La IA abre una nueva forma de acoso escolar: un caso en un colegio privado de Córdoba llegó a la Justicia
“Este fue el chico que hizo mi foto”. Con miedo y vergüenza, pero con la claridad para pedir ayuda, una adolescente de 15 años le contó a su mamá lo que estaba ocurriendo en el curso de su colegio.
Tan solo dos semanas atrás se viralizaron imágenes manipuladas con inteligencia artificial (IA) de al menos tres alumnas de un establecimiento educativo privado de la zona sur de la Capital. Los implicados, compañeros del mismo curso, usaron sus rostros en cuerpos desnudos.
Alertada por su hija, una de las madres de las víctimas se acercó al Polo de la Mujer y pidió asesoramiento. Decidió radicar una denuncia penal en el Ministerio Público Fiscal. Allí se entero que ya había dos denuncias por el mismo caso.
“Uno de ellos es el que más nombró mi hija pero en total son cinco implicados”, dijo la mamá de la adolescente a La Voz.
Pasaron algunos días hasta que su hija se animó a relatar lo que estaban sufriendo de sus propios compañeros de curso. La manipulación se hizo a través imágenes obtenidas en TikTok e Instagram. La viralización superó el grupo cerrado y habría alcanzado a una comunidad de más de dos mil personas.
Investigación judicial
Desde la Justicia de Córdoba le informaron a la madre que investigan los hechos. Más allá de la tarea de la oficina de delitos informáticos de pedir los teléfonos de los implicados y dictaminar que borren las fotos, la intención de la familia de la víctima es que se pueda reclamar daños y perjuicios o daño moral.
En los próximos días la Justicia deberá determinar el número de personas afectadas por la manipulación de imágenes y la cantidad de implicados. A prima facie la acusación es complicada porque las imágenes no son reales y al ser menores de edad, no pueden ser imputados.
¿Hubo extorsión o venta del material?. También lo deberá determinar la fiscalía interviniente.
“Tener un teléfono es como tener un arma, se puede usar para algo malo. Iré hasta las últimas consecuencias”, dijo la madre a este medio.
Además contó que tuvo una comunicación telefónica con el padre del adolescente señalado como “el líder de los implicados”. “Me pidió disculpas pero minimizó la situación”, relató. “Le dije que mi hija no era la única que lo señaló y que todo acto tiene una consecuencia”.
El rol del colegio
En cuanto a las medidas tomadas por el colegio, la mujer dijo que actuó de acuerdo al protocolo del Ministerio de Educación, pero aclaró que en un primer momento la reacción “fue negativa porque las fotos no habían sucedido dentro del colegio”. “Días más tarde cuando les sacaron fotos a chicas por debajo de la pollera tomaron medidas”, expresó.
El colegio tomó la decisión de no renovarle la matrícula a uno de los alumnos pero sobre el resto no tomó medidas sancionatorias. Incluso otros padres están pidiendo que dejen de asistir al establecimiento.
“Le dije a mi hija que se quede tranquila, que es una víctima en esto pero que se puede defender y no quedarse callada. Lo que les ocurrió a las chicas fue una traición de sus propios compañeros”, aseguró su mamá.
Reeducación y diálogo
La especialista en psicología educacional Claudia Torcomian sostuvo que la manipulación de fotografías con IA habría que entenderla dentro de una época de mutación de las nuevas generaciones en cuanto a la configuración de las subjetividades, como moldean su pensamiento y que forma tienen de ver el mundo.
“Las implicancias de la inteligencia artificial y en definitiva de las aplicaciones son infinitas. Y hechos como estos pueden volverse exponenciales. No debemos quedarnos únicamente en el caso concreto sino que tenemos que saber acompañar a los adolescentes con intervenciones multidimensionales e interdisciplinarias”, indicó.
Torcomian, en su rol de secretaria de Asuntos Académicos de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), tuvo que intervenir en un hecho similar que ocurrió tiempo atrás en un colegio preuniversitario. “No existe una receta de cómo intervenir y no se puede trasladar un caso a otro porque las situaciones tienen elementos recurrentes y singulares. Lo importante es invitar al diálogo y a la reflexión, además de la sanción”, dijo.
Sobre este punto, la mamá de la adolescente consideró que una disculpa pública de los implicados podría contribuir a restablecer un contrato de convivencia en el colegio.
La manipulación de imágenes con IA, pero también de boletines de calificaciones bajo el mismo método es una consulta recurrente que recibe la especialista desde distintas instituciones de Córdoba.
“Tenemos que generar programas de promoción y prevención para que esta y otras modalidades de acoso, bullying, etcétera se reduzcan y apuntemos a la reeducación”.
Finalmente sostuvo la importancia de reconstruir el lazo social, de reconocer al otro como un semejante, de abandonar la cosificación de los cuerpos y de la importancia de la enseñanza del cuidado y del respeto en los hogares y en las aulas.
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