Se “dinamitó” la convergencia de precios y salarios: gremios se alejan de la pauta oficial
analytica
Esta semana, con la discusión por el Salario Mínimo Vital y Móvil, se volvió a poner el foco en los salarios. Además, quedó expuesta la distorsión que genera la inflación en todas las variables en general, y el salario en particular. Las paritarias, que inicialmente comenzaron a cerrar en torno a la pauta inflacionaria del 29% que el Gobierno plasmó en el Presupuesto, empezaron a subir un escalón.
Para la consultora Analytica, el dato de inflación de marzo (4,8%) “dinamitó” la convergencia hacia el 30% anual a la que aspiraba el Gobierno para las variables nominales. Además, las negociaciones paritarias en sectores clave, como construcción, educación y metalúrgicos cerraron en torno al 35%.
Analytica señaló que la remuneración de los asalariados funcionó, en los últimos años, como una de las principales anclas antiinflacionarias. “En términos reales, entre diciembre de 2017 y enero de 2021 el salario registrado perdió un cuarto de su poder adquisitivo”, destacaron.
Por otro lado, en 2020 la caída en la actividad económica (-9,9%) hizo que la prioridad de los gremios haya pasado por sostener los puestos de trabajo. En ese sentido, las medidas oficiales, con la prohibición de despidos y la doble indemnización, apoyaron esta dinámica. Así, sólo el 4% de los trabajadores registrados perdieron su empleo el año pasado.
Como contrapartida, el descenso en los puestos informales fue mayor y presionó los índices de pobreza. Además, en los últimos cinco años, el Salario Mínimo Vital y Móvil (Smvm) perdió 37,5% en términos reales, variable que define los ingresos del sector informal que abarca a casi 8,5 millones de personas, según datos del Ministerio de Trabajo.
Se puede destacar también la actualización que negoció el Consejo del Salario con los gremios del Smvm: 35%, dividido en 7 cuotas con una revisión en septiembre. Muchas de las paritarias del sector privado firmaron por números y condiciones similares, aunque en menos tramos: tres o cuatro en general. Esto muestra la estrategia de anclar expectativas con el salario que tiene por ahora los funcionarios del área económica.
Sector privado
Con la recuperación de la actividad, dice Analytica, “se habilitó un escalón más alto en las demandas de los gremios: de sostener el empleo los sindicatos empiezan a buscar cierta recuperación de los salarios”. Más allá de la caída de la actividad en febrero (-1%) y la proyección de los próximos meses, aún sigue en niveles superiores a diciembre pasado. En tanto, en marzo, los indicadores adelantados de actividad mostraron aumentos mensuales: la recaudación de IVA-DGI (+3% real), la producción de automóviles (+27%) y los despachos de cemento (+12%), entre otros.
Ahí comienzan a jugar un papel central los precios, que generan expectativas para que las necesidades salariales estén por encima de la pauta gubernamental. En el primer trimestre, el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que mide el Indec, se ubicó en 13%, mientras que casi todas las consultoras privadas estiman que abril no bajaría del 4%.
Con una inflación que no da tregua, no sólo los nuevos acuerdos están por encima del 30% sino que varios contienen cláusulas que gatillan revisiones durante el año. “El promedio de once acuerdos ya cerrados, que suman 3,2 millones de trabajadores y representan a un tercio de los asalariados, es del 33%”, consignó la consultora.
Por ejemplo, la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) acordó un aumento en cuatro cuotas del 36% y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) del 35% en tres cuotas. Ambos contienen cláusulas de revisión a fin de año. A su vez, el Sindicato de Empleados de Comercio, que nuclea alrededor de 1,2 millones de trabajadores y es el más grande del país, acordó una recomposición del 32%. Sin embargo, añadió una cláusula de revisión en enero de 2022.
Paritarias obedientes
Las mejoras pactadas tuvieron la intervención del titular de la cartera de Trabajo, Claudio Moroni, para poder negociar dentro de las pautas de la Casa Rosada. En palabras del propio ministro de Economía, Martín Guzmán, “las paritarias deberían quedar dos o tres puntos por encima de la inflación proyectada”. Hay más casos testigos de este tipo.
Los gremios docentes acordaron, a fines de febrero en la Paritaria Nacional, un aumento salarial del 34,6%, que se pagará en tres cuotas: marzo, julio y septiembre. De esa forma, el salario inicial docente, de $27.500, subirá a $31.000 en marzo, a $34.500 en julio y a $37.000 en septiembre. A principios de marzo, el sindicato de los encargados de edificios, cerró su paritaria 2021 al firmar con las tres cámaras del sector un 32% de aumento salarial en cuatro tramos y el compromiso de una revisión en septiembre.
El Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU) consiguió una recomposición del 33% entre abril de este año y marzo del 2022 en dos tramos, 18% en el primer semestre y 15% en el segundo. Por otro lado, la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados (Fgpicyd) acordó con las cámaras del sector un 30% de recomposición salarial en tres cuotas para los próximos nueve meses.
Por su parte, el Sindicato de Obreros y Empleados de la Minoridad y Educación (Soeme) acordó con los colegios privados un aumento del 35% en tres cuotas para los auxiliares de la educación. Asimismo, La Federación de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio y Garajes de la República Argentina (Foesgra), bajo el mando de Carlos Acuña, uno de los titulares de la CGT, arregló con las principales cámaras empresarias un aumento del 34% para 2021, en cuatro cuotas (abril, julio, agosto y octubre), con una cláusula de revisión pactada para octubre y el acuerdo para que el primer tramo sea no remunerativo.
Otras visiones
“El Gobierno quiere que suban los salarios, pero no tanto para que no presionen hacia arriba los precios. Sin embargo, la inflación va a quedar cerca del 40%”, señaló el director C&T Asesores, Camilo Tiscornia, ante El Economista. “La recomposición se la comen los precios, con la consecuencia de altibajos en el poder adquisitivo y un cierto impacto en la actividad”, añadió.
“Hay mucha incertidumbre de lo que va a pasar con el nivel de actividad por la segunda ola, entonces también se complica tener un buen nivel de actividad y que los trabajadores puedan aspirar a mejores ingresos”, finalizó.
“Nosotros proyectamos que el salario registrado pierda este año alrededor del 2% en términos reales”, proyectó el economista de Ecolatina, Joaquín Waldman, ante El Economista. “El consumo se va a ver afectado, más de lo que está, por esta dinámica. Hay que estar atento a si habrá algunas medidas oficiales de transferencias de ingresos para fomentar que se consuma y la actividad se mantenga”, concluyó.
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