«Nueva fase de la guerra»: detonan walkie-talkies en el segundo día de explosiones en Líbano
Walkie-talkies utilizados por Hezbollah fueron detonados en todo Líbano este miércoles, según informó la organización, matando al menos a 14 personas e hiriendo a más de 450, un día después de que miles de beepers explotaran en el país.
Las nuevas explosiones agravaron la conmoción en Líbano causada por el atentado sin precedentes perpetrado el martes mediante dispositivos electrónicos, por el que Hezbollah culpó a Israel y prometió vengarse. La organización e Israel ya están librando una guerra de desgaste a través de la frontera entre Israel y Líbano, que ha hecho temer un conflicto más amplio.
Los últimos muertos y heridos elevan el balance de los dos días de explosiones a 26 fallecidos, entre ellos al menos dos niños, y más de 3000 heridos. Casi 300 de los heridos en las explosiones del martes seguían en estado crítico este miércoles, tras las sangrientas escenas vividas en todo el Líbano.
El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, señaló este miércoles en una base aérea de Israel que el país estaba entrando en una nueva fase de combates en su frontera septentrional con Líbano.
Gallant habló después de que la 98 División del ejército israelí -que incluye paracaidistas y unidades de comando- recibiera la orden de trasladarse a la frontera norte de Israel, según una persona familiarizada con el asunto.
«El ‘centro de gravedad’ se está desplazando hacia el norte, lo que significa que estamos asignando fuerzas, recursos y energía para el ámbito septentrional», declaró Gallant. «Creo que estamos en el inicio de una nueva fase de la guerra y debemos adaptarnos».
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu dijo en una breve declaración este miércoles: «Ya he dicho [que] devolveremos a los residentes del norte con seguridad a sus hogares. Y esto es precisamente lo que haremos».
Israel no ha hecho comentarios directos sobre las explosiones.
Hezbollah aún no ha hecho comentarios sobre las explosiones del miércoles, pero culpó de las del martes a Israel. El grupo está shockeado por el ataque coordinado, que supuso un golpe humillante y desencadenó el pánico y la confusión generalizados.
Se espera que el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, aborde las fallas de seguridad sin precedentes en un discurso este jueves.
Muchos libaneses esperan con ansiedad la respuesta del grupo a los ataques coordinados. Pero, con sus redes de comunicación en gran parte destruidas, los expertos afirman que es difícil imaginar cómo podría lanzar una represalia inmediata.
Las nuevas explosiones se produjeron mientras el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, afirmaba sobre los ataques con beepers que «el miedo y el terror desatados son profundos». Türk instó a los líderes mundiales a actuar «en defensa del derecho de todas las personas a vivir en paz y seguridad».
Türk afirmó que atacar a miles de personas, civiles o miembros de grupos armados, sin saber quién tenía los dispositivos ni dónde se encontraban, constituía una violación del derecho internacional.
Hezbollah e Israel se han enfrentado en un fuego transfronterizo desde el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre, lo que ha hecho temer una guerra más amplia. Casi 24 horas después de las explosiones de los beepers, Hezbollah dijo que había lanzado cohetes contra posiciones de artillería israelíes al otro lado de la frontera, el primer ataque desde el atentado del martes que hizo temer una conflagración regional más amplia.
Consultado por las explosiones del martes, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, declaró este miércoles en El Cairo que estaba centrado en alcanzar un acuerdo de alto el fuego en Gaza que también pudiera traer la calma a la frontera entre Israel y Líbano.
Según Blinken, cuando Estados Unidos y otros mediadores creían estar avanzando hacia un acuerdo de este tipo, a menudo «se producía un acontecimiento que… amenazaba con ralentizarlo, detenerlo, hacerlo descarrilar».
El miércoles se produjeron otras explosiones, incluidas las de los walkie-talkies, en Beirut, Tiro, Baalbek y el valle de la Bekaa, así como en aldeas y ciudades dispersas del sur, según la NNA. La agencia de noticias estatal también dijo que había un intenso tráfico de drones de vigilancia sobre el sur del país. Todas estas son zonas con una fuerte presencia de Hezbollah.
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Por segundo día consecutivo, circularon por las redes sociales imágenes escalofriantes de autos y motos incendiados, edificios en llamas y personas ensangrentadas que eran trasladadas a los hospitales en ambulancias.
En el funeral de Ghobeiry, suburbio del sur de Beirut, miles de personas se habían reunido para el entierro de un niño, dos miembros de Hezbollah y un trabajador sanitario muertos en las explosiones del martes.
El funeral, ya de por sí tenso, se vio interrumpido por un fuerte estruendo que resonó por encima de la procesión, provocando la huida en estampida de los asistentes, atemorizados.
Mientras sonaban las sirenas de las ambulancias, un hombre corrió entre la multitud gritando: «Le explotó en la mano». Un soldado libanés apostado cerca del funeral, donde los familiares sostenían imágenes de sus parientes asesinados, dijo que «habían explotado dos artefactos».
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