El Gobierno postergó la discusión sobre las PASO hasta marzo, pese al pedido de diez gobernadores
el país.
Los gobernadores del Norte Grande, que no quieren las primarias, se lo pidieron a Alberto Fernández en La Rioja pero no obtuvieron una respuesta favorable. Hay resistencias en el kirchnerismo para que la propuesta avance.
Diez gobernadores del Norte Grande se reunieron en La Rioja con el presidente Alberto Fernández para pedirle al unísono que incluya el proyecto de suspensión de las PASO en el temario de sesiones extraordinarias. Se retiraron con las manos vacías. El jefe de Estado les dijo que no había suficiente consenso y que en todo caso volvieran con el tema cuando lograsen cosechar mayores voluntades en todo el arco político.
Para que el proyecto de suspensión de las PASO salga se requiere de una mayoría especial de la mitad más uno de los representantes de cada cámara, lo cual sería factible con un nivel de acuerdo que no sólo unifique al oficialismo sino que además integre detrás del mismo objetivo a sectores de la oposición. Hoy esa hipótesis es lejana porque ni siquiera en el oficialismo hay uniformidad de criterio sobre el tema.
El «scrum» al presidente, liderado por Jorge Capitanich (Chaco) y Juan Manzur (Tucumán) no dio el resultado esperado. En los meses de verano el proyecto no avanzará y la discusión pasará a marzo o abril, con un ojo en la evolución de la pandemia. Si para entonces hubiera signos contundentes de una segunda ola inminente, y las fuerzas políticas reconocieran el riesgo de someter a la población a la jornada presencial de sufragio, recién en esa instancia se pondría el consideración la iniciativa de eliminar las primarias.
Un importante dirigente nacional proclive a la suspensión de las PASO reconoció que «no es mala la idea de abrir un compás de espera» hasta marzo» para ver cómo continúa la pandemia.
«Si la pandemia tiene su segunda ola en abril, mayo y junio, entonces tendrá más motivo la suspensión de este año», acotó.
Hay otra razón de tipo práctica que desalienta la posibilidad de que la suspensión de las PASO llegue al Congreso en el período de sesiones extraordinarias. Que ello suceda depende de que el Gobierno nacional emita un decreto de ampliación del temario de sesiones extraordinarias que incorpore la iniciativa.
La discusión central que está trabando el proyecto se libra en la provincia de Buenos Aires y también en la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de distritos que para definir a los representantes de sus legislaturas también tienen PASO, a diferencia de muchas provincias del interior del país que no poseen esa instancia para la definición de candidaturas.
«Si desacoplas la elección nacional los complicás porque también tendrían que eliminar las PASO provinciales y es muy complejo la construcción de consensos. Aunque suspendiéramos la PASO nacional, la provincial tendría que tener otra ley para suspenderse. Eso no se ve con mucha posibilidad por ejemplo en la provincia de Buenos Aires», explicaron.
El diputado nacional Pablo Yedlin (Frente de Todos) fue quien el 11 de diciembre pasado presentó un proyecto en representación de los gobernadores que buscaba eliminar las PASO por primera vez. Si bien tiene un perfil propio reconocido ligado a la cuestión de la salud pública (preside la comisión de Salud en la Cámara baja, reporta al gobernador de su provincia, Manzur. En declaraciones a NA, ahora admite que el escenario que plantean los gobernadores del Norte grande es «complejo».
«La situación parlamentaria del proyecto legislativo es compleja porque hay provincias como la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, que celebran sus propias PASO provinciales, que complican el hecho de suspender las nacionales».
Yedlin reconoció las dificultades para que prospere el proyecto pero negó con firmeza que quienes rechazan la medida lo hagan por especulaciones de tipo electoralista. «No creo que haya diferencia electoral en el resultado si hay o no hay PASO. Eso no cambia», afirmó.
Meses atrás, los gobernadores habían conseguido en el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, un interlocutor directo sensible al pedido, pero ya en las últimas semanas el tigrense parece haberse despegado de la iniciativa y no hará nada que no tenga el aval y la orden expresa de Balcarce 50.
El kirchnerismo duro no comulga con la idea de eliminar las PASO este año: Cristina Kirchner fue la impulsora de la ley 26.571 de «democratización de la Representación Política, la Transparencia y la equidad electoral», que a fines del 2009 creó el régimen de las PASO y que se puso en práctica por primera vez en las elecciones del 2011.
Ir en contra del sistema de PASO sería contradictorio con lo que Cristina Kirchner consideraba una conquista de su gestión, y un legado para la democracia. Además, La Cámpora quiere que las PASO estén en vigencia este año para dirimir candidaturas en las internas del peronismo de varias localidades de la provincia de Buenos Aires.
A su vez, el proyecto para eliminar las PASO requeriría de un acuerdo macro y legislativo con la oposición mayoritaria de Juntos por el Cambio, y no habrían condiciones políticas para avanzar en ese sentido. Los dirigentes de Juntos por el Cambio que se expresaron sobre el tema cuestionaron la iniciativa y se opusieron.
En la provincia de Buenos Aires, que concentra cerca de 13 millones de electores siendo por lejos el más determinante del país, habría que modificar la ley 14.086 por el cual se adhirió a la norma nacional y se aplicaron las PASO a nivel provincial, lo cual torna la cuestión aún más compleja debido a que allí también la posibilidad de acordar con Juntos por el Cambio es lejana.
El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, que en el mapa de la alianza gobernante expresa al kirchnerismo puro, viene eludiendo el tema cada vez que fue consultado, aunque algunos de sus dichos permiten suponer que estaría en contra de suspender las primarias.
El exministro de Economía de Cristina Kirchner considera que en el segundo semestre del año toda la población de riesgo ya estará inmunizada contra el coronavirus. Si eso fuera cierto, la provincia de Buenos Aires estaría en condiciones de afrontar un proceso electoral.
Frente a este panorama incierto, algunos gobernadores piensan en desdoblar sus propias elecciones provinciales, y de hecho el salteño Gustavo Sáenz —quien fluctúa entre posiciones oficialistas y opositoras al igual que Juan Schiaretti— fue pionero y ya avanzó en esa dirección al establecer el 4 de julio como fecha de comicios, sin PASO.
La evolución de la situación epidemiológica, por supuesto, será un factor central que marcará el pulso de las decisiones de Estado, pero a esta altura está prácticamente descartado que el Gobierno impulse la suspensión de las PASO en el período de sesiones extraordinarias, como pretenden los gobernadores del Norte Grande. La discusión podría recién darse a partir de marzo. (NA)
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