BAE Negocios @BAENegocios: Del FMI viene lo que al FMI va, Parte II

Del FMI viene lo que al FMI va, Parte II

Oportunamente, en «Del FMI viene lo que al FMI va -Parte I-» (BAE Negocios, 27/12/2021) advertíamos que en el marco del acuerdo en ciernes entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el actual oficialismo se explicitaba con precisión: «Un modelo productivo agroexportador, con una incidencia relevante del sector financiero, y un complemento asistencialista para los que finalmente serán ¡estructuralmente excluidos!».

Ahora bien, lo sorprendente es que ¡no hay novedad alguna!, ya que en el contrato de mutuo y en su adenda, signado para otorgar el crédito por USD57.000 millones en 2018, aquel diseño ya se hacía presente.

Por ello, en «El domo del FMI» (BAE Negocios, 8/10/2018), se resaltó que ese acuerdo no apuntaba a reconstruir e integrar el aparato productivo doméstico sino que: «Lo que verdaderamente se deducía de él es que al ser insostenible la política económica, y ante el irremediable final, apostaba a transformar la explosión en implosión con un domo invisible que intenta contener las ondas expansivas del colapso de la economía nacional dentro de nuestras fronteras» .

Ese era el objetivo subyacente y, a su vez, cumplir con el rol de prestamista de última instancia, permitiendo que con su empréstito se cumplieran las obligaciones con los inversores institucionales de cartera.

«Entra el Fondo, salen los fondos» era la consigna en ese momento, esgrimida y valorada tanto por la «intelligentzia profesional» que abrevaba en la por anterior administración como la que circunda a la actual.

Así es que toma relevancia el documento interno del FMI Evaluación Ex-Post (EP) del Acceso Excepcional de Argentina bajo el Acuerdo Stand-By de 2018″, del 22 de diciembre pasado, en donde el autor reconoce que el programa de marras «no alcanzó los objetivos de restablecer la confianza del mercado, aminorar los desequilibrios externo y fiscal, reducir la inflación y proteger a los segmentos más vulnerables de la población» y que «la estrategia no fue lo suficientemente sólida como para abordar los problemas estructurales tan arraigados en el país, como la fragilidad de las finanzas públicas, la dolarización del ahorro, la fuerte inflación, la escasa transmisión de la política monetaria, el reducido tamaño del sector financiero interno y la estrecha base de exportaciones».

¡Pero atención! No es que ignoraban las causalidades básicas de la disciplina cuando firmaron los compromisos, es que ambas administraciones (la anterior y la actual) tienen un proyecto de país que no contempla la industria como un sector relevante del aparato productivo, y lo evidencian en los acuerdos internacionales.

Fue en este marco de modelos antagónicos (el industrial y el post industrial) que, en «Bitácora del fracaso» (BAE Negocios, 15/04/2019), y a modo de «parte aguas», se describió el decurso de lo acontecido durante el «gobierno de Cambiemos» en tres etapas.

La primera, al inicio de su administración, se dedicó a destruir al mercado interno al deteriorar los ingresos populares con la irrefrenable suba de los alimentos. En una segunda, tratando de revertir lo anterior, maximizando el déficit fiscal a partir del gasto público. Y la tercera, coronando el ciclo, producto de las inconsistencias intrínsecas que presentaba el esquema económico, con el arribo como acreedor del FMI.

A la postre, el acuerdo alcanzado, con un monto inusitado, implicó que el dinero a girar a Argentina sirviera como garantía de los préstamos otorgados, reemplazando un acreedor (el sector privado) expuesto a la posibilidad de cesación de pagos por otro (el ente multilateral) blindado a esta alternativa.

Y a partir de allí, «la mesa quedó servida».

Se invitó a los pretendidos contendientes a compartirla. Unos entraron al salón comedor por la puerta derecha (los neoliberales) y otros por la izquierda (los socialdemócratas) y coincidieron en que no había que «tirar del mantel». Se dieron la mano y garantizaron la transición gubernamental.

Ante lo evidente del pacto surgió el interrogante en «Muerto el acuerdo con el FMI, ¡viva el acuerdo!» (BAE Negocios, 29/09/19) sobre cómo seguiría el decurso de los acontecimientos y se alertó sobre las características y la viabilidad que tendría el nuevo convenio. Se aventuró que las condicionalidades que impondría la institución podrían ser las clásicas (basadas en ajuste y reformas «estructurales»), con sus correspondientes consecuencias sobre trabajadores, jubilados, pensionados, cuentapropistas y empresarios industriales.

Finalmente… «se supo».

En esto no hay grieta… hay acuerdo

Por lo tanto, como no podía ser de otra manera, aparecieron los «encantadores de serpientes», que intentan aportar «soluciones» con planteos «mágicos», tal cual se escribió en «Sobre los ciclos políticos y económicos» (BAE Negocios, 15/11/2021):

«A unos (el oficialismo) les explican que pueden concluir su mandato llegando a las próximas elecciones presidenciales con 50% o 60% de inflación anual».

«Para ello, sesudamente explican cómo al déficit fiscal total no lo vamos a poder disminuir y su tercera parte la financiaremos con emisión, el impuesto inflacionario que le cobraremos a los sectores de ingresos fijos (trabajadores, jubilados, pensionados, etcétera) es la solución».

«A otros (la pretendida oposición), guiñándoles el ojo les dicen: nadie puede ganar las elecciones con tamaña inflación, ustedes serán los triunfadores, pero no desesperen, entre la fecha de los comicios y de toma del mando habrá un escandaloso shock, para que los equilibrios macroeconómicos (fiscal y externo) se restablezcan y tengan el camino expedito para gobernar».

En eso están: «unos» hacen el «trabajo sucio» (con el «potente acuerdo de tres»: oficialismo, oposición y FMI), para que «los otros» garanticen, a la postre, el triunfo (¿definitivo?) del modelo agroexportador.

La suerte no está echada, otro acuerdo es posible…

«¿Se pueden honrar los compromisos asumidos con los inversores y los organismos multilaterales de crédito y, a su vez, desencadenar un proceso virtuoso para la economía Argentina?

¡Sí, solo hay que hacer lo que se debe hacer!

Entre otros objetivos, procurar:

  •  un superávit fiscal primario, a partir de las rentas extraordinarias que genera la zona núcleo de la Pampa húmeda.

Para conseguirlo, se deben elevar los derechos de exportación (dada la legislación vigente y la ecuación beneficio-costo de la implantación realizada) al máximo posible.

A su vez, para no disminuir la rentabilidad del productor agropecuario, es necesario minimizar sus costos totales, fundamentalmente los vinculados con el «arrendamiento agrario» (con una ley que los regule), y los energéticos.

  •  un robusto superávit en la balanza comercial, generado a partir de la presencia de un tipo de cambio competitivo (que prohíje las exportaciones y facilite el mercado doméstico para la producción local) y una «sana» administración del comercio exterior que «planifique» la asignación de divisas priorizando la oferta de bienes y de servicios.

Conseguidos los superávits gemelos que garanticen los equilibrios macroeconómicos, concomitantemente, es imperativo sanear la hoja de balance del Banco Central de la República Argentina en lo referido, sustantivamente, a sus pasivos remunerados.

Con la estricta consistencia intertemporal de las variables económicas conseguidas, se debe acometer la tarea más relevante: ¡armonizar las retribuciones del capital y el trabajo!

Para ello, un magno acuerdo social entre dirigentes sindicales, empresarios, sociales, religiosos y políticos que defina no solo los precios y salarios sino, fundamentalmente, la tasa de interés y el nivel tarifario de la energía, contemplando en este último caso el costo de exploración, explotación y generación, más una tasa de ganancia justa y razonable de la cadena de producción y comercialización interviniente.

De este modo, se reeditará el «milagro argentino» de la primera década del presente siglo y se sentarán las bases, para su perpetuidad, en un Modelo de Desarrollo Económico Permanente y Sustentable (Modepys) con orientación a la producción.

Del FMI viene lo que al FMI va, Parte II

https://www.baenegocios.com/columnistas/Del-FMI-viene-lo-que-al-FMI-va-Parte-II-20220109-0053.html


Compartilo en Twitter

Compartilo en WhatsApp

Leer en https://www.baenegocios.com/columnistas/Del-FMI-viene-lo-que-al-FMI-va-Parte-II-20220109-0053.html

Deja una respuesta