Caída del consumo demora la recuperación
Pese a la fuerte desaceleración que registra la inflación si se la compara con lo que sucedía un año atrás, el consumo de las familias sigue sin recuperarse, de acuerdo con mediciones de consultoras privadas.
Los precios subieron 2,2% en enero último, según la medición oficial, mientras que hace 12 meses, por el impacto de la devaluación del peso, la inflación alcanzó a 25,9%.
El fenómeno aún no se registró en la demanda de los particulares, ya que tanto los salarios como las jubilaciones apenas alcanzaron una leve mejora real en los últimos meses de 2024.
Sin embargo, las subas en los servicios –en especial, en combustibles y en las tarifas de luz, de gas natural y de agua– provocan impactos diversos en los gastos de las familias.
Una de las consultoras privadas, que mide el consumo en supermercados y locales de barrio, detectó una caída de 10,6% en enero, con fuerte retroceso en los comercios sectoriales (13,5%) y en menor medida en las grandes superficies, donde la baja fue de 7,2%.
Las restricciones de los compradores se concentraron en las bebidas, tanto alcohólicas como no alcohólicas, mientras que alimentos, que retrocedió 5,4%, y productos perecederos (-1,1%) estuvieron por debajo del promedio.
Este dato revela que las familias deciden priorizar la compra de los productos destinados a la alimentación, antes que aquellos que se pueden considerar como una satisfacción personal.
Los analistas privados estiman que los resultados negativos incluirán también a este mes y a marzo, por lo que los datos positivos podrían registrarse recién desde abril o mayo.
Para 2025, el consumo podría tener una recuperación de 3% si la actividad crece por encima de 5%, de acuerdo con las proyecciones oficiales y de organismos técnicos.
Los analistas aún no tienen un criterio definido en relación con la incidencia que tendrá en la economía real el “escándalo cripto” que protagonizó el presidente Javier Milei.
Las primeras encuestas revelan una fuerte caída en la credibilidad de la palabra presidencial, así como en la certeza que daba su figura sobre los temas económicos. Ambas cuestiones eran lo más valorado por la sociedad.
El daño de este escándalo aún no puede cuantificarse en cuanto a las inversiones y sobre otros proyectos económicos que pudieran impulsar la tibia recuperación que se observaba en los últimos meses de 2024.
El dato de que la cotización de los bonos argentinos se mantiene estable o con alzas, mientras los dólares financieros no registran mayores movimientos, no configura un indicador cierto sobre la marcha del plan.
En esos casos, sucede que es más conveniente invertir en instrumentos en pesos y luego pasar esos valores a dólares para obtener ganancias impensadas en comparación con otras colocaciones.
La economía necesita de bases sólidas, las cuales surgen de las expectativas favorables y de la confianza del consumidor, junto a inversiones que generen mayor productividad y mejores salarios.
Esto es lo que puso en juego el escándalo promovido por Milei y su entorno, con base en una apuesta a una dudosa criptomoneda que se desplomó en minutos y generó pérdidas millonarias a inversores de todo el mundo.
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