Miguel Pardo, el hombre fuerte del espectáculo en Carlos Paz: “Quiero hacerla fácil para el público”
“El título de la nota tiene que ser ‘Vení al teatro… ¡Pardo te paga el peaje! Así de contundente”. Miguel Pardo, el empresario y productor teatral que es como un pulpo en Villa Carlos Paz, está fascinado con el impacto de su última acción promocional, que es hacerse cargo del peaje Córdoba-Carlos Paz de quienes asistan a alguna de sus obras más importantes. Es una atención, un gesto agradable para con el espectador.
“En el mundo del espectáculo vos tenés clientes desde dos años a 99, y desde el trabajador que menos recursos tiene hasta el multimillonario. Yo siempre apunto al que menos recursos tiene porque a mi entender tiene exactamente el mismo derecho de disfrutar de una superproducción o del show que elija como el que más tiene. No obstante, al que no le mueve la aguja a la promoción lo toma como un buen gesto. Ahora, al que sí le mueve la aguja, son cuatro mil pesos y es muy posible que eso sea una parte de una compra en la despensa para la cena en su casa”, interpreta el empresario.
Su oferta este verano es abrumadora. Solo en Carlos Paz produce 25 obras, en las que emplea a más de mil personas de manera directa e indirecta. En el show de Fátima Flores en el Luxor, por ejemplo, tiene 20 personas sobre el escenario y unas 25 detrás de escena. Además, llevó a Mar del Plata Mamma mía (el exitoso musical que hizo el año pasado en el Luxor) y la comedia Una familia de locos (protagonizada por Mariano Iúdica en su regreso a los escenarios).
La medida de los peajes que lanzó esta semana explotó en sus boleterías. “Muchísimos espectadores la usaron, y tuvimos más de 1.800 consultas. El peaje tiene que ser en el mismo día que vas a comprar el ticket para ver la obra. Puede ser a las 14 horas, por ejemplo si fuiste al río, y a la noche querés ir al teatro. Corroboramos en nuestra boletería cuándo comprás el ticket o retirás tu entrada, mostrás el ticket de peaje, y le damos los dos mil que gastó y los dos mil para cuando regrese”.
–¿Creés que el resto de tus colegas se van a tener que poner a tiro?
–Yo tengo una productora muy grande. Por ahí compito contra un colega que tiene un solo espectáculo. Por lo tanto, en ciertas cosas, siempre me corté solo. Yo inventé el pasaporte teatral, el Hot Sale, el Last Time, el Family Pack. Los apliqué y con éxito. Entonces, cada acción que uno va haciendo yo tampoco puedo ponerme a esperar, ni siquiera consultar con mis colegas. Yo lo hago porque lo hago, y para mí la prioridad la tiene el público.
Entre el “marketing” y el beneficio
El pasaporte teatral surgió porque él veía que la gente tenía bolsillo para ver dos espectáculos y no cuatro. El pasaporte te habilitaba para cuatro pero equivalía al dinero de dos espectáculos. “Con eso me garantizaba el cliente y eso fue un suceso, un boom”.
El Hot Sale eran entradas con descuento que se vendían sólo de 12 a 2 de la tarde. El Family Pack lo aplica este año en shows donde puedan ir con niños, cómo Fátima, Épico, Camilo o Zoom (la obra infantil de Juli Poggio).
En ciertos días y horarios, dos adultos (padres o abuelos) pueden ir con dos adolescentes de hasta 16 años sin cargo. “Así hacés la salida familiar, y no tenés que estar renegando, ni debiéndole un favor a nadie, ni pagando una niñera o estar preocupado en qué estarán haciendo los chicos”, grafica.
–El precio de las entradas tampoco subió tanto respecto del año pasado. No solamente los tuyos, sino la plaza la plaza en general.
–En general, cada uno fue subiendo hasta donde quiso. Imposible acompañar la inflación. Una entrada del año pasado que valía 18 o 20 mil pesos, la tengo que llevar a 40 mil, y la gente no puede pagar eso. Tiene otras prioridades. La suba entonces rondó un 30% de aumento, que me quedó un 70% atrás.
¿Entonces Pardo sale al verano a perder plata a lo pavote? Para nada. Esta situación por el contrario lo obliga a lograr una cadena de objetivos con un punto final.
Para él, el primer punto es “levantar la vara en la calidad del espectáculo” respecto del año pasado. “Es el primer objetivo y está logrado. Si vos ves el show de Fátima con cosas que trajimos de Las Vegas; Gordillo, con escenografía y puestas nuevas; La Konga con más pantallas y más sonido; Juli Poggio, que es una figura mediática y que hace un show para niños; Épico que tiene 100 metros de pantalla de Led, sonido envolvente, efectos de sensaciones; o traer obras con licencias como Sinvergüenzas, que no es ni más ni menos que Full Monty, o Camilo, con el que hicimos una apuesta con su show personal, en todas levantamos la vara”.
Para lograr eso su “secreto” es que los proveedores y los artistas entienden que no pueden acompañar a la inflación en este rubro porque se quedarían sin gente. “No porque no quieren ir al teatro, sino porque no les alcanza, ni más ni menos que eso. Entonces, hubo un acompañamiento general”.
A eso Pardo le suma la logística de los convenios con los bancos y las tarjetas que financian las entradas
Entonces el plan de Pardo es acomodar el costo por un lado, un precio popular en los tickets por el otro, más los diferentes beneficios que da (desde la financiación con tarjetas al peaje ahora), facilitando así lo que él más busca: la masividad.
“Es lo que está pasando. Estamos vendiendo más cantidad de gente a un precio popular, pero sumamos en masividad. Ahí además tenés más boca a boca, más gente lo ve, más gente lo comenta. Y cuando la masividad es de gente que le cuesta mucho poder ir al teatro, al otro día es un tema de conversación en la mesa; después a lo mejor consiguen sacarse la foto con el artista y eso genera que suba redes. Es el efecto cascada”.
Según la visión del productor, ahí llegaría el objetivo final que tanto persigue: “Cuando tenés todo lo anterior, se genera otra cosa que es el efecto mayor de todo, que es el costumbrismo. Cuando ir al teatro está dentro de tu agenda de actividades principales, ahí tenés la llave del negocio, por llamarlo así. Ese fue siempre mi objetivo desde que hago espectáculos”.
Al momento del armado de su vasta oferta teatral, Pardo asegura que no piensa en base a sus gustos, sino “en lo que le gusta a la gente”. “Entonces el estudio mío es muy simple. ¿Qué te gustaría ver? y ¿cuánto podés pagar por lo que te gustaría ver?”.
–¿Y cuántas obras estás calculando que ve un espectador promedio? ¿Eso subió o bajó respecto a años anteriores?
–Con respecto a los shows míos, están en tres obras por temporada. Yo se las facilito de mil formas. Tengo ocho boleterías conectadas de manera simultánea. Tenemos todas las tarjetas y bancos, con hasta 12 cuotas sin interés. O sea, acá lo importante es levantar la barrera del consumo porque la gente no está tirando manteca al techo.
Viviendo un verano eterno
Miguel Pardo tiene 55 años. Vive la mitad del año en España y la otra mitad en Argentina. Dice que esta plaza no tiene nada que envidiar en cuanto a la producción teatral y espectáculo en Europa. “No estamos lejos para nada. De hecho, Mamma mía, según gente que vino de Suiza, de Londres, de Madrid, y gente que la vio en el Winter Garden de Nueva York, dijeron de manera unánime que la mejor versión del mundo que vieron de la obra es la de Argentina”.
“Tengo mi oficina en Madrid y hago base en mi casa en Casteldefels, al lado de Barcelona, donde sabía vivir Messi, en ese mismo barrio inclusive. No es que voy a buscar ideas. Muchas veces llevo ideas de acá para allá. Ideas dentro de lo comercial, o el marketing directo. Madrid tiene 10 millones de turistas por año, más la gente que vive en los pueblitos alrededor. Es una gran capital con un poder de consumo tan grande, que entonces muchas veces en Europa es como que relajan. Cuando vos le caés con la idea innovadora dicen, ‘total la gente la tenemos, viene igual’. Nosotros estamos acostumbrados a gambetear la inflación, a gambetear las crisis, a jugar con la imaginación para provocar el consumo, a brindarle beneficio a la gente, a pensar en el público. El argentino tiene una gambeta para los momentos difíciles que muy poca gente la tiene en el mundo.
–Vos claramente sos un tipo de negocios, pero con una sensibilidad artística. ¿Nunca se te dio por actuar?
–Noooo (risas)…
–No lo veo muy loco, ¿eh?
–Nunca se sabe, viste cómo es la vida. Capaz cuando sea un poco más viejo, capaz me clave unos monólogos, onda medio coaching medio humorístico. Pero no, no lo tengo dentro de mis planes inmediatos.
–Ya estás pensando en el año que viene. ¿Cuándo largás con Mujer Bonita?
–Pretty Woman la lanzo en Buenos Aires en mayo y el verano siguiente seguramente va a estar acá en el Luxor. No la hicimos este año porque Mama mía la tenía que meter en Mar del Plata. Arrancamos el 6 de diciembre con Mamma mía allá y se batió el récord de recaudación o de venta de ticket en un debut en diciembre. Lo hizo Mamma mía.
–¿Tenés planes en mente para alguna otra sorpresa? Dentro del mundo del espectáculo o con alguna otra cosa.
–Tengo unos proyectos que están en borrador, pero que son muy innovadores, que daría para otra charla más extensa, pero sí, tengo algo en mente.
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