La Voz del Interior @lavozcomar: Miradas opuestas de El juego del calamar 2 en Netflix: ¿Fiel reflejo de la sociedad o producción repetitiva?

Miradas opuestas de El juego del calamar 2 en Netflix: ¿Fiel reflejo de la sociedad o producción repetitiva?

A favor: Fiel reflejo de la cruda sociedad

Por Brenda Petrone Veliz

El pasado 26 de diciembre, Netflix estrenó la segunda temporada de El juego del Calamar que sigue a Seong Gi-hun (Lee Jung Jae) en su intento por destruir a quienes crearon este diabólico juego de supervivencia. El fuerte de esta nueva entrega es su interés por continuar el giro dramático de la primera parte cuando el jugador 456 se niega a abandonar Corea y se prepara para atacar a la organización de este perverso entretenimiento.

El director Hwang Dong-hyuk avanzó con las historias de algunos personajes secundarios de la temporada uno como Jung-bae, el jugador 390 y mejor amigo de Gi-hun (Lee Seo Hwan), y sumó otras desde la perspectiva de los soldados y reclutadores (más cínicas de lo esperado).

Con preguntas sociológicas, psicológicas y filosóficas como por qué la gente hace lo que hace, qué la lleva a endeudarse, a no conformarse con lo que tiene o pensar si existe el bien genuino en la Humanidad, el cineasta desarrolla un “microcosmos” que fideliza ciertos rasgos de los surcoreanos en particular y la población mundial en general.

“Espero que mirar todo esto le brinde a la audiencia la oportunidad de reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos y decir: ‘¿No es ahí donde estamos? ¿Quién soy justo en este momento?’ ¿Cómo estoy viviendo mi vida?”, expresó el cineasta en el detrás de escena (también disponible en la plataforma).

El odio, el consumismo y el deseo de aparentar alcanzaron niveles delirantes y la ficción se funde con la realidad para darnos esta obra maestra tan cruel como fascinante. Además, en esta ocasión se abordan temas como el endeudamiento de los más jóvenes y los problemas y necesidades de la comunidad LGBTIQ+ en Oriente.

Los nuevos capítulos vienen cargados de adrenalina y humor ácido. Los sets de los juegos son avasallantes y armados con un nivel de detalle admirable. El elenco es auténtico y profesional. Varias actrices y actores aseguraron sentir una gran sorpresa en cada grabación y eso traspasa la pantalla. Hay escenas que te dejan sin palabras, pero nada como el final. ¡Ahora solo resta esperar la tercera temporada!

En contra: Producción repetitiva

Por Nicolás Lencinas

El juego del calamar fue una de las mejores series producidas por Netflix y representó la cúspide de una ola expansiva de producciones surcoreanas, tanto en música, cine como en series. Este éxito se coronó con el récord de más de 2 mil 200 millones de horas vistas en tan solo sus primeros 90 días.

Era lógico que semejante fenómeno no pasara desapercibido, y la productora decidió continuar la historia. Sin embargo, la fuerza de la primera temporada radicaba en el límite extremo al que llegó el protagonista, Seong Gi-hun. Por lo tanto, si uno logra escapar de una muerte segura en más de cinco oportunidades, no parece sensato volver a buscarla, como ocurre al inicio de la segunda.

En este punto, el guion se vuelve caprichoso, denso y resolutivo. Ahora veremos a un personaje destruido (y no es para menos) con sed de venganza. Su plan es romper el juego y, de manera alegórica, desafiar al sistema. La ridícula cantidad de dinero que obtuvo al ver morir 455 personas le dejó el peso de sentirse responsable de ello.

“El juego del calamar 2″

La crítica social sigue siendo un punto destacado de la serie. La desigualdad, el sistema de salud surcoreano, la baja tasa de empleo, la “criptodemia” y otras problemáticas se presentan como los principales motivos por los cuales los jugadores aceptaron enfrentarse a una muerte segura.

Sin embargo, los personajes secundarios carecen del impacto que tuvieron anteriormente figuras como el amigo de la infancia, Cho Sang-woo, la desertora norcoreana Kang Sae-byeok, y el inmigrante paquistaní Ali Abdul en la primera temporada. Ni hablar de Oh Il-nam, el participante 001.

Por otro lado, la trama va lenta y se pierde en diálogos filosóficos sin mucha atracción. También en varias escenas queda desdibujada la búsqueda de Gi-hun por parte de la empresa guerrillera que contrató, dejando cabos sueltos en la narrativa.

Hasta ahora, El juego del calamar sigue un recorrido similar al de La Casa de Papel: los protagonistas logran su cometido por varios golpes de suerte, y aun así deciden repetir la experiencia. El problema surge si comienzan a emplear recursos burdos y poco creíbles, como ocurrió con la producción española.

De ser así, el destino inevitable será el hartazgo y el aburrimiento del público.

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