive horas dramáticas» producto de la «invasión» rusa a Ucrania.
Entretanto, el Gobierno avanza con el envío de asistencia humanitaria a través de los Cascos Blancos de la Cancillería, en Polonia, y el montaje de un consulado móvil para orientar y documentar a los argentinos varados. La asistencia se extenderá a otros latinoamericanos.
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