La Voz del Interior @lavozcomar: Riesgos evitables en los taxis

Riesgos evitables en los taxis

El pasado domingo, a la madrugada, en la ciudad de Córdoba, un taxista de 45 años fue detenido por una denuncia de acoso sexual en perjuicio de una chica de 16 años que había sido su pasajera minutos antes.

El caso generó un cruce de declaraciones entre el Sindicato de Conductores de Taxis y las autoridades municipales que dejó en evidencia los riesgos que corren los ciudadanos cuando eligen ese medio de transporte.

Lo que se descubrió tras la denuncia de acoso, sin menospreciar que una adolescente fue víctima de un delito, permite advertir que el acoso sexual es tan solo uno de los riesgos a los que está expuesto cualquier pasajero.

El chofer denunciado manejaba un taxi que, además, prestaba servicio para una aplicación digital. Como sabemos, el funcionamiento de estas aplicaciones no está regulado en la ciudad de Córdoba. Aquí ya hay un primer problema.

La adolescente les relató a sus padres que el conductor le hizo comentarios subidos de tono y le ofreció mantener relaciones sexuales a cambio de dinero. Los padres formularon la correspondiente denuncia policial. El hombre fue detenido. Este sería un segundo problema.

Tras ello, la Secretaría de Movilidad Urbana de la Municipalidad de Córdoba suspendió la licencia de taxi a la propietaria del vehículo porque el chofer no tenía licencia para conducir y porque en los registros oficiales no figuraba ningún empleado asignado para manejar el taxi. Tercer problema.

Esta última irregularidad, según el Sindicato de Conductores de Taxis, sería bastante sistémica. De acuerdo con los números que informó el gremio, casi la totalidad de los choferes cordobeses nocturnos no tienen licencia como conductores de taxis.

En la ciudad de Córdoba, hay vigentes unas cuatro mil licencias de taxis y unos ocho mil choferes. Pero para la prestación nocturna habría unas 1.500 licencias y unos 1.300 choferes que no están registrados.

En ese contexto, desde el sindicato aseguran que continuamente reciben denuncias de pasajeros que han sufrido los más diversos maltratos. De esta manera, al menos dos de los problemas que hemos destacado no son casos particulares, sino reglas generales.

No podemos obviar que entre acoso y maltrato hay una considerable distancia semántica. Pero el segundo vocablo bien puede ser un eufemismo que reemplaza una caracterización precisa de esa serie de denuncias que recibe un sindicato, no la Justicia.

Para el gremio, la responsabilidad es del municipio capitalino, por los escasos controles que se realizan a los choferes de los vehículos de transporte. La Municipalidad, entienden, estaría incumpliendo la ordenanza 12.859, que define el Marco Regulatorio para el Servicio Público de Autos de Alquiler con Chofer.

La Secretaría de Movilidad Urbana niega que no se estén realizando controles. Por el contrario, afirma que la Policía de Tránsito municipal y funcionarios de Transporte realizan operativos en distintos puntos de la Capital en los tres turnos (mañana, tarde y noche).

Pero si los controles nocturnos, por ejemplo, funcionaran, ¿habría tantos choferes no registrados, como denuncia el gremio?

El municipio debe ejercer un control eficiente sobre los choferes y las licencias, regular las distintas modalidades en uso y establecer protocolos para prevenir el acoso de las pasajeras. Hay una población en riesgo.

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