Reseña de Tierra de campeones: una vida bajo el agua
En la historia del deporte chileno, una de las páginas más destacadas es la obtención del campeonato mundial de caza submarina en 1971, en Iquique, gracias a la extraordinaria actuación de Raúl Choque, que, a punto de cumplir 29 años, ganó en la categoría individual y en la competencia por equipos logró una diferencia sustantiva a favor de su país. Choque, obviamente, fue elegido el deportista del año.
Eran los tiempos de la Unidad Popular y Salvador Allende, pero pronto llegarían los tiempos de la dictadura y el terrorismo de Estado de Augusto Pinochet. El contexto político importa por dos motivos: por un lado, porque los militares lo trataron como si fuera un allendista de nota; por otro, porque con los años llegaría a decirse que Choque, en una de sus tantas inmersiones en el mar, se encontró con el horroroso cuadro de los cadáveres de los desaparecidos.
La tercera novela del escritor y periodista Diego Zúñiga, nacido en Iquique, casualmente, en 1987, es Tierra de campeones, una atrapante versión ficcional de la vida de Choque. Podríamos decir, a la usanza del cine, que es una novela basada en hechos reales, pero no es una novela biográfica.
Aquí el campeón es el Chungungo Martínez. El chungungo es una especie marina de nutria que habita en las costas del Pacífico. Y Martínez, cuando niño, en el río Loa, a la altura de Calama, “en medio de las truchas y de aquellas aguas que se volvían más intensas en febrero”, sabía divertirse con sus amigos jugando a ver quién resistía más tiempo bajo el agua.
Uno de esos amigos nos contará su historia. Nos dirá que, poco después de aquel verano, Martínez conoció el mar en una caleta de pescadores y aceptó el desafío de las olas, “un ritmo, un idioma, un tiempo” que le llevó años descifrar y en los que el apodo reemplazó para siempre su nombre. Y como no volvió a Calama, el narrador, para seguir adelante con su relato, nos planteará “una elucubración, un balbuceo, un intento por reconstruir una historia que no vivimos, pero de la que nunca dejamos de sentirnos parte”.
Con esa economía de recursos narrativos, Zúñiga obtiene resultados asombrosos. Ya lo demostró en Camanchaca (2009), su primera novela, donde el relato avanza sobre la base del fragmento y la digresión, lo que permite acumular versiones sobre un mismo hecho; y repitió el mecanismo, con variaciones, en Racimo (2013), para poner en crisis las innumerables versiones que se tejieron sobre la desaparición de una docena de preadolescentes en una pobrísima ciudad de Iquique en los años 90.
Por todo ello, Granta no se equivocó cuando, en 2021, lo mencionó entre los mejores 25 narradores jóvenes en español. Tierra de campeones es una excepcional novela que ratifica ese juicio.
- Tierra de campeones. De Diego Zúñiga. Random House. 272 páginas. $ 22.399
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