Otro daño medioambiental al lago San Roque
La rotura de una simple llave de paso en una planta de bombeo de cloacas de Villa Carlos Paz provocó el derrame de miles de litros de líquido cloacal sin tratamiento al lago San Roque. La situación fue captada por los vecinos del barrio Costa Azul, que subieron las imágenes a las redes sociales.
Como el derrame ocurrió en medio de la pugna judicial entre la Municipalidad de Villa Carlos Paz y la Cooperativa Integral (Coopi) que presta el servicio, el lamentable suceso generó numerosas suspicacias.
Hace tres años, la Justicia cordobesa le entregó el servicio de agua potable al municipio tras 60 años en que la concesión estuvo en poder de la Coopi. Y el mes pasado, el Tribunal Superior de Justicia de la Provincia (TSJ) rechazó un recurso presentado por la Coopi para que se elevara a la Corte Suprema de Justicia de la Nación la disputa por la potestad del servicio de cloacas. Así, el municipio ganó la disputa por las cloacas y ya dictó un decreto para que el traspaso se concrete en enero de 2025.
En ese contexto, la interpretación que hicieron ambas partes del derrame de líquido cloacal al lago fue muy diferente. Para la Cooperativa, se trató de la rotura de una llave de los conductos que trasladan esos líquidos hasta la planta de tratamiento ubicada en la variante Costa Azul.
Pero el municipio estaría dispuesto a presentar una denuncia penal por “fuerte contaminación directa al embalse”, bajo la sospecha de que podría tratarse de un acto de sabotaje para perjudicar el traspaso del servicio de la actual prestataria al municipio.
Una interpretación equilibrada de esos argumentos permite advertir que mientras la Coopi tiende a subestimar lo que pasó, las autoridades municipales parecen sobrevalorar el acontecimiento.
La rotura de una llave debiera entenderse y comunicarse como un evento extraordinario, pero se la señala, al contrario, como algo rutinario que puede pasarle a cualquiera.
La pelea judicial puede haber exasperado los ánimos, pero se supone que no por ello la parte que perdió el pleito va a iniciar acciones de sabotaje del servicio que no perjudican a las autoridades sino al medioambiente, y tanto a vecinos como a visitantes de una de las ciudades más icónicas de nuestras Sierras.
Abstraigámonos de Carlos Paz. Una empresa que maneja líquidos cloacales debe funcionar con máxima seguridad y control de calidad de sus instalaciones. Si es privada, más allá de sus propias inspecciones, debiera recibir periódicas supervisiones por parte de los técnicos del Estado. Si es estatal, además de sus propios protocolos de seguridad, debiera estar abierta a regulares peritajes externos. En ambos casos, lo que se debería asegurar es la máxima reducción posible del riesgo de sufrir un derrame como el que fue noticia en estos días.
Con todo, convengamos que los derrames de líquidos cloacales en toda la cuenca del lago San Roque son una constante histórica. Desde esta perspectiva, habría una negligencia compartida entre la ciudadanía y los gobiernos locales implicados.
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