La Voz del Interior @lavozcomar: El tercer círculo: homicidas que mataron con crueles agravantes

El tercer círculo: homicidas que mataron con crueles agravantes

Son un grupo numeroso y los reúne más lo que no son que lo que son: mataron, pero no a una mujer en un contexto de violencia de género, no en un robo y para tapar sus consecuencias. No cometieron cualquier homicidio, sino alguno agravado por alguna de las causas que prevé el Código Penal, como la alevosía (que no refiere, como en el lenguaje común, a lo cruento del modo de matar, sino a la indefensión de la víctima) o la participación de un menor de edad, el uso de un arma o la intención de ocultar con el crimen otro grave delito, como un robo o un abuso sexual.

Entre quienes quedaron incluidos en este grupo, figuran Ariel Arévalo, el artesano y guía que violó a una joven y mató al novio de esta en una excursión nocturna en el cerro Uritorco, en Capilla del Monte, en 2004. También el docente de Física y Química Luis Alberto Marcial, quien fue condenado junto con el psiquiatra Rodolfo Sayavedra por el asesinato del profesor de Filosofía Gustavo Romay, también en 2004. Los hermanos Rodolfo y Norma Avellaneda cumplen perpetua por el único crimen registrado en San José de las Salinas en la historia reciente. Avellaneda mató de un garrotazo a Ramón Nicolás Cáceres, mientras su hermana lo “entretenía” con juegos sexuales. Hay, también, un parricida: Oscar Mancuello, quien junto con dos amigos, también encarcelados con perpetuas, mató a su padre Héctor Oscar Mancuello, a quien golpearon en el dormitorio y lo siguieron hasta el río, donde le dieron con un block de material y lo remataron con un balazo. No es el único preso por matar a su padre.

Hay en este conjunto, también, un ludópata, Alfredo Marino Godoy, quien en agosto de 2010 mató a un tío de su pareja luego de robarle para volver al garito y seguir jugando. Hay casos que son una página aparte en la historia criminal cordobesa, como el de Ricardo Tristán de la Reta, condenado a perpetua por el doble crimen del matrimonio Cardarelli, ocurrido en 1997 a la vera de la ruta 30. Francisco Cardarelli (39) y Elsa Lépori (40) fueron hallados muertos, quemados, en el interior de su automóvil Chrysler. También están presos Mercedes Brígida Segalá, la viuda, y Víctor “Mandrake” Quinteros, el supuesto sicario que ejecutó al panadero Héctor Corradini en 1998, por encargo de ella y con la participación de algún policía que le entregó, para cometer el asesinato, un arma que estaba guardada en el depósito de un precinto policial. No es el único caso en el que están detenidos quien pagó y planeó, y también quien ejecutó un asesinato.

Hay una enfermera: Claudia Macietti, quien fue condenada por matar a la anciana que cuidaba, Ana Badie, entonces de 84 años, en 2012. Intentó asfixiarla con una almohada, incendió su casa y huyó. Badie, exdirectora del colegio Deán Funes, sobrevivió lo suficiente como para señalar quién la había atacado.

Hay “matapolicías”: Jorge Arias, quien asesinó a un cabo en Río Tercero en 2013 en un operativo antidrogas, y Nicolás Emilio Contreras, quien le disparó al también cabo Juan Bussano cuando escapaba del robo de una moto, en Marcos Juárez, en 2014.

Dentro de este subgrupo, resalta Ariel Eduardo Gramajo, condenado por el tiroteo en Nueva Córdoba donde murió el cabo Franco Ferraro y perdieron también sus vidas los asaltantes, exconvictos, Ricardo Serravalle y “el Ciego” Hidalgo.

También hay un narcocriminal: Gerardo Fabián Fernández, preso por el secuestro extorsivo de un conocido y condenado narcotraficante, Carlos Dante “Colorado” Leal, a quien le disparó en las piernas y murió desangrado en el camino que conduce a Chacra de la Merced, entre rutas 19 y 9, luego de que su familia no quiso pagar el rescate.

Y entre los detenidos, hay uno que cobra especial actualidad: José Antonio Tabella, quien está preso desde 1999 por un robo y un homicidio, sumó otra condena por haber sido parte del motín de 2005 en la cárcel de barrio San Martín y en la causa por corrupción penitenciaria que llevó a la detención del jefe durante 15 años del Servicio Penitenciario, Juan María Bouvier. Denunció que le cobraron U$S 25 mil para trasladarlo a Tucumán.

Uno por uno, los y las homicidas, quienes por un listado inagotable de motivos mataron con alevosía, aprovechando una vulnerabilidad de sus víctimas o con una saña especial.

Eduardo José Mena. Estaba condenado a prisión perpetua por homicidio calificado desde 2004, y en 2023 lo volvieron a condenar por asociación ilícita y coautor de estafas reiteradas.

Marcos Alejandro Ávila. La noche del 23 de marzo de 2004, acompañado de un adolescente de 14 años y un tercero nunca identificado, fue a buscar a Sandro Leguizamón a su domicilio, ubicado en Parravicini 1004, de barrio Asentamiento General Savio, en la Capital provincial, a quien le disparó con un revólver calibre 38 por la espalda cuando lo vio. Se le dio perpetua por alevosía. Está preso en Cruz del Eje.

Ariel Roberto Arévalo. Artesano, ocasional guía, fue condenado en 2005 por matar al turista porteño Matías Puget, de 21 años, y por violar a la novia de este el 17 de octubre de 2004 en el cerro Uritorco. Arévalo salió con Puget para buscar leña, lo golpeó en la cabeza con una linterna y lo arrojó al vacío desde un barranco de 300 metros de altura. Volvió y sometió sexualmente a la joven. Fue sentenciado por “homicidio doblemente calificado” y “abuso sexual en concurso real”. Arévalo estuvo detenido algunos días, pero luego fue puesto en libertad en diciembre de 2004. En marzo, tras una apelación del fiscal la Cámara en lo Criminal de Villa Dolores lo devolvió a la prisión en marzo de 2005. Nunca más salió.

Roberto Carlos Alaniz. Fue condenado como coautor de homicidio y lesiones graves en agresión, en concurso real con motivo de hechos ocurridos en el interior del Establecimiento Penitenciario Nº 6, el 25 de septiembre de 1998.

Sergio Fabián Bustos. Junto con Oscar Fernando Vecchio, fue condenado en Cruz del Eje por privación ilegítima de la libertad agravada, en concurso ideal con coacción agravada, en un motín carcelario. Ya estaba condenado a perpetua, con declaración de reincidencia, desde el 19 de abril de 2012. En 2022 se le agregó otra condena del Tribunal en lo Criminal Número Dos del Departamento Judicial de Azul, provincia de Buenos Aires, por ser coautor del delito de asociación ilícita y estafas.

Luis Alberto Marcial. Docente, fue condenado por el crimen del profesor de Filosofía Gustavo Romay (42), a mediados de 2004. La víctima había desaparecido de sus ocupaciones y actividades sin aviso, y sus cuentas bancarias y su departamento habían sido saqueados. Tiempo después, su cuerpo apareció enterrado en un campo de Los Reartes.

Perpetuos. Luis Alberto Marcial, preso en la cárcel de Bouwer. (José Gabriel Hernández / La Voz)

Por el caso, fueron condenados Marcial y el psiquiatra Rodolfo César Saavedra, a quienes se los consideró coautores de homicidio calificado, hurto calificado y defraudación calificada. Ambos se aprovecharon de la relación con la víctima para robarle y lo mataron para tratar de lograr la impunidad. Cumple condena en Bouwer.

Rodolfo César Saavedra. Psiquiatra, fue condenado también por el homicidio del profesor de Filosofía Gustavo Romay, muerte que ocurrió entre el 25 y el 27 de julio de 2004. El también acusado Marcial lo pasó a buscar con su auto por su casa de Cosquín, para salir a dar un paseo. Cuando llegaron a la localidad de Los Reartes, los esperaba en el interior de una vivienda Rodolfo Saavedra, quien por ese entonces mantenía una relación sentimental con Marcial. Según la acusación, ambos imputados se pusieron de acuerdo para que Saavedra matara a Romay con un arma calibre 22, luego de que les entregaron todas sus pertenencias (las tarjetas, dinero, la llave de su casa). Ambos imputados se incriminaron mutuamente. Cumple condena, separado de Marcial, en Río Cuarto.

Daniel Osvaldo Arias. Está preso por matar el 4 de abril de 2005 en Villa del Rosario al prestamista Alberto Pascual Corsetti, en su negocio de ramos generales, quien le había prestado $ 3 mil para solucionar dificultades económicas. Arias le firmó 18 pagarés, por valor de U$S 350 cada uno y en marzo pagó el primero, pero en abril Arias sacó un revólver y le exigió al prestamista que le entregara todos los documentos. Como este se negó, lo obligó a dirigirse hacia el dormitorio y le disparó. Arias tomó los pagarés y se fue de la casa en un Renault Fuego de la víctima, y luego lo dejó abandonado en las afueras de Villa del Rosario. Confesó el crimen.

José Luis Avellaneda. Fue condenado por el único crimen registrado en San José de las Salinas en la historia reciente. Avellaneda mató de un garrotazo a Ramón Nicolás Cáceres, mientras su hermana lo “entretenía” con juegos sexuales. La mujer se había casado en secreto con Cáceres y al momento del crimen seguían casados. En un primer fallo de la Cámara de Dean Funes, le dieron 16 años de prisión. Eso fue transformado en perpetua cuando llegó al TSJ. Cumple su pena en Cruz del Eje.

Norma del Valle Avellaneda. Condenada junto con su hermano por el homicidio de Ramón Cáceres en el año 2007. Está cumpliendo la última fase de su condena en el establecimiento abierto de Montecristo.

José Antonio Tabella. Tiene hoy 51 años e ingresó a la cárcel el 12 de enero de 1999, condenado a reclusión perpetua por robo calificado y homicidio calificado con tentativa de amenazas. También sumó penas por el motín del 10 de febrero de 2005 en la Penitenciaría de barrio San Martín. En el juicio, declaró que era adicto a las pastillas, que intentó suicidarse tres veces, que tiene un hijo que no conoce y que está preso desde los 14 años. Volvió a ser noticia en la causa por corrupción penitenciaria, al relatar que pagó su familia U$S 25 mil a las autoridades para lograr que fuera trasladado a un establecimiento abierto en Tucumán.

Ariel Oscar Brondo. Mató a su pareja, el contador Domingo Armando Baudino (56). También le robó el auto. Fue condenado por robo calificado por uso de arma y homicidio calificado. Brondo admitió el crimen, pero dijo que se dio en el marco de una pelea, cuando le recriminaba a la víctima su relación con un “taxi-boy”. La muerte de Baudino se produjo en las primeras horas del 10 de junio de 2006, en su departamento de barrio Nueva Córdoba. Brondo se llevó el auto de Baudino, un Fiat Palio, una máquina de fotos y un celular. Está preso desde 2006 y cumple condena en Cruz del Eje.

Perpetuos. Ariel Brondo fue condenado a prisión perpetua por el homicidio del contador Domingo Armando Baudino (56). (Archivo / La Voz)

Cristian Andrés Sáez. En diciembre de 2009, fue condenado por secuestrar, matar y quemar a una pareja por cuestiones de dinero. Las víctimas fueron Leonardo Gabriel Ponce y su novia, Paola Viviana Carrizo, cuyos cuerpos aparecieron calcinados en distintos lugares de las serranías. Junto con Sáez fueron condenados Héctor Fabián González y su esposa, Alicia Verónica González. Según la investigación, el 3 de septiembre de 2006, Héctor González y su esposa secuestraron en la ciudad de Córdoba a Ponce y a su novia, y los trasladaron a Villa Carlos Paz, a un departamento alquilado, adonde más tarde llegó Sáez. Los secuestradores habrían exigido a Ponce una suma de dinero, pero, ante la negativa, González y Sáez llevaron a Paola Carrizo en auto hasta Copina, donde luego de ser abusada, la arrojaron a un pastizal desvanecida y le prendieron fuego, causándole la muerte. Luego cargaron a Ponce, a quien llevaron hasta el camino a El Durazno, cerca de Tanti, donde le prendieron fuego al vehículo con la víctima en el asiento trasero.

Héctor Fabián González. El otro condenado a perpetua por el doble crimen de la pareja de Leonardo Gabriel Ponce y su novia, Paola Viviana Carrizo (ver Cristian Sáez). Cumple su condena en el penal de Cruz del Eje.

Oscar Gabriel Mancuello. Parricida. El 10 de abril de 2008, en una vivienda de la ciudad de La Calera, en el paraje Casa Bamba, Oscar discutió con Héctor Oscar Mancuello, su padre, quien lo golpeó con el mango de un cuchillo y se fue a dormir. En ese momento, ingresan Marcos Esteban Juárez y Jorge Oscar Sosa, amigos de Oscar Mancuello, quienes se ofrecieron para escarmentar al padre. Lo golpearon en el dormitorio y lo siguieron hasta el río, donde le dieron con un bloc de material y lo remataron con un balazo. Cumple condena en Villa María.

Marcos Esteban Juárez. Asesino de Héctor Oscar Mancuello (ver Oscar Gabriel Mancuello). Está preso desde 2008 en Cruz del Eje.

Jorge Oscar Sosa. Asesino de Héctor Oscar Mancuello (ver Oscar Gabriel Mancuello). Está preso desde 2008 en Cruz del Eje.

Alfredo Marino Godoy. En agosto de 2010, el albañil fue condenado a prisión perpetua por matar a José Emiliano Sosa, de 83 años, un tío de su concubina, luego de robarle para seguir jugando en un garito. Godoy tenía por entonces 45 años y era reincidente: en 1995 había matado de 19 puñaladas a un taxista con el fin de quitarle $ 90, también para seguir jugando. Cometió el nuevo crimen meses después de salir en libertad condicional. El segundo homicidio ocurrió en la madrugada del sábado 22 de noviembre de 2008, cuando Godoy llevaba muchas horas de juego y alcohol y perdió todo su dinero en la localidad puntana de Merlo. Regresó entonces a Cruz de Caña, donde vivía, ingresó a la vivienda del tío de su concubina, situada a unos 40 metros de su propia casa, y mientras el anciano dormía, le asestó un garrotazo que le partió el cráneo. Luego revolvió hasta encontrar varios miles de pesos que se llevó para continuar jugando al “pase inglés”. Fue detenido a la tarde de ese mismo día. Cumple condena en Villa Dolores.

Alejandro Agustín Saavedra. Condenado por matar a Luis Justo Antonio Caón, de 71 años, y a su pareja, Marisa Tula, de 53, con escopetazos. Amarró ambos cadáveres a dos bloques de cemento y los arrojó a un canal pluvial. Ocurrió durante las primeras horas del 5 de octubre de 2010 en un campo que Caón poseía en Huanchilla, cerca de La Carlota. Al parecer, las víctimas habían discutido con Saavedra, peón de ese establecimiento, por un faltante en un lote de soja. Cumple condena en Río Cuarto.

Ricardo Tristán de la Reta. En 2011, fue condenado a perpetua por el doble crimen del matrimonio Cardarelli, ocurrido en 1997, a la vera de la ruta 30. Francisco Cardarelli (39) y Elsa Lépori (40) fueron hallados muertos, quemados, en la noche del 6 de septiembre de 1997, en su automóvil Chrysler. De la Reta y su esposa eran amigos de la pareja e iban a cenar juntos en la noche del crimen. Los Cardarelli fueron asesinados con un arma que pertenecía a De la Reta. Cumple condena en Río Cuarto. Condenado a prisión perpetua por doble crimen en Río Cuarto.

Ramón Francisco Ávila. En 2011 fue condenado por homicidio calificado por el vínculo a prisión perpetua. La Justicia no informó datos de su víctima. Cumple condena en Villa María.

Sergio Adrián Flores. El 27 de noviembre de 2014, la Cámara en lo Criminal y Correccional de Segunda Nominación de la ciudad de Río Cuarto lo condenó a perpetua por homicidio calificado por alevosía doblemente agravado, por el uso de arma de fuego y por la participación de un menor de edad. No se conocen detalles sobre su víctima. Cumple su pena en Río Cuarto.

Darío César Roa Chamorro. Está condenado a perpetua desde 2011 y reingresó al penal de Cruz del Eje en 2017, luego de un paso por la cárcel de Catamarca, donde fue trasladado tras liderar un intento de fuga en la Penitenciaría de barrio San Martín, con toma de rehenes, en 2008. No hay más datos sobre su causa judicial.

Claudia Susana Campos. Junto con quien era su amante, Cristian Alejandro Mansilla Montoya (alias “el Karateca”), planearon y ejecutaron el asesinato de su novio, Diego Mauro García, la noche del 24 de mayo de 2010 en la colectora de la autopista Córdoba-Carlos Paz, en un descampado. Se probó que ambos interceptaron con el auto de Mansilla Montoya la moto de la víctima. García se detuvo y, así, pudo ser reducido por “el Karateca”, armado con un revólver, quien le pegó un tiro en la nuca y después seis disparos más en una mejilla. Apenas ocurrió el crimen y brindaba testimonios como su novia, se quebró y confesó todo. Cumple su pena en el penal de mujeres de Bouwer.

Cristian Alejandro Mansilla Montoya. Fue condenado por matar a Diego Mauro García, junto con quien era su amante, Claudia Susana Campos. En el juicio, intentó despegarse de Campos, pero los llamados telefónicos y los mensajes que estaban en el teléfono de la mujer lo comprometieron. Cumple su condena en la cárcel de Cruz del Eje.

Claudia Mónica Macietti. Es una enfermera que fue condenada por matar a la anciana que cuidaba en 2012. Intentó asfixiarla con una almohada, incendió su casa y huyó. Se le atribuyó el homicidio criminis causae de la jubilada Ana Edith Badie (84), exdirectora del Colegio Deán Funes, quien falleció en el Hospital de Urgencias en los primeros días de 2012 luego de que se intoxicó con monóxido de carbono en el incendio que provocó Macietti, el 29 de diciembre de 2011. Antes de morir, la mujer alcanzó a decirles a varias personas que había discutido con Macietti y que esta intentó asfixiarla con una almohada y luego prendió fuego a la casa. Cumple su pena en la cárcel de mujeres de Bouwer.

José Eusebio Villarroel. Es un preso que fue condenado por asesinar a un policía al dispararle en la cabeza desde una torreta de una cárcel cordobesa, en medio de un motín. Se le atribuyó a José Eusebio Villarroel el “homicidio calificado” del oficial de la Policía cordobesa Roberto Cogote, el 10 de febrero de 2005, durante una revuelta que, en total, dejó ocho muertos y 30 heridos. En medio del motín, uno de los peores en la historia penitenciaria cordobesa, Villarroel accedió a la torreta 9 del perímetro de la cárcel y, desde allí, efectuó disparos con un arma de fuego. Uno de los balazos atravesó la ventanilla de la camioneta en que estaba Cogote y lo hirió de muerte en la cabeza. Cumple condena en Villa María.

Mirta Susana Acuña. Fue condenada en 2014 por haber matado a su marido. El crimen se produjo en Río Segundo, entre la noche del 15 de mayo de 2009 y las primeras horas del día siguiente. La víctima, el suboficial mayor de policía retirado Juan Manuel Villalba (64), se había casado dos meses antes con ella, a quien por entonces doblaba en edad. El fallo determinó que fue la codicia y el deseo de libertad que tenía la mujer, que mantenía una relación sentimental con el remisero Walter Gustavo Torres, lo que la llevó al homicidio. Pocos días antes, el hombre había contratado un seguro de vida, y ella era la beneficiaria. El cuerpo apareció varios días después y fue una larga investigación la que terminó culpándola. Cumple condena en el penal de mujeres de Bouwer.

Luis Víctor Ríos. En 2014, admitió ante los jueces y los jurados populares que 15 años atrás había matado a un hombre de un escopetazo y que sepultó el cuerpo en un campo. Creyó que matar a Walter Gustavo Boldrini era ya un delito prescripto, pero el fiscal Marcelo Altamirano convenció al tribunal que había actuado con alevosía al cometer el asesinato y, como el homicidio calificado por alevosía no prescribe, debía ser condenado a perpetua. El crimen sucedió el 26 de octubre de 1999. Aquella mañana, Walter Boldrini llegó hasta el domicilio de Ríos, por aquel entonces en barrio Capdevilla, de la Capital. Según la causa, fue a reclamarle una deuda por una venta de drogas. Ríos está preso en Bouwer desde mayo de 2012, luego de que una cámara oculta del programa ADN y una serie de testimonios en su contra lo dejaron en evidencia. Cumple condena en Cruz del Eje.

Jonathan Eduardo Heredia Vargas. Fue condenado en 2015 por asesinar de 13 puñaladas a un hombre hipoacúsico, 20 años mayor, con quien tenía una relación de noviazgo. Dijo que se defendió de un ataque sexual. Los jueces no le creyeron. El cuerpo de su víctima, Miguel Ángel Kovacevich, fue encontrado en el baño de su departamento, ubicado en el Centro de la ciudad de Córdoba, en junio de 2013. Cumple condena en Cruz del Eje.

Jorge Juan Leiva. Fue condenado en 2015 a perpetua por un brutal doble asesinato ocurrido 16 años antes. Fue hallado culpable de haber tramado y ejecutado un plan criminal contra su hermano y la mujer de este en 1999. Las víctimas de este doble crimen fueron Jesús Lee Leiva, hermano del asesino, y su pareja, la norteamericana Dianne Semidey, ambos asesinados a balazos. Sus cuerpos aparecieron calcinados en 1999 en un camino cerca de Achiras. Al parecer, el móvil del doble crimen habría sido por una cuestión económica, ya que los hermanos Leiva eran socios de un comedor en Río Cuarto. Además de Jorge Juan Leiva, fueron imputadas María Cristina Gutiérrez, su esposa y dos mujeres chilenas, Rosa y Candy Orellana, todas prófugas. El supuesto autor material de los disparos, Gustavo “Palito” Gallego, ya falleció. Cumple su pena en Río Cuarto.

Perpetuos. Jorge Juan Leiva, asesino condenado a perpetua en Río Cuarto. (Archivo / La Voz)

Jorge Arias. En 2015 fue condenado a perpetua por el homicidio del cabo primero Marcos Girotto (26), abatido de un balazo en el pecho en medio de un operativo antidrogas en Río Tercero, en la madrugada del 19 de abril de 2013. Quiso alegar homicidio culposo y legítima defensa, porque disparó cuando los policías irrumpieron en la casa que habitaba, cuando se lo investigaba como vendedor de estupefacientes. Cumple su condena en Bouwer.

Aarón González Abella. Fue condenado por el asesinato de Nilda Cantoni, y las múltiples heridas ocasionadas a Sergio Abello, pareja de la mujer, el 23 de febrero de 2014, cuando Cantoni fue brutalmente asesinada con un cuchillo, y Abello fue gravemente herido, también con un arma cortopunzante, mientras dormían en su casa de General Levalle. Sus abogados intentaron atenuar su condena porque estaba “en el mundo diabólico de la drogadicción, del que es casi imposible salir”. Cumple su condena en el penal de Río Cuarto.

Gerardo Oscar Barzola. En 2015 fue condenado por el crimen de María Teresa Niz (67), asesinada en su domicilio, en Huinca Renancó, en la madrugada del 28 de julio del 2013. La mujer, de contextura pequeña, fue hallada muerta y semidesnuda. Fue violada, golpeada, quemada y tirada sobre la letrina del baño. Fueron detenidos e imputados el hijo de la víctima, Valentín “Valencho” Gallardo (33), y Barzola (32), que es travesti y conocido como “el Moria”. El perito Gustavo Zanlungo dijo que no se había tratado de un hecho premeditado, sino de “un crimen lujurioso y profundamente sádico”. Niz trabajaba como empleada doméstica y estaba enferma de cáncer de mamas. Había tenido siete hijos. Cumple condena en el penal de Río Cuarto y es compañero de celda de Rodolfo Alberto de Luca, el mayor asesino múltiple encerrado en los penales de Córdoba.

Iván Matías Barrionuevo. El 29 de febrero de 2016, la Cámara en lo Criminal y Correccional de la ciudad de Cruz del Eje lo condenó por homicidio calificado por el vínculo. No hay datos sobre quién fue su víctima. Cumple su pena en el penal de Cruz del Eje.

Ariel Ramón Gorosito. La Cámara 5ª del Crimen de la ciudad de Córdoba lo condenó por el crimen de quien era la pareja de su suegra, Jorge Gradiolo, ocurrido en abril de 2014 en Oncativo, en el departamento Río Segundo. Su suegra, Marta Rivarola, le había pedido que lo asesinara, de acuerdo con lo que surgió en la investigación judicial. La Policía encontró a la víctima en el fondo de la cámara séptica de su casa. Según la acusación, Gorosito lo sedó y lo sumergió en ese pozo, atado a un bloque de cemento de 30 kilos. Rivarola estuvo acusada por el crimen y luego fue declarada inimputable por padecer esquizofrenia. Gorosito huyó y estuvo casi dos meses prófugo. Reveló que le ofrecieron unos $ 500 para cometer el crimen. Cumple su condena en Villa María.

Miguel Ángel González Brítez. La Cámara en lo Criminal y Correccional de Primera Nominación de la ciudad de Río Cuarto lo condenó por homicidio calificado. No hay más datos en el informe remitido por la Justicia provincial sobre la identidad de su víctima. Cumple su pena en el penal de Río Cuarto.

Nicolás Emanuel Contreras. Fue sentenciado a perpetua luego de haber asesinado de un balazo en la cabeza, a quemarropa, a un policía que intentaba detenerlo. El delincuente escapaba luego de haber robado una motocicleta. El fallo fue dictado de forma unánime por la Cámara del Crimen de la ciudad de Bell Ville. El hecho ocurrió en 2014 en Marcos Juárez. La víctima fatal fue el cabo primero de la Policía de la Provincia Juan Marcelo Bussano, quien tenía 31 años. Bussano recibió un disparo en la sien que fue efectuado con su pistola reglamentaria 9 milímetros. En 2011, en Inriville, asaltó a los tiros a un quiosquero en la plaza. Fue condenado y salió en libertad condicional. Cumple condena en el M2 de Cruz del Eje.

Oscar Rubén Domínguez. Fue condenado por matar a golpes con un palo a su propio padre en el marco de una discusión por la venta de la casa. Además, hirió de gravedad a su madre, quien sobrevivió de milagro, cuando quería salvar a su esposo del ataque. El drama ocurrió en 2014 en la ciudad de La Falda. Las víctimas fueron Alberto José Domínguez (87) y Ana María Amaro (78). El hombre les exigía vender la casa para pagar deudas de juego a una inmobiliaria y a un prestamista. Cumple su pena en Cruz del Eje.

Jairo Sebastián Quintela. Fue condenado por ser el sicario que mató al mecánico Néstor Vega (49), quien fue ejecutado frente a su casa de José Hernández al 4850, el 4 de septiembre de 2014 .Un joven bajó de un auto, le preguntó si él era “el Cabezón” y, al recibir una respuesta afirmativa, le disparó en la cabeza y en el pecho. Quintela actuó por encargo de los hermanos Joni Hugo (47) y Edgar Fabián Farías (43), quienes les habrían pagado a él y a Guillermo Porta (33) para que mataran a Vega.El Tribunal entendió que se trató de un “femicidio vinculado”, ya que el asesinato tuvo como objetivo truncar la relación sentimental de Giselle, ex de Edgar Farías. Cumple condena en Cruz del Eje.

Guillermo Adolfo Porta. Fue condenado por ser partícipe necesario del homicidio calificado por encargo de Néstor Vega. Cumple condena en Cruz del Eje.

Edgar Fabián Farías. Junto con su hermano Joni, fueron condenados por homicidio calificado por encargo y por femicidio vinculado. Se aplicó el inciso 12 del artículo 80 del Código Penal, que castiga a quien mata “con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una relación”. Cumple condena en Cruz del Eje.

Horacio Moreira. Condenado junto con su pareja María Elizabeth Geracci con la máxima pena por el asesinato de Raquel y de Ricardo “Poroto” Oviedo, de 83 y 87 años, respectivamente, ocurrido en Río Cuarto en 2014. Fueron hallados muertos en su casa en pleno macrocentro de la ciudad (Alberdi 186) hace dos años. Moreira dijo que tenía la responsabilidad plena del crimen en un intento por salvar a Geracci, acusada de ser coautora del hecho. Cumple su pena en Villa María.

Perpetuos. Horacio Moreira y Elizabeth Gerasi fueron condenados con la máxima pena por por el asesinato de Raquel y Ricardo

María Elizabeth Geracci. Según los vecinos, habría engañado a Ricardo Oviedo haciéndole creer que era su novia, para robarle. Decía que Horacio Moreira era su hermano, cuando en realidad había sido su pareja. La condenaron como coautora del doble homicidio. Cumple su condena en Río Cuarto.

Víctor Hugo Quinteros. En 2016 fue sentenciado por la Cámara Tercera del Crimen de la ciudad de Córdoba a prisión perpetua por el asesinato del panadero Héctor Corradini, en 1998. En el juicio se sostuvo que “Mandrake” cobró una suma de dinero por parte de la esposa de Corradini, Mercedes Segalá, para ejecutar el crimen. El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) confirmó el fallo. “Mandrake” ya había purgado otras condenas por violentos asaltos, entre ellos, a un banco de Luque. Es autor de una autobiografía manuscrita, en la que relata que es hijo de padres desaparecidos en la dictadura.

Perpetuos. Víctor Hugo Mandrake Quinteros condenado a perpetua por el crimen del panadero Héctor Corradini. (Javier Ferreyra / La Voz)

Mercedes Brígida Segalá. Condenada a prisión perpetua en diciembre de 2016 como autora intelectual del crimen de su marido (en noviembre de 1998), el panadero Héctor Corradini (38). Segalá inició el cumplimiento de esa pena en 2018, cuando su sentencia quedó firme. Anteriormente, había sido absuelta en un primer juicio realizado en 2008, que fue anulado y por lo que se realizó el segundo, condenatorio.

El crimen ocurrió en la madrugada del 17 de noviembre de 1998, luego de que Corradini fue secuestrado de su vivienda y trasladado en su propio vehículo por dos sicarios –Víctor Hugo “Mandrake” Quinteros y otro hombre, que no logró identificarse–, quienes lo ejecutaron mediante disparos de arma de fuego. Entre septiembre de 2005 y septiembre de 2008, “Pirucha” estuvo con prisión preventiva de tres años a la espera del primer juicio, que la absolvió el 8 de julio de 2011. El primer juicio se celebró durante la primera mitad de 2011 y terminó con las absoluciones de Segalá, el excomisario Oscar Félix Aguilar y el cabo Mario Onainty, y fue condenado solamente Quinteros, por el delito de secuestro, a siete años de prisión. Con las casaciones de la querella a cargo de Carlos Nayi y el fiscal de cámara Carlos Ferrer, el TSJ anuló la sentencia y ordenó la realización de un nuevo juicio, sin incluir a los policías. Eso se produjo recién en 2016, llegando a sentencia el 5 de diciembre de ese año. Los jurados populares reunidos en la Cámara 3ª del Crimen de Córdoba, entendieron en forma unánime que la viuda pagó a sicarios –entre ellos, Víctor “Mandrake” Quinteros, el otro condenado– para que lo mataran, para cobrar dos seguros de vida. Por eso, ella fue considerada autora de “homicidio calificado por el vínculo, por promesa remuneratoria y por codicia”. “Mandrake” también fue sentenciado a perpetua.

Perpetuos. Mercedes Segalá, presa desde 2018 en la cárcel de mujeres de Bouwer por el crimen del panadero Héctor Corradini. (José Gabriel Hernández / La Voz)

Sebastián Alejandro Sosa. Fue parte de la emboscada y el homicidio de Cintia del Valle Alives, madre de tres niños y rival de su novia, quien el 16 de junio de 2016 murió tras recibir seis balazos, uno en la cabeza. El brutal homicidio ocurrió en barrio Villa Martínez, ciudad de Córdoba. Apodado “Juanzón”, recibió pena perpetua, que cumple en el penal de Cruz del Eje. Tenía antecedentes por homicidio.

Pablo Damián Saba. Es el hermano de la cerebro de la emboscada mortal para Cintia del Valle Alives. Apodado “el Gordo”, tiene perpetua como sus otros dos compañeros de causa. La cumple en el penal de Bouwer. Antes había estado preso por robo.

Eugenia Yanet Saba. Yanet o “la Pitu” convenció a su hermano y a su novio de vengarse de Alives. Madre de varios niños, cumplía en su casa una condena de 15 años por un “narcosecuestro” ocurrido en 2014 en la cercana villa Las Pichanas. Gozaba de prisión domiciliaria, por ser madre. Según determinó el fallo, la noche de los hechos, Janet se reunió con su novio, su hermano y otro hombre; cargaron armas y fueron en motos a vengarse de Alives. Llegaron de ambos lados de la calle Aviador Valenti al 1000 y frenaron. Había una pistola, un revólver y una escopeta caño recortado. Cintia, quien estaba con su novio, quiso correr. Cayó ejecutada. Yanet cumple su pena en la cárcel de mujeres de Bouwer.

Matías Severiano Torres. Condenado a prisión perpetua por el homicidio doblemente agravado por alevosía y por el vínculo de Walter “Paty” Pérez, quien regenteaba un bar en la exruta pesada de Villa María, y al que asesinó de al menos 10 mazazos en el cráneo. El asesinato fue cometido el 3 de junio de 2015. Torres había llegado al bar en busca de un lugar para vivir, luego de pasar un tiempo en la cárcel y de que lo echaran de la casa donde residía con su novia, a la que había agredido. Pérez le proveía techo, comida, ocasionalmente le compraba ropa y ocupaban la misma habitación dentro del inmueble. No ocultaba su relación con Torres. Cumple condena en Villa María.

Cristian Germán Caro. Fue condenado por el asesinato de Luis Domingo Viale (57), el 26 de diciembre de 2013, en Sacanta. Viale fue brutalmente herido con un destornillador. Caro indicó que era conocido de su víctima y que ambos habían estado presos, acusados de un robo ocurrido en Sacanta, pero habían sido excarcelados y luego sobreseídos. También aseguró que Viale había sido pareja de su madre, aunque la relación estaba terminada en el momento del hecho. En la vivienda de Caro, se secuestró un blíster de cinco destornilladores de la marca Tramontina Pro, y se constató que faltaba uno, que fue hallado en la casa de Viale cuando los peritos trabajaron en la escena del crimen. Estas herramientas tienen la particularidad de contar con un número de serie y un código de barra, que coincidían con el destornillador hallado en el lugar del asesinato. Cumple su condena en Villa María.

Noemí Carmelita Baldini. “Necesito un tiempo”, le dijo su pareja de ocho meses, Miguel Ángel Loza, ocho años menor que ella y trabajador rural en un campo de La Para, el 27 de noviembre de 2015. Baldini, una locutora que vivía en San Guillermo, provincia de Santa Fe, tomó un revólver de su exmarido cargado con ocho cartuchos y lo puso en su bolso. Dejó una carta en la que hablaba de “un pacto suicida” y pedía que le cuidaran a su hijo de 18 años. Después se subió a su auto y, al llegar a La Para, pasó a buscarlo por el campo y se fueron al pueblo. Miguel se bañó y luego fueron a tomar mates junto al cementerio local, en un camino de ripio. Cuando la encontró el hijo mayor de Miguel, él tenía dos disparos, uno en la sien y otro en la frente. Ella se gatilló con el arma, pero el disparo no salió. Luego le apuntó al joven, quien finalmente logró escapar. Cumple condena en el penal de mujeres de Bouwer.

Perpetuos. Noemí Carmelita Baldini condenada por matar a su novio Miguel Loza, en La Para, Córdoba. (Archivo / La Voz)

Carlos Mauricio Malter. Junto con su hermano Julio César, fueron condenados a prisión perpetua por la muerte de Pablo “Paco” García, el empresario de Alta Gracia que murió mientras cazaba jabalíes en un campo privado de Anisacate, en agosto de 2015. Durante todo el juicio, aseguraron que le tiraron a un chancho. Pero la pericia demostró que fue una muerte a corta distancia. Cumple su pena en Cruz del Eje.

Julio César Malter. Cumple igual condena que su hermano por la muerte en una cacería del empresario Pablo “Paco” García. Está alojado en Cruz del Eje.

Gerardo Fabián Fernández. El Tribunal Oral Federal 2 lo condenó por el secuestro extorsivo de un conocido narcotraficante, Carlos Dante “Colorado” Leal, quien actuaba en los barrios del este de la ciudad de Córdoba. El 11 de marzo de 2014, Fernández llegó a la vivienda de Leal, a quien amenazó y pidió drogas y dinero. Como no consiguió eso, lo trasladó en un vehículo. Por teléfono, pidió $ 30 mil para liberarlo. No le pagaron y el cuerpo sin vida de Leal apareció en proximidades de un puente de Avenida de Circunvalación, en el camino que conduce a Chacras de la Merced, entre las rutas 19 y 9. Tenía dos balazos en sus piernas. Habría muerto desangrado. Cumple condena en Villa María.

José Alberto Deheza. Fue condenado por matar de un disparo de arma de fuego al empresario lácteo Enrique Espósito, ocurrido en Villa Nueva el 17 de junio de 2011, por encargo de quien era la concubina de este, Nora Lilián Abelleira, ya fallecida. En un primer juicio, fue absuelto por el “beneficio de la duda” y 10 años después, en un segundo juicio, “Calladito” recibió la pena máxima. Cumple su pena en Villa María.

Ariel Eduardo Gramajo. Fue parte de la banda del famoso “tiroteo de Nueva Córdoba”. Fue condenado junto con Ariel Francisco Murúa Rodríguez (45) y Diego Alberto Tremarchi (34) a la pena de prisión perpetua por los delitos de homicidio doblemente calificado: criminis causae (para procurar la impunidad) y por la condición funcional de la víctima, miembro de la fuerza policial, el cabo Franco Ferraro (29). También murieron dos asaltantes: Ricardo Serravalle y Rolando Ricardo “el Ciego” Hidalgo. El juicio determinó que Gramajo violó tres domicilios en el escape del tiroteo: Rondeau 84, Rondeau 96 y Buenos Aires 510, desde donde escapó caminando por el palier. Cumple condena en Cruz del Eje.

Ariel Gramajo, condenado por el

Maricel Paula Angiolini. Fue hallada responsable de haber dopado para luego dar muerte a su novio, Juan Carlos Romero, entonces de 43 años. El cadáver del hombre fue hallado en el fondo de un pozo en desuso en la casa de la acusada, en Arias, al sudeste de la provincia de Córdoba, en 2017. El pozo tenía encima una pesada tapa de cemento y, encima, una maceta. Cumple condena en Río Cuarto.

Juan Carlos Giménez. Se trata de un “femicidio vinculado”. En agosto de 2018, irrumpió en la casa de su expareja, ubicada en la Estancia La Praviana de La Serranita, y con un caño de metal mató a golpes a la nueva pareja de ella, Juan Carlos Festa, de 65 años. Cumple condena en Bouwer desde 2020.

Gabriel Ismael Gómez. Fue condenado a perpetua por homicidio calificado por alevosía. No hay datos sobre quién fue su víctima. Cumple condena en Cruz del Eje.

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