El truco súper efectivo que ayuda a dejar las toallas como nuevas de manera definitiva
Mantener las toallas limpias y con buen olor genera una sensación agradable al tacto y otorga frescura a la hora de utilizarla cuando salimos de ducharnos.
En contraste, encontrarte con una toalla áspera puede arruinar la experiencia de baño. Esto suele ocurrir luego del paso del tiempo, cuando pasan a volverse rígidas luego de lavados frecuentes y si no se les proporciona el cuidado adecuado.
Esta situación, que se produce por la acumulación de residuos de detergente y suavizante más un exceso de calor, deja una textura que puede causar irritación en la piel. Asimismo en ocasiones pueden desarrollar un desagradable olor, a menudo asociado con la humedad.
El truco casero para dejar las toallas como nuevas
Para restaurar la textura de las toallas sin dañarlas y mantener nuestras toallas suaves y esponjosas durante más tiempo, hay un truco casero que se destaca por sus notables beneficios.
Para eso, solo necesitarás un elemento cotidiano en todos los hogares: vinagre blanco. Este ingrediente, con su acidez, es una solución efectiva contra los residuos de detergente, ayuda a restaurar la esponjosidad sin que pierdan calidad y quita los minerales acumulados en las fibras.
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El truco super efectivo que ayuda a dejar las toallas como nuevas de manera definitiva.
¿Cómo lavar la toalla para que quede suave sin perder calidad?
Vinagre blanco
Para prolongar la vida útil de las toallas, seguí los siguientes pasos:
¿Cada cuánto tengo que lavar las toallas?
Al tratarse de un tejido grueso agarra mucha humedad. Su frecuencia de lavado depende de lo que se haga con ellas cada vez que las usemos. Es importante secarlas, a ser posible en el exterior para que se ventilen, después de cada uso.
Es aconsejable lavar más o menos cada tres usos. El lavado de las toallas de manos debe ser más frecuente, ya que están más expuestas a gérmenes y suciedad, debido a que las usamos tras ir al baño, después de lavarnos las manos, los dientes
Un buen indicador es el olor a humedad. Si se nota, antes incluso de esos tres usos, hay que lavarlas. Cabe recordar que las toallas de manos están expuestas a gérmenes y suciedad, sobre todo si quedan en el baño.
El método de lavado de toallas incluye el uso de agua caliente, no usar suavizantes y secarlas en la secadora o tenderlas al aire libre a ser posible, pero sin que les dé el sol directo.
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