Poscovid: médicos intensivistas piden que se controlen a los pacientes después del alta
Córdoba alcanzó el domingo pasado un nuevo récord de pacientes internados en terapia intensiva con diagnóstico positivo de Covid-19. Según cifras del Ministerio de Salud provincial, ya hay 2.346 personas ocupando una cama crítica en nuestra provincia.
La cifra representa un aumento del 67 por ciento en relación con dos semanas atrás, cuando se registraron 1.401 pacientes. Y del 106 por ciento, comparado con el mes pasado, fecha en la que se computaron 1.137 internados en camas críticas con diagnóstico de Covid-19, según los reportes oficiales.
La cantidad de personas ocupando una cama crítica con respirador también se incrementó un 64 por ciento, al pasar de 220 internados el 16 de mayo a 362 el domingo pasado.
Los casos positivos continúan escalando su curva ascendente: un 85 por ciento más que hace dos semanas y un 134 por ciento más que el mes anterior.
“La bibliografía internacional indica que el 3,5 por ciento de las personas que se infectan con el virus terminan en distrés respiratorio severo, es decir que sus pulmones no tienen capacidad de respuesta de oxigenación y necesitan ventilación mecánica. Si por día tenemos 4.800 casos positivos, eso quiere decir que en breve tendremos 171 pacientes diarios requiriendo un respirador o un oxígeno de alto flujo”, explicó Daniela Olmos, presidenta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (Sati), filial Córdoba.
Seguir a los pacientes
En este marco de escalada de casos y de internaciones, intensivistas advierten que muchos pacientes que fueron dados de alta vuelven a terapia –tiempo después– por haber sufrido alguna complicación.
Y aconsejan que sería necesario un programa de seguimiento integral, hasta que estas personas logren reinsertarse y retomar las actividades que venían realizando.
“Si el paciente se va de alta sin controles o consejos sobre lo que tiene que hacer y lo que no, esta pandemia nos dejará más muertes, más discapacidad y más frustración en los profesionales de la salud. Porque después de haber luchado un mes, en promedio, para sacar a los pacientes de la terapia, estos mismos vuelven, tiempo después, con complicaciones”, advirtió Julio Bártoli, jefe de la terapia Intensiva de la Clínica Reina Fabiola.
En la misma línea, Olmos, indicó: “Los efectos a largo plazo de los pacientes que estuvieron graves por Covid-19 es un tema complejo. Tanto las secuelas como los síntomas persistentes deben ser estudiados, teniendo en cuenta los signos, parámetros clínicos y grado de complejidad que tuvo esa persona”.
Según resultados preliminares de un trabajo de seguimiento que realiza la Sati a nivel país, dos de cada 100 personas que estuvieron en terapia por Covid-19, regresaron a cuidados intensivos, después del alta, en los últimos tres meses.
Más complicaciones en los poscovid
Los especialistas explicaron que algunas personas que permanecen en terapia pueden desarrollar el llamado “síndrome post cuidados intensivos” y quedar con secuelas, como debilidad muscular. Pero, en pacientes con Covid-19, estas lesiones se agudizan porque además se suma otro síndrome: el “poscovid”.
Bártoli destacó que muchos de sus pacientes tuvieron complicaciones en la circulación, como trombosis, embolia, infartos. Otros tantos sufrieron deterioros cognitivos, como delirios difíciles de estabilizar con medicación.
“Hace falta un programa integral de seguimiento de estos pacientes. Controles a los 30, 60 y 90 días que no pueden ser estandarizados sino personalizados según cada situación. Si la persona quedó con problemas de deglución, debería ser controlado por un fonoaudiólogo. También puede requerir psicólogo, nutricionista, neurólogo, clínico o terapista ocupacional, por dar ejemplos”, agregó.
Fuentes del Ministerio de Salud provincial indicaron que, si bien actualmente no existe un programa de seguimiento integral, el tema está siendo considerado.
Experiencia previa
Un amplio capítulo en la bibliografía internacional se abre con los llamados “poscovid”, a veces también, “recuperados”. Estudios a nivel mundial destacan la presencia de secuelas o síntomas persistentes en las personas que transitaron la enfermedad.
“Hay investigaciones que indican que las secuelas en los pacientes que pasaron por terapia con diagnóstico de Covid-19 es más alto que en cualquier otra patología. Quedan con una enorme debilidad muscular que les impide ser autoválido. Y estamos hablando de pacientes jóvenes y alteraciones neuro-psiquiátricas. Cuadros similares al Alzheimer. Y otros que quedan con fatiga, tos, trastornos para deglutir o no puede comer. No es un tema menor”, agregó Rosa Reina, presidenta de la Sati a nivel nacional.
La experta agregó que algunas secuelas son permanentes y otras que tardan mucho en desaparecer.
Un protocolo de investigación de la Comisión Clínica del Ministerio de Salud provincial intenta medir estas secuelas en pacientes que estuvieron internados en el hospital Rawson. La muestra se amplió luego con personas que estuvieron internadas en Unquillo y prevé incorporar al Pasteur de Villa María, explicaron fuentes de la cartera sanitaria. “Por el momento, no tenemos resultados concluyentes”, aclararon.
En el hospital Municipal Príncipe de Asturias, de la ciudad de Córdoba, comenzó a formarse un programa de seguimiento de pacientes que estuvieron en terapia intensiva, antes de la pandemia.
“Solo algunos centros de Buenos Aires cuentan con una sala de rehabilitación para personas que salen de terapia, antes de que pasen a sala común. Los pacientes son controlados por el mismo equipo y está visto que se disminuyen muchas de las secuelas cuando esa rehabilitación se hace en forma precoz”, agregó Olmos.
“Cada persona que regresa en estado grave, puede colapsar el sistema porque es una cama menos”, advirtió. En mayo del año pasado, la experta –junto con la terapista ocupacional Sabrina De Marco y el fisioterapeuta Julio Moyano– presentaron en el Ministerio de Salud un proyecto que contemplaba un programa de seguimiento para estos pacientes, abordado por un equipo interdisciplinario.
Rehabilitación y consejos
Los especialistas coinciden en que el abordaje debe ser personalizado. No se puede establecer una lista estanca de estudios a realizar.
Para Bártoli, el meollo de la cuestión no es tanto la tecnología, sino comenzar a pensar en el problema y su solución. Y citó el ejemplo de aquellos que pasan por una cirugía cardiovascular o bariátrica: “Se van de alta sabiendo qué tienen que comer y qué esfuerzos no pueden realizar. No pasa lo mismo con los pacientes con Covid-19, que vuelven antes a la actividad sin controles y en forma prematura”.
Consultado sobre la situación del sector privado, el médico intensivista explicó: “En nuestra institución, estamos saturados pero no colapsados. Hoy podemos tener tres camas libres, pero es cuestión de horas, a veces de minutos, para que se llenen”.
Bártoli confirmó que este año se registran más jóvenes en camas criticas. El miércoles pasado había dos: uno de 22 años con asma y otro de 29 con obesidad. El servicio también asistió a dos agentes de salud que estaban vacunados con dos dosis, aunque se desconoce por el momento con qué variante del virus se contagiaron.
En promedio, un paciente con Covid-19 que necesita respirador permanece 30 días internado. Y el que requiere oxígeno de alto flujo, cinco días.
“En el afán de recuperar el tiempo o la economía perdida, muchos jóvenes regresan antes a la actividad laboral, sin controles y sufren después complicaciones. Por eso es tan importante el seguimiento integral”, indicó el especialista.
Finalmente, Reina alertó: “No creemos que lo peor haya pasado. Los intensivistas trabajamos con las camas llenas. La renovación de camas no es muy rápida. Estamos entrando en el invierno, en los meses fríos. Se avizora un panorama de mayor ingresos y de contagios”.
Preocupación en Salud
El ministro de Salud provincial, Diego Cardozo, informó que es “muy preocupante” la situación epidemiológica actual. “Venimos con una tasa de incidencia de casos que se mantiene por encima de los 4 mil casos. De aquí a siete días, un porcentaje va a necesitar internación o consulta en el sistema de salud”, admitió.
El funcionario explicó que desconoce cuándo será el pico de casos de este año. Indicó que, en octubre de 2020, el número máximo de internaciones se dio a los 20 días de registrado el pico de diagnósticos positivos. “La proyección es preocupante. El sistema sanitario cordobés es uno de los más robustos del país. Pero tiene un límite. Uno de ellos es el recurso humano que está estregado y fatigado”, indicó.
Cardozo explicó que con las distintas carpas montadas ahora para atención prehospitalaria, se buscará contener la demanda, tanto de consultas como de internaciones.
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