La Nación Economía: Ernesto Sanz: “Ponerse el traje de presidente en la Argentina es como sentarse en la silla eléctrica”

Ernesto Sanz: “Ponerse el traje de presidente en la Argentina es como sentarse en la silla eléctrica”

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Como cofundador de Cambiemos y expresidente del radicalismo, Ernesto Sanz sigue siendo una voz muy escuchada en el seno de la oposición, más allá de que no participe activamente en la diaria.

“No veo como un desvalor que [Facundo] Manes quiera ser presidente”, dice en Hablemos de otra cosa, por LN+. Tampoco le teme a las distintas listas que compiten entre sí en el seno de Juntos por el Cambio en los dos distritos más importantes del país. “Veo la competencia como algo muy positivo que permite sumar. Manes y Santilli atraen votantes diferentes”, explica.

Al estar retirado de la lucha cotidiana cuerpo a cuerpo con el oficialismo, el exsenador analiza con mayor perspectiva los avatares de la política argentina, hoy sumergida en una campaña atípica por las PASO del 12 de septiembre próximo, y que transcurre en medio de una pandemia mundial, una grave crisis económica y los escándalos habituales que enfrentan a dirigentes unos contra otros y que estallan en los medios de comunicación y en las redes sociales.

“En la Argentina -subraya-, la política tiene que recuperar la argumentación de los temas centrales. No hay que desperdiciar la oportunidad de discutir ideas en la campaña”. Y agrega: “Se perdió el debate sobre la generación de riqueza, todos hablan de distribucionismo y aumentar los impuestos sería ridículo. Hay que discutir cómo generar, no cómo distribuir la riqueza. Progresismo es generar igualdad y oportunidades. Es generar riqueza y distribuirla con equidad.”

Sanz resolvió alejarse de la política activa poco después del triunfo de Mauricio Macri, a fines de 2015. Vive en San Rafael (Mendoza), pero viaja seguido a Buenos Aires ya que trabaja como abogado en el estudio de Ricardo Gil Lavedra. En Hablemos de otra cosa volvió a desmentir que su alejamiento se debiera a discrepancias sobre el cargo que supuestamente deseaba ocupar en aquel gobierno, sino que fue una elección de vida, de la que no se arrepiente, más ligada a bajar un par de cambios y compartir más tiempo con su familia y amigos. “Mi vida de candidato terminó; hay que saber cumplir etapas”, ratifica su posición, si bien también deja una puerta entreabierta para la posibilidad de volver a la función pública si en 2023 Juntos por el Cambio se hace cargo nuevamente del poder.

“Lo malo de la política hoy en la Argentina -opina Sanz- es que está excesivamente personalizada. Vivimos una democracia de personas, de candidatos. El debate entonces es sobre sus conductas, sus humores, unos opinando de otros y no sobre las ideas. Cada cosa que se dice de una persona repercute mucho más que las propuestas, el contenido, las visiones de país. No me siento cómodo: a mí me gusta más la discusión de ideas, el debate con contenido. No hay que desperdiciar la oportunidad de discutir ideas en la campaña y el tema socioeconómico debería ser central. Pero, bueno es lo que hay y vivimos épocas electorales donde esto se exacerba.”

Durante la entrevista, realizada en el típico bar anticuario Nápoles, en San Telmo, a media cuadra del Parque Lezama, entre estatuas y objetos característicos de distintas épocas, Ernesto Sanz repasó momentos claves de la historia del radicalismo y del peronismo. “Son dos modelos diferentes. En el radicalismo, las ideas importan más que las personas. Nació para defender la libertad, la igualdad y la ética pública. El peronismo tiene un modelo de construcción autoritario vertical, que no es republicano y que tiene mucho que ver con su fundador. Y Perón era eso. Tiene un concepto interesantísimo que se lo robó al radicalismo de Yrigoyen, que es el de la justicia social, la distribución de la riqueza, que es un concepto que yo defiendo. Lo mejor de aquel peronismo, no de este porque perdió ese concepto, es el de la justicia social.”

Sobre el papel actual de Mauricio Macri piensa que “es un momento personal muy difícil para él porque después de haber sido el fundador, el único líder y el eje de un partido que se creó a su imagen y semejanza, hoy está en un momento de cierto declive porque el Pro ya no es el de antes. Por primera vez hay competencia, y entre Larreta y Vidal no solo le han discutido ese liderazgo sino que ocuparon ese lugar. Pero tiene que ser un activo valioso dentro de Juntos por el Cambio que se pueda incorporar en un lugar muy importante de la coalición. En 2019 se podría haber roto JxC cuando se perdió, pero no sucedió felizmente. El secreto está en permanecer juntos.”

Con respecto a Facundo Manes, que encabeza la lista que compite en la provincia de Buenos Aires con la de Diego Santilli, expresó que “Manes le apunta a la juventud desesperanzada y ha sido la piedra en el estanque. El statu quo de la política reacciona como una suerte de anticuerpo cuando llega un tipo de afuera con prestigio a romper ese statu quo. No veo como un desvalor que Manes quiera ser presidente. Me parece extraordinario que alguien con prestigio quiera serlo. Ponerse el traje de presidente en la Argentina es como sentarse en la silla eléctrica”.

Hablemos de otra cosa se emite todos los viernes, a las 23, por LN+.

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