¿Inclusión o propaganda?
Para quienes profesan la fe cristiana son importantes las posiciones del Papa debido a que para muchas personas es un guía espiritual y moral. Para quienes no profesamos dicha fe también es importante, pues vivimos en una cultura impregnada por el catolicismo y nos afecta de manera directa o indirecta lo que el Vaticano sentencie, sobre todo si tiene que ver con las libertades sexuales y con la salud reproductiva.
En una sociedad donde el odio hacia la comunidad LGTBIQ es una constante, mensajes de igualdad de derechos siempre son necesarios. Sin embargo, sería muy importante que esos mensajes se vertieran oficialmente. Son declaraciones en una entrevista “personal”, que se volvió “pública”; ahora necesitaríamos que se vuelva político.
La Iglesia Católica tiene su propia forma de gobierno, como cualquier institución. ¿Cuál sería el equivalente a una ley o una resolución? ¿Qué valor tienen para todas las sedes de esta institución los pensamientos personales del Papa? ¿Se podría materializar en una política pastoral para toda la jerarquía eclesiástica? ¿Se podrá hacer que el Vaticano asuma esta misma postura?
Que el Papa haya vertido estos dichos, ¿implica que la Iglesia dejará de decir que la “homosexualidad” es una desviación, una inclinación contra natura? ¿El Vaticano va a intervenir en los países donde aún hoy la homosexualidad está penada con la muerte? ¿Cuál va ser su política de ahora en más ? ¿Se reescribirán los libros?
En 2010, cuando se debatía la Ley de Matrimonio Igualitario, Bergoglio convocó a una guerra santa en defensa de la familia heterosexual desde su lugar institucional como arzobispo de Buenos Aires en una carta personal a una comunidad religiosa, que se hizo pública. Diez años le llevó reconocer que hay múltiples formas de ser familia. En ese tiempo que le tomó entender, razonar, nosotrxs seguimos construyendo igualdad desde múltiples lugares, pensando en las infancias, en la vejez, en el derecho al trabajo, a una vida digna. Llegando a muchos consensos sociales, con muchas diferencias, pero algunas premisas: ¿cómo se puede pensar hoy en los derechos civiles de la comunidad LGTBIQ sin pensar en la ley de educación sexual integral? ¿Cómo se puede estar a favor de la unión civil entre personas del mismo género y seguir hablando de ideología de género?
Francisco no es sólo Bergoglio, es el papa, la máxima autoridad de una institución que tiene adeptos y creyentes en todo el mundo; sus opiniones no pueden limitarse a lo meramente discursivo ni personal. Francisco es el papa y para ser creíble es preciso que sus declaraciones se materialicen en políticas concretas; si no, son mera propaganda progresista.
*Doctoranda en estudios de género
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