Cuidados para evitar siniestros eléctricos
Los siniestros eléctricos han alcanzado cifras preocupantes durante los últimos años en la Argentina, en muchas ocasiones con resultados fatales. Desgracias evitables pero recurrentes, que en la mayoría de los casos se producen por conexiones precarias o por mala calidad de artefactos de uso cotidiano en los hogares.
Se trata de un servicio elemental con múltiples posibilidades de acceso en interiores y en exteriores de las viviendas, lo cual conlleva la responsabilidad de sus moradores de estar alertas ante cualquier deterioro que pueda desencadenar un desastre.
Es fundamental, en ese sentido, dejar las conexiones o las reparaciones eléctricas domiciliarias en manos de expertos matriculados, como así también contar con aparatos debidamente certificados desde la etapa de su producción.
Obran antecedentes de infortunios de estas características que llaman a la reflexión. Según la fundación Relevando Peligros, en 2023 se registraron 975 siniestros eléctricos en Argentina, de los cuales el 18,6% fueron electrocuciones. El estudio añade como dato alarmante que un 53,3% de las víctimas fatales tenían menos de 20 años.
Prevención y mantenimiento conforman dos tareas cruciales que, sin embargo, suelen ser menospreciadas o pasadas al plano de la desidia, encuadrado en el “después lo arreglamos”.
Los riesgos están al acecho. El sábado 21 de este mes, un niño de 12 años murió electrocutado al ser alcanzado por una descarga cuando subió descalzo a la terraza de su casa para festejar el gol de Boca en el superclásico con River (anulado por el VAR). La tragedia ocurrió en Campana, provincia de Buenos Aires, y se constató que el niño murió a raíz de un cable suelto que lo terminó fulminando.
Por ahí habría que examinar causas y consecuencias: cables sueltos, conexiones defectuosas (y a veces ilegales, como el popularmente llamado “colgado de ganchos”) y productos eléctricos de módica calidad, entre otros factores, configuran una matriz de inseguridad constante que urge atender antes de que sea tarde.
Es oportuno, además, poner atención en los sistemas eléctricos instalados en la vía pública, sobre todo en plazas y en paseos a donde concurren niños y niñas. Estructuras dependientes de firmas prestatarias, del ámbito municipal y de la Provincia.
Abundan las crónicas sobre siniestros de esta naturaleza que se cobraron vidas inocentes, alcanzadas por descargas letales al tomar contacto con un poste de luz o con una caja de cableado vetusta o colocada en el lugar equivocado.
Las señales de alerta deben permanecer igualmente encendidas en edificios de departamentos, un conglomerado habitacional en crecimiento cuyo mantenimiento en líneas generales a veces no alcanza los patrones exigidos en leyes y en ordenanzas, en bien de mitigar los peligros.
Por una razón de bienestar en la convivencia hogareña, manipular un artefacto eléctrico es tarea de todos los días.
Atender las recomendaciones (entre ellas, concientizar a los menores de edad sobre los riegos latentes) y ajustarse a los plazos prudenciales de mantenimiento del sistema evitará nuevos siniestros con resultados fatales por la inseguridad eléctrica.
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