La verdadera historia de un edificio emblemático, pero hace décadas abandonado, en Villa Allende
En pleno centro de la ciudad de Villa Allende, sobre la avenida principal, se encuentra una enorme estructura abandonada desde hace décadas. Aunque es parte del patrimonio histórico local, muchos lo desconocen. Hasta para los habitantes de la zona, ese sitio es un completo misterio. ¿Qué debería haber sido?, ¿por qué no lo fue? Nadie parece saber el motivo por el que hoy son solo ruinas y por qué no se le pudo dar otro uso.
Lo cierto es que allí funcionó alguna vez el Villa Allende Hotel, un edificio que se construyó en la década de 1930 y que muchas personas entonces utilizaron como colonia de descanso, para alojamiento.
El creador y dueño fue Miguel Maluf, un hombre de origen libanés que llegó a Villa Allende y emprendió su idea de administrar un hotel alquilando el edificio que está al frente del Maluf original. Justo donde funciona actualmente un conocido salón de fiestas.
Miguel fue ahorrando hasta que pudo construir su propio hotel. Y así comienza una historia que suma capítulos de apogeo turístico, hasta con visitas de presidentes de la Nación y de familias muy acomodadas, pero también de disputas, remates y hasta estafas.
Desde el hotel hasta donde está actualmente la Municipalidad de Villa Allende, todo ese terreno era propiedad de aquella familia Maluf. Con la construcción del hotel, abrió luego una estación de servicios para garantizar el combustible a los visitantes.
Se relata que en la inauguración del camino del cerro Pan de Azúcar, el presidente José Uriburu recibió un reconocimiento en el mismo hotel.
Miguel Maluf conoció a su esposa, Catalina Ghisolfi Botaioli, años antes en Cosquín. Tuvieron nueve hijos: la historia los enumera como El Negro, Rugero, Hermesther, Amanda, Elena, Julio, el Pelado, Horacio y Ester.
Luego de la muerte de Miguel, comenzaron los inconvenientes de la sucesión. A cargo del hotel quedó el hijo mayor y luego de idas y venidas, en un remate la familia pierde el manejo del inmueble.
El bisnieto de Maluf, Juan Manuel, más conocido como “Tete”, contó que intentó comprar el edificio del primer hotel que tuvo la familia, que está en diagonal al histórico albergue, pero fue estafado. Relata que su madre, Amanda Iride Maluf, se emocionó tanto cuando ingresó al lugar porque recordó todo lo vivido y lo compartido. “Tete” relató que hasta los nacimientos sucedían en el mismo hotel, donde contrataban parteras.
De hotel de lujo a clínica de alta complejidad
El edificio pasó a manos de privados, luego del Círculo de Suboficiales y finalmente en una sociedad anónima integrada por 28 médicos, que adquirió la propiedad en una subasta pública en septiembre de 1982.
Luego de mucho trabajo, dieron apertura a una clínica de alta complejidad en 1987. Allí practicaban diálisis, tenían disponibles 36 camas, se realizaban cirugías cardiovasculares y otras prestaciones especializadas, incluyendo una terapia. Durante siete años funcionó ese centro de salud.
“El Colegio Médico de Unquillo manejaba toda la recaudación del departamento Colón, ellos distribuían el dinero y a nosotros nos daban menos que lo que correspondía. No pudimos sostenernos económicamente, entonces decidimos indemnizar a todo el personal y cerrar la clínica”, explicó Rosario Morsicato, uno de los socios que adquirió la propiedad en ese entonces, y actual único dueño del emblemático edificio sin uso.
Morsicato tiene 77 años, es médico neumonólogo, alergista y abogado actualmente jubilado. Hace unos años compró la parte del resto de los socios y quedó como único dueño del inmueble.
“Ya van 31 años que intentamos hacer algo con ese edificio y no nos dejan. Estamos luchando con el área de Recursos Hídricos de la Provincia para que nos autoricen”, expresó ante la consulta sobre el abandono del lugar. El problema sería la línea de ribera del río y el peligro de inundación que hay en la zona.
La línea es la que delimita la zona hasta dónde puede crecer el río. Es un límite clave ante riesgos de crecidas del río, que pasa pegado.
En febrero de 2015, en la mayor crecida que registre la región de Sierras Chicas, el agua tapó más de 60 centímetros del viejo hotel/hospital, pero no generó daños en la estructura. El agua se llevó varias viviendas y otras instalaciones de las costas pero esa construcción de los años ‘30 aún se sostiene de pie.
Varios inversionistas armaron anteproyectos para el lugar, pero la falta de permisos limitan la posibilidad de concretar. La Municipalidad le habría propuesto en un momento utilizar la parte trasera para que funcione un estacionamiento de autos y dejar el edificio principal arreglado a la vista, pero sin uso.
El mayor deterioro se observó en el último tiempo cuando el cuidador del lugar falleció y no fue reemplazado. Desde entonces, fue completamente desmantelado, se robaron lo poco que quedaba, y más. Ya no hay puertas, ni ventanas y hasta los baños están completamente vacíos. Además, hay gente asentada viviendo allí, ocupando varias habitaciones de modo muy precario.
La Municipalidad corta el pasto cada tanto, según confirma el dueño. Es un mantenimiento básico que acordaron. “Hice muchas denuncias por los robos y la ocupación. Pero no pudo solucionarse nunca”, dijo el dueño.
Hace cuatro años se hizo una evaluación edilicia. Según aseguran, la estructura está en buen estado. Los muros tienen un grosor de 30 centímetros.
“Hace 31 años que estoy intentando resolver esto. Ya me ganaron la batalla. Estoy agotado. Pero algo hay que hacer”, expresó Morsicato a La Voz.
Actualmente, está completamente abandonado, con pastos altos, vandalizado, usurpado, sin aberturas y marcas de fuegos en el interior. Lleva años así. Para Villa Allende no sólo es una pregunta abierta: también representa una postal decadente.
Algunos integrantes de la descendencia de Maluf lograron recuperar tazas, platos, utensilios, fotos y recibos del hotel, antes de que se perdieran. Todo lo demás se lo llevó el agua de aquella trágica inundación de 2015.
El edificio fue declarado “patrimonio cultural” municipal por haber sido el primer hotel local. “Antes, la ciudad empezaba donde estaba esa clínica. Era la mejor propiedad en toda Villa Allende”, valoró Morsicato.
Respuesta municipal
Desde la Municipalidad respondieron que están trabajando en proyectar un nuevo espacio allí para la ciudad. Dicen que están en contacto con empresarios para buscar recursos para mejorar su entorno.
Pero ratifican que el edificio está en zona inundable y que eso genera impedimentos de planificación. “Es una pena que esté esa fachada abandonada en el ingreso a la ciudad”, señaló un funcionario municipal.
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