La volatilidad global deja a la Argentina sola con su éxito, acercándose a una normalidad de mercado
El mercado argentino sigue sin encontrar techo. El rally de confianza de los inversores hacia el rumbo de la política económica les ha llevado a revisar el stock de activos argentinos que tienen en cartera y que ahora mejora su potencial con los nuevos fundamentos.
Dice el analista Alberto Bernal desde Nueva York que, después de años de no tener clientes que levantaran el teléfono para preguntarle por Argentina, su área de especialización de mercados, ahora no le dan las manos para atender a todos, cree que todavía las acciones están baratos y tienen mucho para crecer. «Lo que está por delante de este fenómeno es el compromiso fiscal del Gobierno que genera credibilidad y espacio para la historia de la Argentina», argumenta.
Malcolm Dorson, es gestor de cartera de Global X Management. Su empresa administra el Global X MSCI Argentina ETF, conocido por sus siglas ARGT, que cotiza con los activos argentinos. «Tiene balanza comercial positiva, ha logrado un superávit fiscal, la inflación está disminuyendo y la actividad económica se está recuperando», agregó en relación con la macro argentina. Este ETF tuvo una demanda puntual la semana pasada de u$s 144 millones y solo u$s 88 millones se operaron durante el viernes. Desde que asumió el gobierno de La Libertad Avanza, el activo del fondo se multiplicó por siete, y pasó a u$s 750 millones. El índice S&P Merval en dólares rompe barreras. El riesgo país en 748 puntos se plantó después de una meseta de meses de 1200 puntos.
Esta historia de éxito financiero de la Argentina contrasta con la volatilidad de los mercados globales. El financista Javier Timerman asegura que en la medida en que nos acercamos a niveles de riesgo país en torno de los 600 puntos ya la Argentina estará a merced de los vaivenes internacionales.
Se acercan rápidamente grandes desafíos. Ayer, JP Morgan emitió su informe anual y dijo que «el crecimiento de los mercados emergentes enfrenta una incertidumbre significativa en 2025, atrapado entre dos gigantes –China y Estados Unidos-, con cambios de política en este último país que podrían provocar un fuerte impacto negativo en la oferta que se extendería a todos los mercados emergentes», sostuvo.
Ayer también Trump confirmó que impondrá aranceles de 25% a las importaciones de los socios del NAFTA Canadá y México y 10% adicional a las compras a China. La ralentización de la actividad de China es como el resfrío de los elefantes.
Visto desde nuestro país, los vaivenes de las materias primas, sobre todo de la soja y el maíz, que siguen cayendo, y el petróleo, que por el cese de fuego entre El Líbano e Israel, cayó, son algunos indicadores. También el de la potencial mayor inflación norteamericana y la suba de tasas que podría absorber más fondos emergentes.
Los bonos argentinos cotizaron con leves bajas después del anuncio: de 0,20% a 9,60%. En la medida que más nos normalicemos, más cerca del mundo estaremos, y también sujetos a la lógica global.
Es cuestión de tiempo. Y de oportunidades para los inversores, para entrar, algunos para evaluar las ganancias frente a un mundo volátil en un futuro cercano. De cerca, es difícil no ver un futuro promisorio para las inversiones argentinas. De lejos, puede complicarse.
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