Los caminos del peregrino
El 20 de julio será el día de la fiesta del Sacrificio, (Eid Al Adha). En la tradición islámica, el profeta Abraham lleva a su hijo Ismael para sacrificarlo en cumplimiento de una promesa hecha a Dios. A partir de ese momento se establece la peregrinación a la Mecca, convirtiéndose así en el quinto pilar del Islam. En el Sagrado Corán leemos (22:26-27-28): ”Hemos señalado a Abraham el lugar de la Casa. No asocies nada con mi Nombre y proclama a la gente que acuda a mi Casa a peregrinar desde los lugares más remotos de la tierra para que den testimonio de mis beneficios hacia ellos”.
Con el paso del tiempo, el hombre fue innovando y tergiversando el concepto de la unicidad del Creador cuando la gente comenzó a buscar intermediarios para comunicarse con Dios. El Islam reorganizó ese culto mayor con reglas claras desde la esencia más pura de la Fe.
La peregrinación demanda una gran energía espiritual y física. Requiere esfuerzo y paciencia frente a las dificultades y a los obstáculos que se pueden presentar. La peregrinación no se limita sólo a ser una misión ordinaria que realizan los musulmanes. Incluye un gran conjunto de lecciones de las que un musulmán puede beneficiarse y aprender en asuntos de la vida mundanal, como por ejemplo adquirir sabiduría y munirse de paciencia al realizar actos de adoración, unir corazones y almas de las personas.
Allí se mezclan los reyes y los presidentes con el común de la gente, el rico con el pobre, el hombre negro con el blanco; todos se visten con prendas blancas, donde no hay distinción ni diferenciación entre ellos, señal del Todopoderoso, para quien todos son iguales.
El musulmán debe realizar la peregrinación a la Mecca una vez en la vida siempre que reúna las condiciones necesarias para hacer ese viaje. Hay personas que ahorran toda su vida para cumplir con ese ritual religioso. El profeta Muhammad dijo en una narración: “Los creyentes que cumplen con esa obligación vuelven a sus casas limpios de todo tipo de pecados y faltas como aquel que es recién nacido. Esa es la mayor recompensa que anhela el peregrino. La peregrinación es un viaje para encontrar la pureza del alma y encaminarla para entender el significado de la vida y la muerte de un Dios sabio y clemente. Él creó la muerte y la vida para probaros quien entre vosotros mejor obra”. Corán (67:02).
* Imam, miembro del Comipaz
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