El Cronista @cronistacom: El plan económico del próximo Presidente: cómo piensan Orsi, Delgado y Ojeda

El plan económico del próximo Presidente: cómo piensan Orsi, Delgado y Ojeda

Uruguay llega a estas elecciones con una economía encarrilada en algunos aspectos macro, como la inflación y un principio de recuperación del empleo -si bien en este punto hay discrepancias-, todo lo cual proyecta un crecimiento para el próximo año que, por primera vez en la última década le daría la oportunidad de un salto que supere el estancamiento promedio del segundo gobierno de Tabaré Vázquez y los vaivenes de Luis Lacalle Pou. Así y todo, subsisten sombras en el camino que las promesas de campaña no logran disipar.

Quizás el dato menos alentador de todos sea el del déficit fiscal, que se reseteó a los niveles de 2019, en el arranque del actual gobierno de Coalición. Este es un punto sobre el que coinciden los economistas tanto en los campamentos del oficialismo como en el de la oposición aunque el diagnóstico acerca de su evolución y resolución presenta diferencias.

«El déficit fiscal global a agosto de este año lo ubica en 0,1 punto porcentual del PBI por encima de lo que teníamos a fin de 2019. Hoy está en 4,4 contra el 4,3 de 2019, con una deuda que está casi 10 puntos del PBI por encima de aquel momento. Obviamente, muy influida por lo que fue el efecto de la pandemia pero que marca un panorama fiscal y de deuda más frágil que entonces», indica a El Cronista Martín Vallcorba, integrante del equipo económico del Frente Amplio.

Desde la campaña de Yamandú Orsi destacan como positivo la estabilización de la inflación dentro del rango anunciado de entre el 3% y el 6% por doce meses del gobierno de Lacalle Pou y que el candidato a ministro de Economía frenteamplista, Gabriel Oddone, se comprometió a reforzar con la aspiración de reducir aún más para «converger en el 4% a lo largo del período».

La elección de Oddone, al que muchos llaman «el nuevo Astori» -aunque con un perfil menos político que el histórico economista liberal del FA- o la propia autodefinición de Orsi -ahijado político del Pepe Mujica- como un «progresista pragmático» busca despejar cualquier duda sobre giros radicales en la gestión económica.

«No es el fin del mundo»: 3 minutos de Gabriel Oddone (@OddoneGabriel) , donde anticipaba hace varios días en Sarandí lo que dijo ayer en la conferencia, dándole contexto a su razonamiento. pic.twitter.com/hSDx849fIr

— Daniel Castro (@dcastro65) September 24, 2024

Así y todo, Vallcorba alerta sobre «un costo que para nosotros también fue elevado, que se expresa en el atraso cambiario y la pérdida de competitividad cambiaria en orden del 13%». En paralelo, la fragmentación social «con un aumento de las personas en situación de calle, un leve aumento de la desigualdad y también en materia de pobreza» expone una radiografía «que no muestra mejoras respecto a lo que se tenía cinco años atrás, en particular en materia de pobreza infantil». 

De ahí que las principales propuestas económicas del Frente Amplio se repartan entre la atracción de nuevas inversiones, el refuerzo de políticas sociales y la mejora de la seguridad. Orsi las sintetizó en 48 pilares programáticos con políticas como el desarrollo de una Ventanilla Única para Inversores priorizando, con incentivos, las de «mayor impacto dinámico»; la promoción de la Ciencia, Tecnología e Innovación en línea con la educación y capacitación de recursos humanos y la producción sustentable, vinculándola al sector industrial a través de fondos no reembolsables y la disminución de los costos para las mipymes, el grueso del tejido empresarial de Uruguay.

Acorde al directorio de entidades jurídicas privadas del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), figuran 211.700 empresas privadas, de las cuales el 88% son micro (menos de 5 trabajadores), el 9% son pequeñas (entre 5 y 19 trabajadores), el 2% son medianas (entre 20 y 99 trabajadores) y el 1% grandes (100 o más trabajadores). El 63% de las empresas se encuentran ubicadas en la zona metropolitana, que es el territorio político del Frente Amplio, seguido por la región este (12%) y sur (8%). 

«Acá hay dos objetivos que se tensionan mutuamente: por un lado, la necesidad de mejorar el resultado fiscal, y por otro, atender políticas que promuevan un mayor nivel de crecimiento y atiendan la fragmentación social. Eso nos obliga a priorizar: las 48 prioridades para gobernar Uruguay que presentó Yamandú tienen un costo de aproximadamente un punto del producto. ¿Cuál es el camino para poder financiar eso? La revisión de todo lo que es el gasto tributario y una mejora de la recaudación de la mano de un crecimiento previsto para el 3% y que entendemos que no puede ser menor», explica el economista frenteamplista a este medio.

Qué propuestas económicas postulan el Partido Blanco y el Colorado

Desde el gobierno de la Coalición multicolor que incluye al Partido Blanco, al Colorado, Cabildo Abierto y el Partido Independiente hubo ciertos ruidos internos a lo largo de estos cinco años y alguno de ellos, como el candidato Guido Manini Ríos, marcó mayores diferencias sobre el «modelo económico» en la recta final de la campaña presidencial. No obstante, los más competitivos dentro de la alianza multicolor -Álvaro Delgado (Blanco) y Andrés Ojeda (Colorado)- leen el escenario económico de un modo similar.

Argumentan, por caso, que no se pueden desconocer los impactos de la pandemia -caída del 7,4% del PBI-, la sequía -con un costo de u$s 1.880 millones, el 3% del PBI- y la consecuente opción de recurrir a la generación de energía térmica e importaciones para suplir la hidroeléctrica, a la hora de analizar la evolución del déficit público. Tampoco la brecha cambiaria con la Argentina que se prolongó hasta este año, aunque admiten que sirvió en parte para enfriar la demanda local y contribuir a la baja de la inflación en Uruguay.

En contrapartida, marcan un crecimiento acumulado del 5,6% en 2021, 4,7% en 2022 y 2% el año pasado, según el Banco Central (BCU). Y una mejora interanual del 2,2% en el primer semestre de 2024 mientras el Banco Mundial proyecta un 3,8% en el corte anual con un PBI en torno a los u$s 79.000 millones contra los u$s 62.315 millones de hace cinco años.

Incluso ponderan una variable más a favor del actual Gobierno, si bien en este punto no todos leen los datos de igual forma: «Entre 2015 y 2019, con el agotamiento del boom de comodities, Uruguay venía en un proceso de permanente caída del empleo y eso al menos se contuvo y comenzó a revertirse durante este periodo. Más allá de alguna polémica sobre la cantidad de empleos incrementados, no hay duda de que la tendencia se revirtió», advierte Julio de Brun, ex titular del Banco Central uruguayo en la crisis de 2002 y referente del equipo económico del Partido Colorado, en diálogo con El Cronista

Una encuesta de la consultora Equipos describe que una de tres personas califica el estado de la economía como «bueno» o «muy bueno» y una de cada tres, como «malo» o «muy malo». En el medio, un 42% mantiene entiende que no hubo cambios notorios, «ni bueno ni malo», asegura. Más específicamente, entre tres y cuatro personas de cada diez tiene inconvenientes o temores referidos al ámbito laboral si bien ese universo se subdivide entre los disconformes, los subocupados y los desocupados propiamente dichos

Nuevamente, si la pandemia determinó un crecimiento hasta el 10,1% en la tasa de desempleo de 2020 y en los dos años siguientes se registró una baja que llegó al 7,9% en 2022 -el nivel más bajo desde 2015-, en los últimos la curva de desocupación escaló una vez más hasta llegar al 8,4% este año y solo en los últimos meses mostrar una leve mejoría. De ahí que opositores y oficialismo se tomen del tramo de la curva que mejor se ajusta a su lectura para interpretar la evolución de las estadísticas.

De Brun suma otro aspecto «positivo» del quinquenio vinculado con la economía: la reforma de la seguridad social impulsada por Lacalle Pou que, a su entender, trazó un horizonte fiscal consolidado para Uruguay que «se reflejó con el aumento de la mejora en la calificación de la deuda cuando la reforma se aprobó». Y agrega la reforma educativa de las escuelas dual -donde se estudia y trabaja-, como una apuesta con resultados a largo plazo, en el fortalecimiento de la empleabilidad en Uruguay: «Con un nuevo modelo de enseñanza, un nuevo modelo de gobernanza de la educación, que ha tenido algunos resultados en la mejora de la terminación del ciclo de secundaria».

Un dato político, en ese sentido, es que el responsable de su implementación desde el Consejo de la Enseñanza completa la fórmula de Andrés Ojeda como su vice por el Partido Colorado. Es también uno de los pedidos que trasladó la Confederación de Cámaras de Empresariales del Uruguay mediante la presentación de su Agenda para el desarrollo 2025 · 2030 a todos los candidatos. Si bien los de coalición oficialista se alinean en gran medida con esas ideas, tampoco el programa económico del Frente Amplio desentona en el camino para la corrección del déficit.

Desde la campaña del colorado Andrés Ojeda, donde todavía no asoma ningún nombre como ministeriable, se plantea revisar regulaciones existentes para simplificarlas, actualizarlas o suprimirlas, al igual que eliminar la burocracia que «encarece la producción nacional» o fijan altos costos «para el mero cumplimientos de formalidades innecesarias». 

Del mismo modo, proponen reducir el plantel del Estado a través de retiros voluntarios sin reemplazos, unificar las unidades de infraestructura y obras en una única agencia y ampliar las deducciones para familias con hijos en el pago del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas, equivalente a Ganancias en Argentina. También promueven un alivio fiscal para el sector del campo, base política de los Colorados, reducir las Letras de Regulación Monetaria del Central.

Por último, en el bunker del blanco Álvaro Delgado, hablan de profundizar el sendero de «responsabilidad fiscal» y avanzar en la mejora de la regla fiscal establecida por el Gobierno como como herramienta institucional apartidaria y seguir reduciendo gastos como camino para achicar el déficit en lugar de hacerlo a través de impuestos. Al mismo tiempo, sostienen la expansión de la reforma educativa, modernizar las relaciones laborales, eliminar requisitos «innecesarios» para la promoción de inversiones y racionalizar el gasto del Estado, centralizando servicios compartidos y digitalizando trámites.

Delgado anunció a Diego Labat, el presidente del Banco Central de Uruguay, como su candidato al Ministerio de Economía. «Estamos ante el mejor equipo de economía que ha tenido el Uruguay. Lo quiero decir con orgullo» celebró la propuesta Labat de avanzar hacia «un país más barato para vivir».  «Nosotros ya tenemos una economía ordenada y creciendo», dijo el ministeriable.

No somos frívolos, somos claros. No más impuestos. https://t.co/tj2fr1Cf1T

— Diego Labat (@DiegoLabat) October 11, 2024

Un punto en el que discrepan los planes de frenteamplistas, Blancos y Colorados es respecto al denominado Impuesto Mínimo Global que establece un 15% sobre la renta corporativa, impulsado desde la OCDE y el G20, para reducir la competencia fiscal entre países y disuadir las multinacionales de trasladar ganancias superiores a los mil millones de dólares de un país a otro más laxo en su sistema tributario.

Mientras que los Blancos solo plantean «seguir con atención» el tributo y adoptar decisiones en el debido tiempo para evitar su impacto negativo sobre las empresas radicadas en Uruguay, los Colorados hablan de promover mecanismos alternativos a los que ya existen en el país -y que podrían verse «afectados» por el tributo en cuestión – para adaptarse a la nueva realidad tributaria. Solo el Frente Amplio, entre las tres fuerzas con chances de alcanzar la Presidencia, lo entiende como la tercera pata de su plan para corregir el déficit y financiar además un refuerzo de las políticas sociales.

«Es una realidad que avanza a nivel mundial y ya muchos países lo implementaron en 2024. Eso obliga a adecuar un montón de esquemas de promoción tributaria porque de lo que se trata, es que las empresas tributen ese impuesto aquí, donde desarrollan las actividades, y no en su país de origen», remarcan desde la campaña de Orsi.

También hay coincidencias mayores respecto al Mercosur y los planteos de Uruguay de zafarse del «corset» que alguna vez mencionara Lacalle Pou. Tanto Orsi como Delgado coincidieron en sus declaraciones durante la campaña sobre la necesidad de ampliar los acuerdos y negociaciones comerciales, punto en el que los empresarios se muestran particularmente interesados en estas márgenes del Río de la Plata, aunque reconocen que no pueden hacerlo en soledad por el tamaño de Uruguay.

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