Análisis de NBA 2K25, el videojuego de básquet que eleva la vara del realismo
NBA 2K25 es un colosal videojuego deportivo. El mejor. Sí, supera al FC y a los de autos. Es que es más que un juego que representa un deporte: es muchos juegos dentro de un juego. Es un juego de rol, es un juego de mundo abierto, es un juego de gestión. NBA 2K25 es todo para todos: ofrece modos profundos y variados para quienes juegan offline y pone sobre la mesa un apartado multijugador online inmenso.
Tiene, como ningún otro título, un cuidado sistema de personalización. Quien quiera sentirse en un arcade, puede hacerlo. Quien quiera el “realismo más real”… ahí lo tendrá. Es básquet inclusivo y es básquet exclusivo. Es un juego de básquet, es un juego deportivo y es un señor videojuego. Lo de real puede comprobarse en la representación de las estrellas, como se ve a continuación.
Está disponible para Playstation y Xbox. En La Voz lo jugamos en una Play 5 gracias a la gestión de prensa de Finn Partners, empresa que le gestiona la comunicación a 2K para Latinoamérica.
Lo que sigue en esta nota es contar y mostrar en videos propios los lujos de NBA 2K25
Lo fastuoso de NBA 2K25 es cómo va puliendo lo que ya hacía muy bien. Por ejemplo, el sistema de lanzamiento: ahora no sólo influye el timming para hacerlo sino que ese timming aplica a las circunstancias del juego, como si la marca está encima o si el jugador que lanza está en una posición incómoda.
Así de detallista puede ser un sistema de lanzamiento que se ejecuta con el stick derecho y que permite sentir que cada jugada es una aventura y no un designio de los algoritmos. Aquí el video que lo muestra.
Ese encanto de hacer que todo sea entre real y fantástico es el logro histórico de NBA 2K. En juegos deportivos es normal sentir que siguiendo ciertos patrones se logra un resultado determinado. Acá, en esta joya de juego, no pasa.
Obvio que es posible configurar el sistema de lanzamiento para que sea amigable y termine siendo un trámite. Y es una manera noble de darse un baño de diversión. Disponer de esa opción descontracturada es plausible.
Otra mejora además del lanzamiento es el dribble. Se siente mejor que nunca. Llevar la pelota da una sensación de control extrema. Y es en esta edición una variable determinante para el progreso hacia una canasta. Es fascinante que todos los trucos del dribling se hacen con el mismo stick derecho del disparo.
Lo que parece un endemoniado proceso de sincronización termina siendo una intuitiva dinámica de autogestión… y satisfacción. Agarrarle la mano a ese stick derecho se siento como vencer a un jefe de un Souls. Y sabemos que quienes cruzan ese limbo sienten en mundo en sus manos. Eso pasa con NBA 2K25.
Hay unas nueve mil animaciones nuevas que siguen perforando los límites visuales. Curry es más Curry que el real. No se exagera. Lebron es recontra Lebron. Y así.
NBA 2K pule su sistema jugable para que todos los modos se vean beneficiados. Entre esos modos se destacan el My Carerr y el My Team. El primero en el que se crea un avatar y se lo lleva a seguir un modo historia. También ese personaje se inserta en un mundo abierto en el que es posible hacer básquet callejero, básquet en equipo y cientos de actividades. Aquí el video mostrando ambas variantes.
Y el otro gran logro es la mejora para defender. En básquet es fundamental. No se gana si no se defiende. Y aquí hay también mejoras en las posturas en las que es posible poner a nuestro jugador para defender mejor. El sistema de contacto y físicas de choques es otra vez de altísimo nivel. Eso de aplicar toquecitos para ir sacando de posición a nuestro adversario está muuuuuuuuuy logrado.
Hay varios aspectos iguales de alto valor, como los que se detallan a continuación.
- Relación aro-pelota. De fábula. No hay dos canastas iguales. Algunas pelotas entran limpias, otras dan vueltas y bajan despacio. El sistema de lanzamiento hace que cada pelota pueda ir a diferentes lugares. Y el aro responde a esa potencia y dirección, con rebotes inesperados. El aro tiene vida.
- Movimientos de pie. Sigue siendo magnífico. Giros, contragiros. Talones afirmados. Punta de pie. Los pies van accionando posturas corporales muy de básquet. Nada es robótico. Impresionante.
- Mejora visual. Sigue NBA 2K perforando el techo técnico de la nueva generación con jugadores “clonados”. Y con reacciones faciales también clonadas. Es tan lindo ver el juego como los cortes de cámara después de una jugada. La recreación de las estrellas de la NBA es memorable.
- IA. Los jugadores manejados por la máquina responden de manera real a lo que se espera de un partido de básquet promedio de la NBA.
Dos menciones más para dos modos de juego. El de la WNBA es pura mística. Tiene un cuidado obsesivo por las damas que practican básquet en el máximo nivel de Estados Unidos. Comprobar esa verdad con la siguiente captura de imagen de la norteamericana-argentina Diana Taurasi.
Como ningún otro juego, NBA 2K25 permite crear una jugadora y que sea la protagonista del modo historia. Y también regala la experiencia de ser un mánager de esas franquicias de la WNBA. En el video de abajo, un poco de esa experiencia, con una jugabilidad asombrosa.
La segunda mención es para el modo ERAS, en el que se puede protagonizar campañas con equipos de todos los tiempos. NBA 2K25 ya había sido generoso permitiendo al gamer que juegue con los Bulls de Jordan ante los Celtics de Bill Russell, por ejemplo. Y ahora va por más: permite gestionar una temporada, una franquicia y afrontar esas campañas con control total de todas las variables. Una gozada, dicho en español. Para esta edición añadió la era de Stephen Curry. Ya estaban la de Lebron James y la Kobe Bryant. El el video de abajo un poco de ese modo ERAS.
¿Tiene algo malo NBA 2K25? No en lo jugable. Sino en cómo disfrutar de lo jugable. Es tan bueno en su oferta de recrear los fundamentos de este deporte, que dan ganas de jugar mucho a todos sus modos. Y el My Carerr y el My Team obligan a “invertir” en las monedas del juego para elevar el nivel del avatar. Es que sino, se va quedando muy atrás del resto y, de esa manera, se pierde competitividad. Criticar a 2K por esto es atendible. Aunque lo obvio puede perderse de vista: el de los videojuegos es un negocio y está visto que las empresas no viven ni sobreviven de la venta del juego sino de todo el mercado que generan esos juegos en el mundo de las transacciones online. Aún con esa limitación hay mucho por jugar en el NBA 2K sin tener que pasarse la vida en haciendo desafíos y vivir pendientes de conseguir monedas para perfeccionar el avatar.
En conclusión, NBA 2K25 sigue allá en lo alto como videojuego en el más amplio sentido: dando todo y de todo en la representación de un deporte que es pasión de multitudes.
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