La Voz del Interior @lavozcomar: 8M: un año de pandemia, con más trabajo y menos ingresos para las mujeres

8M: un año de pandemia, con más trabajo y menos ingresos para las mujeres

Cada 8 de marzo se recuerda el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, tal como se lo denominaba originalmente. Y con el paso de los años se van haciendo cada vez más visibles la cantidad, variedad y desigual distribución que tiene ese trabajo. En el último año, con la pandemia por coronavirus esas desigualdades quedaron más en evidencia y, en algunos aspectos, se profundizaron.

Las mujeres trabajan más dentro de la casa donde su labor no es remunerada; trabajan menos en el mercado laboral formal; trabajan en tareas poco remuneradas; tienen menos puestos de toma de decisiones; y, por si fuera poco, son quienes más participan en actividades de voluntariado o activismo social, la conocida como “tercera jornada laboral”.

El advenimiento de la pandemia por coronavirus hizo aún más visibles estas asimetrías y si bien las realidades cambian de acuerdo a la composición de los hogares (con o sin hijos, monoparentales) y de acuerdo a las distintas realidades geográficas y de recursos económicos, hay una tendencia en común.

Organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), ONU-Mujeres y Women in Global Health han advertido sobre la profundización de las brechas que tendrían el aislamiento social obligatorio y la crisis económica provocada por la pandemia.

A nivel regional y a un año del comienzo de la pandemia, algunos estudios y encuestas del Indec, análisis de la consultora Grow especializada en género y trabajo, entre otros, aportaron datos y lecturas sobre la realidad local.

Todo esto también impactó sobre la salud emocional de las mujeres, que se vio afectada sobre todo por la mayor carga de tareas domésticas y de cuidado.

Tareas de cuidado

Las tareas de cuidado son de vital importancia para la economía, ya que aportan a la subsistencia de los trabajadores y de las personas en general aptas para su desarrollo social. Sin embargo, históricamente han sido concebidas como parte de una responsabilidad exclusiva de las mujeres por su condición de género y sin reconocimiento alguno.

Los estudios en economía feminista determinan que esta división desigual de las tareas domésticas repercuten luego en menor tiempo para las mujeres para la realización de tareas remuneradas o para el ocio.

Las tareas de cuidado y del hogar se multiplicaron con el aislamiento y –si estas labores ya recaían más sobre las mujeres–, ahora las responsabilidades se incrementaron.

Desde la agencia Grow realizaron una encuesta a 1.100 personas de distintas provincias acerca de cómo se desarrollaron las tareas domésticas y de cuidados durante la cuarentena, entre mayo y julio de 2020.

El estudio concluyó que el 78 por ciento de los varones y el 84 por ciento de las mujeres con hijos o hijas le dedican tiempo al cuidado, y que el cuidado de adultos mayores recae en mayor medida sobre mujeres sin hijos. Además, detectaron que, en promedio, las mujeres le dedican a las tareas de cuidado y domésticas no remuneradas 10 horas con 24 minutos por día, mientras que los varones les destinan seis horas y 48 minutos (una brecha de 3,76 puntos). Según el Indec, en 2013 eran 6,4 horas para las mujeres y 3,4 horas para los hombres (una brecha de tres puntos).

En hogares con hijos menores de 12 años, las horas de cuidado en pandemia alcanzaron las 13 horas para el caso de mujeres, y 9 horas con 24 minutos para los varones.

En cuanto a las tareas domésticas propiamente dichas, desde Grow concluyeron que las mujeres dedican casi una hora más por día que los varones a cocinar, limpiar y desinfectar.

Por su parte, un estudio sobre el impacto del Covid-19 en los hogares del Gran Buenos Aires (de agosto a octubre de 2020) realizado por el Indec estableció que en los hogares con dos miembros o más que incrementaron el tiempo dedicado a las tareas de limpieza, preparación de alimentos y compras, en el 64,1 por ciento de los casos son las mujeres quienes realizan el mayor esfuerzo. En el 20,1 por ciento de los casos ese lugar corresponde a los varones, observándose una distribución equitativa en el 15,1 por ciento del universo.

Según el mismo informe, la carga principal de las actividades de cuidado de los miembros del hogar es sostenida por las mujeres en el 70,3 por ciento de los hogares consultados. Los varones tienen la responsabilidad principal en el 21,3 y sólo se observa una distribución equitativa en el siete por ciento de los hogares (el resto corresponde a servicio doméstico).

“La crisis de cuidados nos explotó en la cara con la pandemia y de todas las realidades, una atrás de la otra. Es algo que se va a cambiar sólo si hay un movimiento fuerte de transformación y voluntad política para lograrlo”, dijo Cecilia Merchán a cargo de la Secretaría de Políticas de Igualdad y Diversidad de la Nación.

Diferencias laborales

En el tercer trimestre de 2020, la tasa de actividad de las mujeres fue casi 20 puntos porcentuales menor a la de los varones (45,4 versus 64,5), lo que refleja una menor participación de las primeras en el mundo laboral, según un informe elaborado por el Programa Igualar del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación en base a la Encuesta Permanente de Hogares del Indec. La tasa de actividad en 2018 era del 69,5 para los varones y del 49,1 para las mujeres

Por su parte, el informe indica que la tasa de empleo fue 18 puntos porcentuales menor en el caso de las mujeres (39,4 versus 57,7 por ciento). Estas diferencias se mantienen con respecto a la situación prepandemia (43,9 y 64 por ciento, respectivamente). “No obstante ello, como consecuencia de la misma, tanto la tasa de actividad como la tasa de empleo se ubican en niveles inferiores, reflejando el retiro de una franja importante de la población de las actividades económicas, aunque con mayor intensidad en las mujeres que en los varones”, indicaron desde el ministerio.

También destacaron que la incidencia de formas de trabajo no registrado es mayor en las mujeres que en los varones, con una brecha de 0,9 puntos porcentuales en la tasa de informalidad (29,2 contra 28,3 por ciento). La conclusión del informe es que tanto la tasa de informalidad de ambos géneros como la brecha, se han reducido con respecto al escenario previo a la pandemia. No obstante, estos cambios son consecuencia de la destrucción de puestos de trabajo no registrados en el contexto de la pandemia (que cuentan con una menor protección en relación a los puestos registrados), lo que se verificó con mayor intensidad en las mujeres, reflejando un escenario de mayor informalidad de las relaciones laborales.

Además, sólo el 3,9 por ciento de las mujeres ocupadas acceden a cargos de dirección o jefatura (versus el 7,9 por ciento de los varones), fenómeno conocido como segmentación vertical o “techo de cristal”.

Las condiciones más desfavorables para las mujeres en cuanto al acceso al empleo y la permanencia en él, se ven reflejadas en la brecha de ingresos. Las mujeres perciben ingresos que, en promedio, son un 21,6 por ciento menores que los de los varones, brecha que se amplía en el caso del empleo asalariado informal (31,8 por ciento) y por cuenta propia (26,9).

Vale aclarar que si bien la brecha de ingresos es menor en relación al escenario previo a la pandemia, la mayor intensidad en la disminución de puestos de trabajo no registrados que sufrieron las mujeres, siendo esta la categoría ocupacional de menor remuneración, termina por afectar la comparación. Así pues, esta baja en la brecha no debe entenderse como una mejora, además de verificarse la misma en un contexto de deterioro de los ingresos en el contexto de la crisis económica que desató la pandemia.

Lo anterior puede explicar la mayor prevalencia del pluriempleo entre las mujeres, con una brecha de 4,65 puntos porcentuales (10,8 contra 6,2 por ciento). Esta brecha es menor a la observada previo a la pandemia, lo que puede estar explicado por el mayor impacto que la misma tuvo sobre las posibilidades de acceso de las mujeres a puestos de trabajo.

Emocional

La Universidad Siglo 21, a través de su Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales, realizó un relevamiento sobre la salud de las mujeres durante la pandemia. Algunos de los resultados destacados reflejan la existencia de una brecha de género entre la salud física y socioemocional.

Por ejemplo, el 21,5 por ciento de las mujeres siente agobio por las preocupaciones (17 por ciento en varones). Asimismo, el 26,7 por ciento señala que son muchas las circunstancias que les generan preocupación, mientras que esta cifra se reduce al 20,6 entre los hombres.

Por otro lado, predominan los síntomas asociados a la ansiedad y somatizaciones. El 13,5 por ciento de los hombres señala que “casi todos los días” siente tensión y dolor muscular, mientras que esta cifra es más del doble entre las mujeres (llega al 25 por ciento).

En comparación con 2019, en el 2020 tanto hombres como mujeres, respondieron que casi todos los días se sienten más nerviosos y ansiosos: ellos triplicaron la cifra (de 5 a 15 por ciento), mientras que ellas la duplicaron (del 6 al 15).

“En estas cifras se refleja el impacto de la pandemia y el peso que tienen las tareas de cuidado en las mujeres. Si bien hay mayor conciencia de la corresponsabilidad, aún cuando otro se ocupe, estamos atentas, con sentimiento culpa. En hogares monoparentales la situación fue aún más compleja. También hay que considerar que se sumó el apoyo en el aprendizaje de la escolarización”, declara Laura Gaidulewicz, directora del Instituto de Género e Inclusión de la Universidad Siglo 21.

Ya hubo ocho femicidios en tres meses de 2021

Los últimos dos casos en Córdoba fueron los de Ivana Módica y Katherine Saavedra.

Gabriela Lencina (43), Nilda Peano (57), Ivana Soledad Juárez, Melisa Moyano (40), Liliana Stefanatto, Miriam Farías (45), Ivana Módica (47) y Katherine Saavedra (22) son los nombres de las ocho víctimas de femicidio en lo que va de 2021 en Córdoba. A ellas se suman dos muertes de mujeres en investigación. De las tres fechas que nuclean los reclamos feministas (8 de marzo, 3 de junio y 25 de noviembre), hoy se suele hacer foco en las desigualdades laborales. Sin embargo, este año, el fuerte incremento de casos de violencia de género vuelven a poner en primer plano consignas como “Basta de matarnos” y “Ni Una Menos”.

Paro, movilizaciones y actividades oficiales

En Córdoba. Hoy se desarrollará en todo el país el Paro Internacional de Mujeres, con movilizaciones incluidas. En Córdoba Capital habrá dos columnas. Una convocada por “Alerta Feminista”, que saldrá a las 17 y llegará hasta Tribunales I. Y otra, de la Asamblea “NiUnaMenos”, que partirá a la misma hora desde Colón y Cañada y llegará hasta el Patio Olmos.

Acuerdo Federal. La Provincia firmará hoy en Casa Rosada el Acuerdo Federal Argentina Unida contra las Violencias de Género. La Municipalidad de Córdoba concretará una nutrida grilla de actividades por el 8M.

Más información

En todos lados. Las mujeres suelen trabajar y ocuparse de las tareas de cuidado de la casa y los niños y niñas, lo que significa un esfuerzo que no les deja tiempo para el ocio. (Pexels)
Reclamo. Córdoba marchó pidiendo por Justicia por el femicidio de Ivana Módica. (La Voz)
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