Avanza el recuento en plena incertidumbre: las claves para definir al ganador
A las 6pm concluyó la votación en el este de esta nación de más de 300 millones de habitantes y casi 10 millones de kilómetros cuadrados que definirá la próxima Presidencia entre Donald Trump y Kamala Harris. En el resto del país se terminará votando hasta pasadas las 0 horas, sumando aristas a un escrutinio que se anticipa complejo, no solo por las grandes diferencias horarios en el cierre de urnas sino por los altos porcentajes de voto por correo, una tendencia que se fue profundizando en medio de la pandemia.
Polarización e incertidumbre son las dos palabras que se repiten en las conversaciones en los medios de comunicación. También en la calle, para definir una elección que tiene en vilo no solo a los ciudadanos de Estados Unidos, sino a los gobiernos y expertos en política de todo el mundo.
El sentimiento es que la victoria de Kamala Harris o de Donald Trump determinarán dos visiones de gobierno más que distintas, opuestas, una más inclinada a la agenda multidiversa y multilateral, y otra más apegada a la nación del pasado, cuando América fue grande y dominaba el universo.
Los votos por correo son más difíciles de escrutar, ya que los estados suelen ser muy exigentes a la hora de controlar que las boletas únicas de papel sean las autorizadas y el conteo se realiza a mano. En cambio, los votos que son escaneados por las máquinas electrónicas se contabilizan rápidamente, por lo que aquéllos estados donde el voto por correo se generalizó a porcentajes que en algún caso llega al 80% augura hasta cuatro o cinco días como mínimo para constatar ganadores y perdedores.
La complicación siguiente es que los votos no se cuentan por sí solos, sino por Colegio Electoral. En la gran mayoría de los 50 estados, el partido que gana la elección se lleva todos los miembros electores. Eso es lo que hace que los siete llamados estados pendulares sean tan atractivos, porque no son seguros para ninguno de los dos candidatos, pero pueden dar vuelta la elección.
La apuesta de Kamala Harris y el fenomenal aparato del Partido Demócrata fue involucrar a la mayor cantidad de votantes posibles a las urnas «hasta la última hora posible». Si logra una diferencia realmente significativa, el conteo tiene más chances, aunque tampoco es seguro, porque en las elecciones de noviembre de 2016, Hillary Clinton logró 2,8 millones de votos más que Trump y aún así, el candidato del Partido Republicano le ganó en el Colegio Electoral.
Por su lado, la estrategia de Trump y el Partido Republicano fue instalar el «inevitable» triunfo del expresidente, preparando la población para las denuncias de fraude que seguramente empezarán a conocerse a pocas horas de iniciados los escrutinios, con una estrategia respaldada en las redes sociales según denunciaron medios vinculados a la agenda de Harris.
Ante la innegable ansiedad que domina los ánimos de los norteamericanos, el New York Times explicó que se puede tener un resultado anticipado de las elecciones con el conteo del distrito dos y el siete de Virginia y el cinco de Carolina del Norte, que funcionarían casi como «la mesa de Necochea» que era reflejo del resultado electoral en las elecciones de Argentina
EN DESARROLLO
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