Malvinas: el Brexit podría refrescar el reclamo de soberanía
El acuerdo para la futura relación comercial entre el Reino Unido y la Unión Europea tuvo un fuerte eco en Argentina.
Es que el pacto económico acordado en la pasada Navidad –a días de que se hiciera efectivo el Brexit– deja afuera a los territorios británicos de ultramar, que dejarán de gozar los privilegios que tenían cuando la isla pertenecía al bloque comunitario.
Desde el 1º de enero, para comerciar con la UE deberán pagar aranceles (o negociar nuevos acuerdos) y podrían perder cuotas de acceso.
Las regiones de ultramar alcanzadas son Anguila, Bermuda, Territorio Antártico Británico, Territorio Británico del Océano Índico, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán, Islas Malvinas, Montserrat, Pitcairn, Islas Henderson, Ducie y Oeno, Santa Helena, Ascensión y Tristan da Cunha, Georgia del Sur y Sandwich del Sur, e Islas Turcos y Caicos, según se detalla en el acuerdo.
Malvinas, cuya economía es extremadamente dependiente de la pesca y donde el 60 por ciento de sus ingresos proviene de licencias pesqueras, pasará del actual arancel cero a pagar entre un seis y un 18 por ciento a la hora de venderle a la UE.
El dato no sorprendió en Gran Bretaña. Días atrás, el primer ministro, Boris Johnson, había anticipado la “absoluta intransigencia” de Bruselas “a la hora de excluir la mayoría de territorios de ultramar de las negociaciones comerciales”, y se comprometió a colaborar en “el cambio que se avecina”. Incluso se esperanzó con que productos de Malvinas, como ostras y el calamar, encuentren nuevos y mejores mercados.
Argentina celebra
La exclusión de los territorios de ultramar en la futura relación comercial entre la UE y el Reino Unido implica una buena noticia para Argentina, pues se trata de un poco de aire fresco para repensar la estrategia de su reclamo de soberanía sobre las islas. Ya a comienzos de diciembre hubo una reunión bilateral entre funcionarios de la Cancillería y representantes europeos, en la que el Gobierno planteó el “interés de mantener un diálogo renovado con la UE en relación con la cuestión de las Islas Malvinas”.
Ayer lo dejó claro el secretario del Área Malvinas e Islas del Atlántico Sur de la Cancillería, Daniel Filmus. “La no incorporación de las Islas Malvinas al acuerdo del Brexit fue uno de los temas que el canciller Felipe Solá puso en las conversaciones con Josep Borrell (Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad) y con todos los cancilleres europeos con los que ha conversado este año y a los que ha ido planteando la posición argentina respecto de la vigencia de la resolución 2.065 de la ONU y de la existencia de una controversia respecto del ejercicio de la soberanía, que, de acuerdo con nuestros derechos y con nuestra Constitución, corresponde a la Argentina”, dijo al diario Clarín.
“La decisión de la UE de no incluir a las Malvinas, a las Georgias del Sur y a las Sandwich del Sur respeta esta mirada”, agregó.
La salida
Ayer se dio a conocer el acuerdo (aún no se firmó) que gobernará la relación comercial entre el Reino Unido y la Unión Europea desde el 1º de enero. A partir de mañana, los embajadores del bloque y legisladores a ambos lados del Canal de la Mancha examinarán el llamado “Acuerdo de Comercio y Cooperación de la EU y Reino Unido”, que contiene más de 1.240 páginas y fue elaborado a lo largo de nueve meses.
El pacto asegura que Gran Bretaña pueda continuar comerciando bienes y servicios con el bloque sin aranceles ni cuotas una vez que el Reino Unido se separe completamente. Dejó de ser un miembro oficial el 31 de enero de este año y está a unos días de concluir el período de transición.
Pero después de que las barreras sean retiradas, los británicos perderán el acceso libre que tenían a un enorme mercado que solamente otorga la membresía plena. Eso va desde derechos pesqueros hasta los mercados de energía e incluye lazos diarios tan importantes para los ciudadanos como los trámites de viajes y los intercambios estudiantiles.
Se espera que los países de la UE respalden el acuerdo en la próxima semana. Los legisladores británicos podrían votar este miércoles, pero, incluso si lo aprueban, el texto solamente entra en vigencia provisionalmente el día de Año Nuevo, pues necesita también la luz verde del Parlamento europeo.
El fin de semana pasado, los parlamentarios europeos dijeron que simplemente no había tiempo suficiente para examinar apropiadamente el texto antes del plazo y debatirán y votarán sobre él en enero y en febrero si el proceso de aprobación transcurre sin problemas.
Viajes en avión
Uno de los cambios ocurrirá en materia de aviación. A partir del 1º de enero, las líneas aéreas del Reino Unido dejarán de ser consideradas como compañías aéreas de la UE.
Por tanto, podrán sólo volar a través del bloque comunitario sin aterrizar, hacer paradas técnicas en el territorio de la UE con fines no comerciales y transportar pasajeros o carga en cualquier ruta entre un punto determinado del Reino Unido y un punto de la UE.
Acuerdo: los viajes y el visado
El acuerdo entre la UE y el Reino Unido restringe el tiempo de visitas.
La Unión Europea y el Reino Unido acordaron permitir la movilidad de ciudadanos europeos y británicos para visitas cortas (máximo 90 días seguidos, con una suma límite de 180 días al año), aunque no se comprometieron a garantizar por escrito los visados de residencia y trabajo de larga duración.
Según subraya el documento conocido ayer, el Reino Unido se negó a incluir un apartado específico dedicado a la movilidad entre territorio británico y comunitario británico y comunitario, por lo que tampoco se ha comprometido por escrito en este acuerdo a facilitar estancias de larga duración, excepto los movimientos temporales de personas con fines comerciales.
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