Las entregas de premios en tiempos de redes sociales: su vigencia y sus desafíos
De las ceremonias y formatos que ofrece el showbiz, la “entrega de premios” es uno de los pocos que aún mantiene el interés del público a pesar de los años y de los fuertes cambios en el negocio del entretenimiento.
Por supuesto que hubo cosas que mutaron y que las organizaciones que los llevan adelante supieron advertir (más tarde que temprano), pero lo cierto es que aún en una televisión de ratings escuálidos, los premios Martín Fierro del lunes tuvieron un pico de unos 20 puntos.
Y lo sorprendente fue que el número alto se mantuvo hasta el final de una transmisión extralarga que se extendió hasta la 1.30 de la madrugada con la entrega del Martín Fierro de Oro a Telefe Noticias.
No solo suscita interés quién pueda llevarse el premio mayor, sino qué puede pasar en el escenario al momento de las entregas (siempre hay algún discurso polémico) o incluso el morbo de verles la cara a los perdedores también es una razón para prenderse a la trasmisión.
En paralelo, hoy las redes replican aquellos momentos que merecen ser virales y lo que haya ocurrido se amplifica hasta la estratósfera. Para no irnos tan lejos, recordemos la dedicatoria de amor de Marina Calabró que no fue correspondida por Rolando Barbano en los Martín Fierro de Radio meses atrás.
Y si viajamos solo un poco más en el tiempo nos encontraremos con la bofetada de Will Smith a Chris Rock en los Oscar de 2022, hecho que incluso tiene su propia entrada en Wikipedia como otros eventos históricos. Y cómo olvidar el error que dio el premio a la mejor película a La la Land cuando, en realidad, era para Moonlight.
Todo puede pasar en la pantalla, en tiempo real y replicarse muy por afuera del televisor.
Ajustando las cuerdas
Hoy serán entregados los premios Emmy que reconocen anualmente la excelencia en la industria de la televisión estadounidense, que por virtud de la globalización, primero, y de las plataformas, después, son también materia de interés local con series que están entre las más vistas en Argentina.
En su edición número 76, la Television Academy (la organización encargada del evento) decidió desdoblar los premios. Ya fueron entregados los primeros galardones la semana pasada con las ternas técnicas y hoy será el turno de las estrellas, es decir, actores, actrices y todas aquellas figuras que merezcan, según los criterios de showbiz, aparecer en el primetime.
Esa estrategia ya la venía usando la Academia que entrega los Oscar que dejó algunas premiaciones para ser entregadas por fuera de la ceremonia televisada.
La misma decisión de desdoblar la entrega de premios ocurrió en Argentina. Por caso, los Martín Fierro sumaron su edición digital y separaron la radio de la televisión, y aun así la última ceremonia se extendió hasta pasada la medianoche. Y fue muy criticada por eso.
En el caso de los premios Gardel, ese desdoblamiento entre lo televisado y lo “no televisado” generó suspicacias porque en la ceremonia central de los premios que llevan el nombre de “el Zorzal criollo”, el tango estuvo completamente ausente. Claro, los galardones de ese género se entregaron bien temprano esa misma tarde y la noche quedó para las figuras de la industria que más venden.
Capítulo aparte merecen las ternas que se han ido ajustando a destiempo con la realidad. En el caso de los Martín Fierro, la ausencia de ficción nacional adelgaza la cantidad de figuras que pueden asistir a la fiesta y además deja afuera a todos los contenidos locales que salen por plataformas, que son varios y muy buenos.
En tiempos en los que las series tomaron protagonismo frente al cine, cabe preguntarse: ¿tienen los Oscar y los Emmy que reacomodar realmente sus criterios de premiación en una industria que ya cambió?
Desafíos
Lo que ocurrió el lunes con los Martín Fierro de madrugada da cuenta de que, aunque los premios se reacomoden constantemente, los cambios siempre llegan tarde y es un desafío enorme planificar una premiación maximizando su impacto.
Porque, hay que decirlo, parte del éxito que tienen todavía estos contenidos es justamente su omnipresencia en la discusión pública, al menos por unas horas.
Es que, como decíamos antes, hoy las extensas ceremonias se pueden reducir a pequeños fragmentos que son lanzados al éter de las redes en búsqueda de impacto, mientras que en paralelo ocurre la trasmisión y, en paralelo también, se ofrece el streaming que analiza esa trasmisión.
Es decir, el mismo evento es estirado como chicle para poder ser usado en todas las plataformas y aunque nos quejemos de que muchas veces las ceremonias son largas y a veces aburridas, no podemos desprendernos de las pantallas mientras ocurren.
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