Mercosur: el mercado de mayor peso para Córdoba y el proyecto más complejo
El próximo 22 de abril, los cancilleres del Mercosur se reunirán en Buenos Aires para analizar los próximos pasos de un bloque que quedó dividido el mismo día que cumplió 30 años: el viernes 26 de marzo pasado. Por un lado, están los planteos de menos barreras arancelarias y más integración al mundo de Uruguay, Paraguay y Brasil; por el otro, la idea de una integración regional que evite asimetrías dañinas para la industria regional, impulsada por Argentina.
En Córdoba, los empresarios salen a la defensa del Mercosur por considerarlo el mercado más importante para las exportaciones locales; apuestan a una mayor integración y advierten que esto no se contrapone a fortalecer la competitividad de las pymes.
No es para menos. El Mercosur es el primer destino de las exportaciones cordobesas, con 14,3 por ciento en 2020, a pesar de que su participación se redujo. En la década pasada, comenzó representando 22,5 por ciento y llegó en 2012 a 25,6 por ciento gracias a las manufacturas industriales, según datos de la Agencia ProCórdoba (ver gráfico).
Su participación comenzó a reducirse cuando la competitividad industrial empezó a decaer. Con todo, sigue siendo importante, ya que el Mercosur es el destino donde Córdoba coloca sus productos de mayor valor agregado.
El problema para Argentina es que es un mercado deficitario, porque exportar productos industriales obliga a importar insumos, componentes y tecnología. En 2020, el rojo comercial fue de 1.274 millones de dólares.
Además, su expansión se estancó. Venezuela entró como miembro pleno en 2012, pero en 2017 fue suspendido por no cumplir con sus obligaciones (libre comercio entre los países, adoptar el nomenclador arancelario común, entre otros requisitos). Bolivia sigue en proceso de adhesión y continúan en estatus de «Estados asociados» países como Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam.
Tampoco avanzó con acuerdos de libre comercio. El convenio con la Unión Europea cosechó más rechazos que adhesiones y aún no se conoce el grado de avance de las negociaciones con Corea, Singapur y Canadá.
Actualmente, el Mercosur representa apenas 1,4 por ciento de las exportaciones globales, al tiempo que Latinoamérica tiene el 3,3 por ciento del comercio mundial. En cambio, Asia representa 33 por ciento; Europa, 37 por ciento, y Estados Unidos, 18 por ciento.
“Países como Brasil, Paraguay y Uruguay prefieren vincularse con los grandes bloques, antes que el proyecto de integración latinoamericana enarbolado por el presidente argentino Alberto Fernández”, señala Marcelo Elizondo, director general de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI).
Competitividad, la clave
Para Marcelo Olmedo, presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba (Cacec), el Mercosur no debe encerrarse en su mercado de 300 millones de consumidores, sino que debe encontrar “la fortaleza para salir al mundo” en la integración de sus economías. “Disminuir el arancel externo común está bien, no puede seguir de manera permanente esta pérdida de competitividad”, señala.
Isabel Martínez, titular de la Comisión Automotriz de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra), asegura que este sector logró cumplir con los objetivos que se había puesto el bloque: complementación, integración y especialización de sus cadenas productivas.
Las exportaciones de vehículos entre 2010 y 2020 cayeron 56,3 por ciento, pero aun así continúa siendo el principal producto industrial exportado a la región. “El Mercosur es un proyecto estratégico que requiere consensos y el compromiso de las partes de armonizar sus legislaciones y sus políticas, pero esto lleva tiempo”, destaca la dirigente industrial.
También es importante para la industria láctea, que en 2020 sumó exportaciones totales por 1.001 millones de dólares, según el Indec, o 1.127 millones de dólares, según el Observatorio de la Cadena Láctea. El 34 por ciento de esta cifra se destinó al Mercosur, de lo cual más del 90 por ciento correspondió a Brasil.
Ercole Felippa, presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL), advierte que tanto Brasil como Argentina se necesitan mutuamente para la internacionalización. “Lo que plantea Uruguay es que necesita importar bienes terminados y está pagando sobreprecios por este esquema de protección que, en el caso de Argentina, surge de graves desajustes de la macroeconomía interna”, resalta.
Al respecto, Eduardo Fernández, vicepresidente de Apyme y diputado nacional por el Frente de Todos, descarta que el Gobierno argentino quiera aislarse del mundo. Sostiene que apunta a “una integración que impulse la recuperación de nuestras industrias; no se las puede poner a competir inmediatamente, hay un alto grado de incertidumbre y de amenazas”.
En este contexto, la clave pasa por fortalecer a las pymes, y en esto las alianzas y las sinergias que se pueden generar en el Mercosur pueden ayudar a la industria regional a mejorar su competitividad, según previene Beatriz Bederian, presidenta de la Cámara de la Madera, Mueble y Equipamiento de Córdoba (Cammec).
“Hay que recuperar el mercado interno. Volver a la senda de la productividad. El impacto de la pandemia fue muy duro. Las pymes tuvieron que endeudarse para sobrevivir. Hoy es hora de acelerar los procesos y pensar en un plan específicamente pyme”, reflexiona.
Valor exportado
Córdoba coloca en el Mercosur productos de más valor agregado comparados con destinos como China, el segundo mayor mercado en volumen de exportaciones.
Automóviles y autopartes son un producto representativo de la exportación cordobesa a Brasil. Según datos del Sistema de Consulta de Comercio Exterior del Indec correspondientes a 2020, la tonelada de vehículo de hasta seis personas de 1.0 a 1.5 litros de cilindrada tuvo el valor FOB (precio puesto en el transporte en el país de origen) de 14.090,27 dólares.
El producto «estrella» de las ventas a China es la soja. El valor FOB de poroto (excluido para siembra) fue de 341,04 dólares la tonelada.
Si se toman productos similares, como la carne bovina, deshuesada y congelada, la enviada a Brasil tuvo un valor FOB de 6.914,24 dólares la tonelada, mientras que para China fue de 3.955,19.
La diferencia se achicó en la leche en polvo (grasas menor o igual a 1,5 por ciento): 2.786,37 dólares la tonelada para Brasil contra 2.344,63 dólares para China.
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