Ingeniería electrónica: el motor invisible de la navegación aérea moderna
La navegación aérea, esencial para el transporte global, ha experimentado una notable evolución gracias a la ingeniería electrónica. Carlos González, ingeniero electricista electrónico y piloto de avión, destaca cómo esta disciplina ha sido fundamental para garantizar la seguridad y eficiencia en los vuelos.
En sus inicios, la navegación se basaba en métodos autónomos como el uso de relojes, brújulas y mapas. Los pilotos trazaban rutas en cartas topográficas y utilizaban puntos de referencia visuales como caminos, vías de tren o accidentes geográficos. Este tipo de navegación, conocida como “a la estima”, implicaba calcular tiempos y distancias considerando las variables del viento.
Con la llegada de la radio, la electrónica comenzó a jugar un papel crucial en la navegación aérea. El ADF (Automatic Direction Finder), fue el primer sistema de radionavegación implementado en los aviones a partir de 19306. El ADF permitía a los pilotos orientarse mediante la recepción de ondas de radio de estaciones NDB (Non-Directional Beacon) en tierra. Al triangular las señales de varias emisoras NDB, se podía determinar la posición de la aeronave6. Este sistema, que opera en bajas y medias frecuencias (190 a 1750 KHz), no indica la distancia a la estación, pero sirve como apoyo a la navegación estimada.
Otro avance importante fue el VOR (VHF Omnidirectional Range), que funciona en VHF y permite a los pilotos seleccionar un rumbo hacia o desde una estación transmisora en un aeropuerto. El ILS (Instrument Landing System), por su parte, facilita el aterrizaje mediante ondas de radio, guiando al avión en forma lateral y vertical9. Además, el DME (Distance Measuring Equipment) permite conocer la distancia a una estación utilizando también ondas de radio.
Sistema de Posicionamiento Global, una revolución en la navegación aérea
La verdadera revolución en la navegación aérea llegó con el GPS (Sistema de Posicionamiento Global) en la década de 199011. Este sistema utiliza una red de 24 satélites que orbitan la Tierra y emiten señales que son captadas por receptores en las aeronaves. El GPS permite determinar con precisión la posición de un avión mediante coordenadas, facilitando la navegación de un punto a otro. El uso de dos satélites genera dos circunferencias que al cruzarse determinan la posición del receptor, y se requiere un tercer satélite para la altitud. Con el tiempo, se han sumado más satélites para mejorar la precisión, integridad, funcionalidad y continuidad de la navegación.
El GPS ha permitido el desarrollo de aproximaciones instrumentales como RNP y RNAV, que posibilitan aterrizajes con precisión milimétrica, incluso en condiciones de baja visibilidad. Una ventaja adicional es que no se necesitan equipos en tierra, como los VOR o ILS.
Los aviones modernos también cuentan con sistemas de navegación inerciales que, mediante giróscopos, detectan los movimientos del avión y permiten calcular su posición sin necesidad de referencias externas.
La electrónica ha transformado la cabina de los aviones, con la introducción de sistemas como el Garmin 1000, que incluye pantallas de vuelo primarias (PFD) y multifuncionales (MFD). Estos sistemas han desplazado los instrumentos mecánicos, reduciendo el mantenimiento y aumentando la confiabilidad. La tendencia actual es a la eliminación total de instrumentos mecánicos en los tableros de las aeronaves.
Además de los sistemas de navegación, la ingeniería electrónica ha permitido el desarrollo de otros equipos a bordo, como radios VHF, WIFI, sistemas de comunicación satelital y cámaras infrarrojas. También los radares desde tierra juegan un papel crucial en el control del tráfico aéreo.
Según Carlos González, la navegación basada en la red satelital ha llegado para quedarse, y no se vislumbra un sistema que pueda reemplazarla en el futuro cercano. En conclusión, la ingeniería electrónica es el motor invisible que impulsa la navegación aérea moderna, haciendo posible vuelos más seguros y eficientes.
Acerca de Carlos González
Carlos González es ingeniero electricista electrónico egresado de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) e ingeniero laboral de parte de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).Reparte su vida entre el manejo de su empresa de recursos humanos y los vuelos. Además de volar porque le apasiona su avión le sirve como herramienta para conectar las sucursales de la compañía.
Obtuvo las licencias de Piloto Comercial e Instructor de vuelo en Argentina y las licencias de Piloto Comercial y Habilitación de Vuelo por Instrumentos en Estados Unidos (FAA). Ha volado más de 5.000 horas en aviones mono motores, lo que equivale aproximadamente a 28 vueltas al mundo.
Creador del blog de seguridad aérea www.vueleseguro.blogspot.com y autor de los libros “De Alaska a Ushuaia en avioneta” y Confesiones de un piloto. Actualmente a cargo de la materia de Prevención de Accidentes dictada por el Aeroclub Córdoba en la UNC.
A González le interesa el fomento de la aviación, la capacitación y el desarrollo de las personas.
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