El G7 prepara un superproyecto de infraestructura para competir con la ‘nueva ruta de la seda’ china
agencias
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este sábado en nombre del grupo del G7 un monumental proyecto internacional de infraestructuras para competir con la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda que el Gobierno chino está desarrollando en Asia.
Biden ha presentado la llamada inciativa Construyamos un Mundo Mejor (Build Back Better World o B3W), un proyecto en colaboración con las «principales democracias del mundo», y guiado por «los valores y la transparencia» con el objetivo de cubirr «una necesidades internacionales en infraestructura» que Estados Unidos estima en unos 40 billones de dólares.
Biden ha anunciado que este proyecto tendrá un alcance «global, desde Latinoamérica hasta el Caribe pasando por África y la región Indopacífica», con la colaboración de agencias internacionales estadounidenses y servirá de «catalizador de cientos de miles de millones de dólares para países de medianos y bajos ingresos en los próximos años».
Aunque el plan presentado por Biden no ofrece cifras ni proyectos más concretos, fuentes oficiales norteamericanas han confirmado a DPA que la intención es responder a la gran iniciativa de China, un país que está invirtiendo en carreteras, líneas ferroviarias, puertos y otros proyectos de infraestructura para construir nuevas conexiones comerciales con Europa, África, América Latina y Asia.
Los críticos de esta iniciativa, entre ellos las fuentes estadounidenses consultadas por DPA, advierten que el enfoque chino encierra a los países más pobres en una trampa de deuda y dependencia política y elude las protecciones ambientales. Además, las empresas chinas suelen ser las únicas involucradas.
En respuesta, esta iniciativa del G7 promete ser respetuosa con los términos medioambientales del Acuerdo de París a través de «una visión positiva y una fuente de financiación sostenible y transparente para satisfacer sus necesidades de infraestructura».
«No se trata de hacer que los países elijan entre nosotros y China; se trata de ofrecer una visión y un enfoque alternativos y afirmativos que ellos querrían elegir», según las fuentes estadounidenses.
Presión a china
Según fuentes norteamericanas, Biden está presionando a sus homólogos del G7 para que incluyan una condena enérgica del uso del trabajo forzado por parte de China en el comunicado final de la cumbre, previsto para el domingo, y cuyos detalles aún se están negociando.
«Estamos presionando para ser específicos en áreas como Xinjiang, donde se lleva a cabo el trabajo forzado», según estas fuentes, en referencia al territorio en el noroeste de China donde decenas de miles de integrantes de la minoría uigur han sido trasladados por la fuerza, como denuncian organizaciones humanitarias internacionales a nueve provincias para trabajar, en régimen de esclavitud, en cadenas de suministro que incluyen productos electrónicos, textiles y automóviles.
«Creemos que es fundamental denunciar el uso del trabajo forzado», dijo el funcionario, «y tomar medidas concretas para garantizar que las cadenas de suministro mundiales estén libres de esta práctica», en comentarios sobre los planes de Biden, que ha mantenido esta tarde dos reuniones bilaterales con la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés, Emmanuel Macron.
Reuniones bilaterales
El portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, ha confirmado el primer encuentro bilateral en persona entre Biden y Merkel a través de su cuenta de Twitter. En la mesa también se encontraban el asesor de política exterior de Merkel, Jan Hecker, y el asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan.
En el encuentro se ha tratado la tensión diplomática entre ambos países en torno al gasoducto Nord Stream 2. La estructura, que transportará gas natural ruso a Alemania, ha comenzado este viernes sus primeras pruebas, después de que Estados Unidos reconociera que el proyecto acabaría entrando en funcionamiento a pesar de sus esfuerzos para bloquearlo.
Estados Unidos, que exporta gas natural a Europa en forma licuada a precios más caros que Rusia, teme que el Kremlin pueda usar el Nord Stream 2 como medida de presión para debilitar a los estados de la Unión Europea.
La Casa Blanca está trabajando ahora con Alemania para limitar la dependencia del que será uno de los grandes sistemas de suministro energético desde Rusia a Europa, según indicó a principios de esta semana el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, que describió la finalización del gasoducto como un «hecho consumado».
En este sentido, Merkel se ha mostrado optimista sobre las discusiones en torno al gasoducto tras su encuentro con Biden. «Va por buen camino», ha indicado la canciller, quien ha coincidido con Biden en que resulta «existencial e indispensable» mantener involucrada a Ucrania en el tránsito de gas de Rusia a Europa.
Macron, quien al igual que muchos de los líderes del Grupo de los 7 tuvo una relación polémica con el ex presidente Donald Trump, ha aplaudido un nuevo cambio de aires con Biden. «Es genial tener un presidente de Estados Unidos que sea parte del club y esté dispuesto a cooperar», ha indicado.
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