Alerta por los delitos informáticos
El avance incontenible de la era digital en el mundo nos ha puesto frente a desafíos que no siempre tienen que ver con el aprovechamiento de la infinidad de beneficios que nos brinda el sistema. Y uno de esos retos se relaciona con el acelerado auge de los delitos informáticos, para lo cual es conveniente estar alerta y atender las recomendaciones de los expertos, además de contar con un conocimiento básico de la operatoria en red.
Al respecto, días atrás publicamos un informe enfocado en un relevamiento realizado en Córdoba por Naciones Unidas y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), cuyo resultado determinó que el 40% de las personas mayores es vulnerable a los delitos informáticos. El estudio, en modo de encuesta, contó con el apoyo del Consejo Federal de Inversiones y del Gobierno de Córdoba.
En rigor, no sólo una persona mayor puede ser víctima de la delincuencia en línea, pues son cuantiosos los casos conocidos de estafas y de sustracción de datos, entre otras fechorías, en perjuicio de usuarios que navegan diariamente por una computadora o por un teléfono inteligente.
Y es en este marco de instrucción donde emerge la denominada “alfabetización digital”, que, como define la Unesco, refiere a la capacidad alcanzada en la tarea de gestionar, comprender, comunicar y evaluar información de distinto orden mediante la utilización “segura y pertinente” de las tecnologías disponibles.
Los datos en este sentido son auspiciosos para los cibernautas cordobeses, más allá de los citados rangos etarios que todavía no ingresaron de pleno a las transformaciones digitales. Según el estudio de Cepal y Naciones Unidas, un elevado índice de cordobeses se puede considerar “alfabetizados digitales”.
Es de ponderar, asimismo, que una buena fracción de los encuestados dijo que realiza cursos virtuales de formación en distintas materias, al tiempo que hay una tendencia creciente al trabajo remoto.
No sería oportuno omitir que muchos de estos progresos tienen connotaciones sociales. Es decir, la posibilidad de poseer una computadora y la indispensable conectividad a internet. Factores que, conforme al estudio, alcanzan alta proporción (alrededor del 75%) en los hogares de la provincia.
Con todo, es necesario volver al comienzo: sólo el 35% de las personas consultadas admitió que está en condiciones de verificar la seguridad de un sitio donde debe proporcionar datos personales. Es un paso determinante en línea a aventar promociones engañosas de índole comercial o bancaria, por aludir a dos situaciones de alto riesgo de fraude.
En ese marco, vale insistir con las personas mayores que no califican para alcanzar los niveles básicos en relación con operatorias sensibles en la web.
No en vano el relevamiento destaca como un “área crítica” la de la seguridad digital, con un 27% de la población admitiendo una suerte de estado de indefensión de cara a los delincuentes informáticos que atacan por distintos frentes y con métodos de avanzada a menudo complicados de desbaratar.
Son avatares del progreso necesario, aunque hay que escudarse ante los bandidos digitales al acecho.
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