Evangelio de hoy, jueves 26 de septiembre de 2024: “Tenía curiosidad de ver a Jesús”
El Evangelio de hoy retrata el pasaje en el que el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía “y no sabía a qué atenerse”. El Papa Francisco remarcó cómo “no se puede conocer a Jesús sin tener problemas”.
“Paradójicamente si quieres tener un problema, vas por el camino que te lleva a conocer a Jesús y entonces surgirán muchos problemas. En cualquier caso a Jesús no se le puede conocer en primera clase o en la tranquilidad, menos aún en la biblioteca. A Jesús se le conoce sólo en el camino cotidiano de la vida”.
“Incluso el conocimiento de Jesús a través del catecismo no es suficiente: conocerle con la mente ya es un paso adelante, pero a Jesús es necesario conocerle en el diálogo con Él. Hablando con Él, en la oración, de rodillas. Si tú no rezas, si tu no hablas con Jesús, no le conoces. Hay finalmente un tercer camino para conocer a Jesús: Es el seguimiento, andar con Él, caminar con Él, No se puede conocer a Jesús sin involucrarse con Él, sin apostar la vida por Él. Así que, para conocerle, verdaderamente es necesario leer lo que la Iglesia te dice de Él, hablar con Él en la oración y andar por su camino con Él. Este es el camino y cada uno debe hacer su elección”, compartió el Papa en una Homilía el 26 septiembre 2013.
En la misa, la liturgia de la Palabra es uno de los momentos centrales de la celebración. En este punto, se leen los pasajes de la Biblia que permiten adentrarse en las enseñanzas de Jesucristo. Compartimos los textos del jueves 26 de septiembre de 2024 publicados por el sitio web del Vaticano.
Liturgia del 26 de septiembre de 2024: Primera lectura
Eclesiastés (Cohélet) 1, 2-11
Todas las cosas, absolutamente todas, son vana ilusión.
¿Qué provecho saca el hombre de todos sus trabajos en la tierra? Pasa una generación y viene otra, pero la tierra permanece siempre.
El sol sale y se pone; corre y llega a su lugar, de dónde vuelve a salir. Sopla el viento hacia el sur y gira luego hacia el norte, y dando vueltas y más vueltas, vuelve siempre a girar. Todos los ríos van al mar, pero el mar nunca se llena; regresan al punto de donde vinieron y de nuevo vuelven a correr.
Todo es difícil de entender: no deja el hombre de cavilar, no se cansan los ojos de ver ni los oídos de oír. Lo que antes existió, eso volverá a existir. Lo que antes se hizo, eso se volverá a hacer. No hay nada nuevo bajo el sol.
Si de alguna cosa dicen: “Mira, esto sí es nuevo”, aun esa cosa existió ya en los siglos anteriores a nosotros. Nadie se acuerda de los antiguos y lo mismo pasará con los que vengan: no se acordarán de ellos sus sucesores.
Evangelio del día: 26 de septiembre de 2024
Lectura del santo evangelio según san Lucas
Lc 9, 7-9
En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías, y otros, que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Pero Herodes decía: “A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste del que oigo semejantes cosas?” Y tenía curiosidad de ver a Jesús.
26 DE SEPTIEMBRE, SANTOS COSME Y DAMIÁN: mártires
Según la página oficial del Vaticano, el Santo del día es una reseña diaria de los santos guardados en la memoria de la Iglesia. En esta sección encontrarás las historias, anécdotas y milagros realizados por estas figuras de vida cristiana a lo largo de distintas épocas y lugares del mundo.
Hoy la Iglesia recuerda a los Satos Cosme y Damián. La atención a los enfermos fue el “estímulo central” de la vida de estos santo durante el siglo III. En tiempos de persecuciones contra los cristianos.
Curaban a los enfermos sin hacerse pagar y, por esto, son apodados “anàrgiri”, palabra griega que significa “sin plata”. Su fama de hombres valerosos y de “insignes benefactores”, se difundió rápidamente en toda la región.
La actividad de estos Santos no se redujo sólo a curar el cuerpo. En el ejercicio de su profesión tendían también al bien de las almas con el ejemplo y con la palabra.
Lograron convertir al cristianismo a muchos paganos. Es célebre el episodio de la curación de una mujer hemorroísa, llamada Palladia, quien por gratitud ofrece tres huevos a estos hermanos. Después de su claro rechazo, implora a Damián que acepte ese pequeño don en nombre de Cristo. Damián, para no ofender a la mujer, acepta los huevos. Pero esto provoca la ira de Cosme que pide públicamente, después de su muerte, no ser sepultado junto a su hermano.
Su martirio lo relata la “Leyenda dorada”, según la cual los dos hermanos primero son echados al fuego, del que salen ilesos. Después son condenados a la lapidación, pero las piedras vuelven hacia atrás. Sucesivamente, las flechas lanzadas por los arqueros hieren a los verdugos. Hasta que, finalmente, son decapitados.
En el cuadro del Beato Angélico, la representación de la sepultura de los dos Santos se basa sobre lo que cuenta la Leyenda dorada. Según esta narración, el dromedario que transportaba los restos de San Damián comienza improvisamente a hablar con voz humana y pronuncia estas palabras: “Nolite eos separare a sepoltura, quia non sunt separati merito” (Que no sean separados en la sepultura porque no son diferentes en el mérito).
La Iglesia recuerda a los Santos Cosme y Damián el 26 de septiembre. Su culto se ha extendido en Italia desde Oriente, sobre todo en Roma y en la Región de Apulia.
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