La Voz del Interior @lavozcomar: La acuciante realidad laboral de los argentinos

La acuciante realidad laboral de los argentinos

Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, en el segundo trimestre del año, la desocupación alcanzó al 7,6% de la población económicamente activa. Esa tasa, establecida a partir del relevamiento de 31 centros urbanos, representaría alrededor de 1,7 millones de trabajadores.

La tasa de desocupación señala a quienes no hayan trabajado en la semana previa a la realización de la encuesta pero hayan estado buscando trabajo en el último mes. Si un desocupado no trató de conseguir un nuevo empleo, no es considerado como tal. Lo mismo ocurre con quienes tengan un trabajo transitorio, estén subocupados o cuenten con ingresos vinculados con “changas”.

Como esas cuestiones metodológicas relativizan la cifra, el Indec trata de aportar datos sobre las distintas modalidades laborales vigentes y de sondear a los encuestados sobre su actitud en el mercado laboral. En consecuencia, para tener una aproximación más exacta a la situación sociolaboral, es necesario cruzar todos los datos disponibles.

El Gobierno nacional, por ejemplo, podría valorar como positiva una tasa tan reducida y tan similar a la que se registró el año pasado, durante el tramo final de la presidencia de Alberto Fernández. Si la crisis viene desde antes y la recesión del primer semestre del año ha sido tan fuerte, que la desocupación en promedio fuera del 7,6% no sería en sí mismo un dato negativo.

Sin embargo, cuando se desagregan los datos de la EPH, se advierte una acuciante realidad laboral. Tomemos por caso Córdoba, donde la tasa de desocupación del segundo trimestre marcó 8,3%, casi un 10% por encima del promedio nacional.

Por un lado, es casi la misma cifra que se registró hace un año: de la falta de variación, como decíamos, podría derivarse una nula incidencia del plan de ajuste implementado por el presidente Javier Milei.

Pero, por otro lado, si bien no aumentaron los desocupados, entre quienes tienen trabajo se detecta un fuerte aumento de ocupados y subocupados que buscan empleo. Traducido, quienes trabajan no ganan lo suficiente para cubrir sus gastos y ansían mejorar su condición laboral.

Pasemos a números las tres categorías. En la columna de los desocupados, donde no hubo variación, hay unas 66 mil personas. Entre los ocupados que buscan otro empleo, hubo un crecimiento y ya suman alrededor de 227 mil personas. Entre los subocupados, unas 95 mil personas estaban buscando empleo.

La suma da 388 mil, de lo que se deriva que uno de cada tres cordobeses afronta problemas laborales: o no trabaja o gana menos de lo que requiere para vivir.

Esta es la cruda realidad. A nivel nacional, el empleo privado registrado –que apenas abarca a un tercio de la población económicamente activa– estuvo cayendo por lo menos hasta junio y en paralelo ha ido aumentado la informalidad, por ejemplo, a través del cuentapropismo y del Monotributo.

El deterioro de la situación laboral es innegable. Para revertir el cuadro, el Gobierno debiera persuadir al sector privado de que vuelva a crear empleos de calidad y conseguir que los salarios le ganen a la inflación. De lo contrario, el humor social podría tornarse negativo para el oficialismo.

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