“Cereal negro”: juzgan a una asociación ilícita de evasores
“El viejo truco de hacer plata evadiendo los impuestos por la venta de granos”, es algo que se viene verificando cada vez más seguido en los tribunales federales con diversas asociaciones ilícitas que terminan con sus integrantes juzgados por defraudar al fisco nacional.
Conocida fue la causa de la “soja negra” que a inicios de la década pasada tuvo eje en el club Defensores de Boca Juniors de Camilo Aldao, lo mismo que una similar –conocida como “Mengo”– que terminó en condenas en septiembre de 2020 por una asociación ilícita fiscal con eje en Córdoba y en Río Cuarto.
Con numerosos casos en todo el país, la forma de evadir sigue repitiéndose y el jueves pasado se vio llegar a la primera audiencia del juicio la causa “Cuello”, que lleva a una veintena de acusados de constituirse en asociación ilícita para hacer negocio evadiendo impuestos a las Ganancias y al Valor Agregado por multimillonarias ventas de cereales.
Para esto es preciso constituir sociedades fantasma, usar prestanombres, hacer ventas y operaciones en negro, siempre para sacar diferencia entre lo que se declara y lo que se cobra por la supuesta contribución de impuestos.
La investigación del “cereal negro” tuvo sus orígenes en 2010 ante una denuncia anónima en Villa María por supuestos delitos de narcotráfico. Pero, a poco de iniciar la instrucción, los pesquisas se enteraron de que los señalados parecían dedicarse a algo muy distinto, por lo que el motivo de los allanamientos fue otro.
Se sindica como jefe de la asociación delictiva, con otros 21 integrantes, a Fernando Luis Cuello (54). Junto con su pareja, Natalia de los Ángeles “Nati” Paulus –ambos radicados en inmediaciones de Río Tercero–, habrían comandado las acciones orquestadas para evadir las contribuciones a la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip).
La causa fue elevada a juicio a fines de 2018 por el juez federal de Villa María Roque Ramón Rebak y comenzó juzgarse el pasado jueves, con modalidad presencial y remota, con la mayoría de los acusados siguiendo el debate a través de teleconferencia. Las audiencias se desarrollan en el Tribunal Oral Federal 2 de Córdoba, con integración de José Fabián Asís (presidente), María Noel Costa y Jaime Díaz Gavier. La acusación es llevada adelante por el fiscal General Carlos Gonella.
Los otros acusados de asociación ilícita fiscal, como coautores o meros integrantes, son Néstor Rubén “Pío” Beltrame (61), Félix Armando “Poroto” Cabral (66), Luis Fernando “Lucho” Farías (79), María Fernanda Farías (50), Jorge Ricardo Ferrer (61), Matías Elvio Giuggioloni (41), Rubén Adolfo Ceva (61), Rosendo César “Zapa” González (55), Sergio Luis Guevara (59), Julio Omar “Omarete” González (56), Diego Gastón Ludueña (41), Julio Daniel Luján (52), Daniel Ramón Pelayes (53), Juan José “Gallego” o “Negro” Ross (58), Marcelo Alberto “Cachencho” Sbagzdis (56), Pablo Martín Zotelo (47), Horacio Omar Cismondi (66), Miguel Ángel Ortega (58), y Rubén Omar Di Primio (75).
“Lucho” Farías fue operado por una afección oncológica el mismo día de la audiencia, por lo que fue “separado temporalmente” del debate. Señalados como integrantes de este tipo de asociación, todos se enfrentan a penas desde tres años y medio hasta 10 años de prisión.
En la primera audiencia, se leyó la acusación, se tomaron las consideraciones personales de los acusados y declararon dos de los acusados, destacándose lo que refirió uno de ellos, Rubén Di Primio, quien no tuvo problemas en señalar como responsable de la maniobra a quien está imputado como líder, Fernando Cuello.
El contador Di Primio, oriundo de Buenos Aires, relató las dificultades económicas que tuvo a la hora de aceptar un ofrecimiento de integrar una sociedad comercial –Algeciras SA– debiendo inscribirse como presidente y pasando a cobrar una buena suma de dinero.
Lo llamativo de su declaración, más allá de señalar como responsable máximo a Cuello, fue que mencionó a “Walter Tallarico”, un empresario que lo convocó para integrar la sociedad y que luego le habría “soltado la mano”. Más allá de no estar imputado, Tallarico no está siquiera mencionado.
Asistido por el defensor oficial Rodrigo Altamira, Di Primio se presentó como una persona con muchas dificultades económicas, además de pesares personales y familiares a raíz de las debacles financieras que sufrió desde la crisis de 2001 hasta el presente. Esta situación, sostuvo, lo hizo aceptar el ofrecimiento de Tallarico, agregando que firmó muchos papeles sin saber su contenido. También dijo que escuchaba que Tallarico hablaba con Cuello y que comenzó a preocuparse cuando se enteró de que este había sido imputado.
Según trascendió de fuentes judiciales, esta tónica de responsabilizar a quienes están en la cúpula de la organización podría ser la que asumirían otros imputados que están en un segundo plano de los movimientos de la agrupación.
Reducido. Por acuerdo de las partes, se decidió reducir a 13 el número de testigos. Esto hace prever que el juicio puede llevar aproximadamente dos meses de duración, teniendo en cuenta que, por la emergencia sanitaria, sólo se destinan los jueves para esta causa.
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