La maquinaria agrícola busca dejar una menor huella en el ambiente
Todas las actividades cotidianas y económicas generan una determinada cantidad de gases de efecto invernadero (GEI), el volumen total de estos gases determina la llamada huella de carbono. La Unión Europea (UE) busca reducir la emisión de gases de efecto invernadero en un 55% para el año 2030, respecto de 1990. Dentro de este objetivo en julio de 2021 la Comisión propuso un Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono, que plantea fijar un precio a la importación de ciertos productos que provengan de fuera de la UE.
Actualmente, “los impuestos de frontera al carbono no implican una amenaza significativa para las exportaciones argentinas ya que afectan a bienes industriales que no son tan relevantes en nuestro comercio exterior. Sin embargo, el impacto será mayor en un futuro cuando se incorporen bienes agrícolas, y más aún si en vez de las emisiones directas se consideran las de toda la cadena del producto”, evalúa Mariana Conte Grand, economista senior del Banco Mundial, en una nota publicada en un medio periodístico.
En la misma línea países como Japón, Canadá, Australia, Reino Unido y Países Bajos se muestran interesados en la reducción de la Huella de Carbono y la sostenibilidad, aunque aún no tengan políticas definidas ni restricciones o aranceles a las importaciones.
Todo hace pronosticar que en pocos años comenzarán las regulaciones para la importación de productos agropecuarios.
La Argentina como exportador de productos agroindustriales debe tener preparado su sistema productivo sabiendo que estas regulaciones van a llegar.
Es sabido, por otro lado, que la maquinaria agrícola juega un rol importante en el balance de carbono, y las empresas socias de Afat aportan lo propio con investigación y desarrollo de tecnologías que buscan la sustentabilidad y la reducción de la huella de carbono.
Las compañías socias de Afat cuentan con 12 plantas industriales que ocupan una superficie fabril de más de 500 mil metros cuadrados. Con una red de distribución de alrededor de 500 puntos de venta en todo el país, las empresas socias de la asociación generan unos 16.700 empleos, entre directos, indirectos y red de distribución. En 2023 representaron el 80% de los patentamientos de tractores; 97% de las cosechadoras, 100% de las picadoras de forraje, y 58% de pulverizadoras.
Las marcas representadas son: Agrale, Massey Ferguson, Challenger, Valtra, Case IH, New Holland Agriculture, Claas, FPT, Jacto, John Deere y Stara.
Fuente energética
Según Aapresid entre el 13 y 25% (según cultivo) de las emisiones de GEI son producidas por el combustible. De este modo, toda mejora en la fuente de energía para la maquinaria agrícola genera impacto.
Los motores de gestión electrónica ofrecen grandes beneficios al sistema por la reducción en el consumo comparado con la inyección mecánica, se puede lograr la misma potencia con menor cantidad de gasoil. El ambiente recibe menos emisiones de dióxido de carbono (CO2) por lo que la huella de carbono se reduce.
Además, hoy ya tenemos presentados motores que funcionan 100 % con gas licuado (metano) de modo de aprovechar un pasivo ambiental como son los residuos animales, en recurso energético; el tractor de New Holland reduce así hasta un 80% la emisión de CO2. También se han presentado tractores 100% eléctricos por parte de las marcas CASE IH y New Holland.
La mayoría de los motores pueden trabajar con combustible B100 (100% biodiesel) que se traduce en mínimas emisiones. Asimismo, motores como los de las máquinas Claas permiten el uso de Aceites Vegetales Hidrotratados (HVO). Hablamos de aceites vegetales y grasas animales usados, que de otra manera irían a disposición final. Es un ejemplo más de un desecho que se convierte en recurso de alto valor, y con reducción de emisiones indeseadas.
Otro asunto no menor en torno a los motores es la emisión de gases contaminantes como el óxido de nitrógeno que se genera luego de la combustión del gasoil. Esto puede ser reducido con tecnología propia del motor, como los sistemas EGR (recirculación de gases de escape), pero para alcanzar la reducción que exigen las normas europeas y norteamericanas vigentes (Tier V; Euro 5), es necesario el uso de una solución de urea en el circuito de los gases de escape de modo de reducir más aun la contaminación y mejorar entonces la sustentabilidad de la producción y el ambiente.
Apuntando a reducir el consumo de combustible, Jacto ofrece un sistema de transmisión inteligente 4×4 que permite ahorros del orden del 35%.
Como vemos, son variadas las tecnologías que las empresas ofrecen atendiendo a un menor y mejor uso de combustibles fósiles, como así también del uso de fuentes de energía alternativas.
Orugas benéficas
El rodaje de la maquinaria de gran porte también está cambiando hacia la oruga, en reemplazo de las cubiertas. Las orugas presentes en tractores, cosechadoras y picadoras de forraje reducen el consumo de combustible, al tiempo de reducir también la carga sobre el suelo. Esto se traduce en una mejor salud de este recurso limitado que por tanto será más productivo en el tiempo.
Insumos sustentables
La tendencia, ya real de reducir el uso de fitoterápicos, está sostenida por tecnología incorporada en las pulverizadoras, además claro está de investigación agronómica. Los equipos ofrecidos por Jacto y Stara, de aplicación selectiva (próximamente se suma Precision Planting) y también con corte pico a pico con electroválvulas del tipo PWM permiten esta realidad.
Jacto, por ejemplo, ofrece modelos de pulverizadoras con la opción del sistema PWM para una pulverización aún más uniforme, ya que se mantiene el tamaño de las gotas incluso con variación de velocidad de la máquina. Cuando se integra al sistema boquilla a boquilla, el PWM controla la presión automáticamente, lo que permite una mejor gestión de la operación de pulverización, ahorrando hasta un 10% de insumos. Esto lleva asociado un uso más eficiente del agua. Se reduce así el uso de fitoterápicos con las consecuencias varias que eso significa, menores costos y emisiones en logística y en la producción de plásticos, entre otras.
Además, el control automático de 12 secciones disponibles en las fertilizadoras Jacto permite ahorrar hasta un 15% de fertilizantes.
En la siembra, un menor uso de semillas y fertilizantes permite mejorar los índices productivos. Tanto la aplicación variable como los cortes de dosificación precisos cuerpo por cuerpo como los de Precision Planting, reducen el uso global y así la emisión de GEI en su producción.
La red de distribución sustetable
Como parte del ecosistema productivo, las concesionarias oficiales también se suman a las ideas de sustentabilidad, tenemos agencias que han invertido para el aprovechamiento de la energía fotovoltaica y también del agua de lluvia para uso interno, además de la reutilización de residuos que antes iban a disposición final.
Según la Sociedad Americana de Agronomía Una agricultura sustentable es aquella que, “en el largo plazo, promueve la calidad del medio ambiente y los recursos básicos de los cuales depende; provee las fibras y alimentos necesarios para el ser humano; es económicamente viable y mejora la calidad de vida de los agricultores y la sociedad en su conjunto.” (American Society of Agronomy, 1989). Las empresas socias de AFAT invierten millones de dólares en investigación y desarrollo para ofrecer tecnologías que aportan a la concreción de esos objetivos.
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