La Voz del Interior @lavozcomar: Reseña de El caballo dorado: una princesa muy particular

Reseña de El caballo dorado: una princesa muy particular

Hay quienes gustan decir que los escritores escriben “contra-la-biblioteca”, esto es, que pergeñan sus ideas en cierta tensión con sus conocimientos del género que abordan y los libros que han leído.

El concepto puede aplicarse a la nueva novela de Sergio Ramírez (Masatepe, Nicaragua, 1942), El caballo dorado, cuya soberbia trama desordena varios géneros narrativos: desde los cuentos de hadas hasta la novela política, pasando por la novela de aventuras, la picaresca y el policial.

Su personaje central es una princesa de la zona rural de los Cárpatos, habitante de Siret, pequeña comarca del Imperio austrohúngaro que, hacia 1905, cuando comienza esta historia, tenía unos tres mil habitantes.

Una princesa que contradice todas y cada una de las características que definen a las princesas en los cuentos de hadas, advertencia que hace el propio narrador: ni ella ni su padre evocan “el poder, la aventura y la belleza” propios de estos relatos. Ella tiene una férula permanente en su pierna izquierda, por eso se la conoce como “la renca”; no es ingenua ni inocente.

Su padre es un disoluto, enviciado por el alcohol y el juego de cartas, en el que dilapida su fortuna.

La princesa simula docilidad y amor para manipular a varios varones, según sus conveniencias, desde que huye de la casa paterna e inicia un viaje que la hace cruzar media Europa y recalar finalmente en Nicaragua. Varones que, cada uno a su manera, reescriben la tipología del pícaro: vagos rematados que no pueden satisfacer sus deseos de riqueza ya que no quieren trabajar; aquí, sueñan con inventar cosas que ya han sido inventadas, por ejemplo, bajo el patrocinio económico de ella.

En ese periplo, habrá hasta un crimen; una investigación científico-técnica sobre el mecanismo que hace funcionar un carrusel; fallidos emprendimientos económicos; amores por conveniencia; y finalmente, una grotesca y decadente aproximación a los políticos y dictadorzuelos centroamericanos de comienzos del 1900.

En ese periplo, aparecen y desaparecen, o vuelven a aparecer en el momento oportuno, “ayudantes” de la princesa o de sus pícaros que remiten a la realidad de la época (como si ella fuera la versión femenina de Forrest Gump): un descendiente de Giuseppe Tartini, compositor de la sonata El trino del diablo; los esotéricos Madame Blavatsky y Gérard Anaclet Vincet Encausee; el francés Henri Menier, famoso fabricante de chocolate con plantaciones de cacao en Nicaragua, amigo del presidente de ese país, José Santos Zelaya; y Mata-Hari, asociada a uno de los pícaros de la princesa, que simula ser hijo natural de Maximiliano, el emperador mejicano…

Y el narrador, claro, que disfruta dejando que sus personajes mientan o imaginen lo que no ha ocurrido para, páginas más tarde, develarnos esos ardides, negar lo narrado y reencauzar el relato.

Ficha

El caballo dorado

Sergio Ramírez

Alfaguara

424 páginas

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