La Voz del Interior @lavozcomar: La casa del dragón, temporada 2, episodio 6: ¿el instante previo al caos?

La casa del dragón, temporada 2, episodio 6: ¿el instante previo al caos?

Este domingo, el estreno del sexto episodio de la segunda temporada de La casa del dragón dejó el tablero servido para un final que promete ser electrizante.

Y es que, al menos en la tradición instalada por Game of Thrones, los anteúltimos episodios de cada temporada son casi tanto o más importantes que sus cierres.

Al mirar de frente a los últimos dos capítulos de esta precuela basada en el libro de George R. R. Martin Fuego y sangre, todo parece indicar que el final de esta segunda temporada se dará en pleno caos librado entre verdes y negros.

A continuación, un resumen de los sucedido en el sexto episodio, que fue dirigido por Andrij Parekh, responsable de cuatro capítulos en la cuarta y última temporada de Succession y debutante absoluto en La casa del dragón.

Para quien todavía no vio el más reciente episodio estrenado en Max, esta nota contiene spoilers. Para no recibir información antes de tiempo, se sugiere retomarla luego de ver el capítulo.

Río revuelto

A esta altura, y luego de la costosa batalla de Rook’s Rest para ambos bandos, las fichas se reacomodan en cada rincón y los pasos a dar son cada vez más minuciosos. O eso parece.

En Desembarco del Rey, Aemond gobierna como un tirano en pleno crecimiento. Mientras termina de hacer a un lado a su hermano, dejó a su madre fuera de todo ámbito de influencia y quiere avanzar a toda costa hacia las Tierras del Río, incluso a pesar del desacuerdo de su mano y comandante en jefe, Criston Cole.

En el caso de Rocadragón, la distancia entre Rhaenyra y Daemon sigue siendo una incógnita para sus consejeros y le genera rispideces incluso con su hijo mayor. En medio de esa indefinición, y con la necesidad de equilibrar las fuerzas con los verdes, la reina decide probar algo inédito: buscar jinetes para sus dragones en descendientes de Targaryen mezclados con otras casas.

Olivia Cooke, que interpreta a la examiga de Rhaenyra y a la madre de Aegon, es una de las actrices más destacadas de

Alicent, fuera del Consejo. La reina viuda, como la llaman en un momento, se encuentra desorientada. No tuvo más noticias de su padre y mayor aliado, Otto Hightower, y es testigo presencial de los movimientos de su hijo Aemond, un monarca regente que quiere ser supremo. La primera escena del Consejo, en la que el príncipe ignora la opinión de su madre y luego le pide un momento a solas, es más que significativa: allí se corta definitivamente el cordón umbilical. Aemond le agradece por sus servicios a la corona y la dispensa de su cargo como asesora. “¿Aún no se han vengado las indignidades de tu infancia?”, le pregunta ella.

Buscar jinetes, ¿una mala idea? Luego de que Jacaerys le diera la idea de buscar en las profundidades del linaje Targaryen, Rhaenyra y su consejo (ya con lord Corlys Velaryon como mano) reciben a Steffon Darklyn, quien recibe la posibilidad de convertirse en jinete de un dragón como un regalo divino. “Los dragones son dioses”, le dice antes de confirmar que sabe los riesgos a los que se somete. Finalmente, Darklyn se encuentra con el dragón Bruma y todo parece ir bien hasta que el caballero se confía y genera desconfianza en el animal. La idea termina con dos muertos incinerados ante los ojos de la reina y su hijo y con la huida del dragón.

Aegon, en la mira. Todavía convaleciente luego de ser quemado por fuego de dragón, el rey verde es acechado por su hermano luego de que el gran maestre anunciara que Aegon había despertado. Aemond lo visita y lo amenaza con señales antes que con advertencias: además de llevarle su bola del Consejo para marcarle que ya no es parte del gobierno de Desembarco del Rey, le pregunta si recuerda algo del momento mientras presiona sus heridas. La llegada del gran maestre interrumpe el apriete, pero Aemond suelta una frase definitiva antes de despedirse: “Parece que a mi hermano le espera una larga recuperación”.

Larys, de un extremo a otro, de hermano a hermano. (Prensa HBO).

Larys, de un lado al otro. La ida de Criston Cole habilita el intento de toma del poder por parte de lord Larys. En una charla con el príncipe regente, se ofrece veladamente como mano del rey pero es rechazado de plano por Aemond, que le encarga que contacte a su abuelo Otto para que este retome sus funciones luego de ser desplazado por Aegon. Larys no vacila y su próximo movimiento es en la dirección contraria: se acerca al rey maltrecho, comparte su historia como hijo lisiado y rechazado y le recuerda que “su mente es todo lo que le queda”. Al advertirle que su vida está en peligro por los intereses de su hermano, Aegon le pide ayuda y él vuelve sonreír.

Daemon, entre sueños. Todavía en Harrenhal, el esposo-tío de Rhaenyra no deja de soñar y alucinar. Paranoico, acusa a lord Strong de querer envenenarlo. Una charla con Alys, la curandera del castillo, le hace ver que lo que aquello por lo que pelea Rhaenyra es lo que él siempre ha deseado, pero han sido su carácter y su personalidad los que lo han alejado del beneplácito de su hermano en favor de su sobrina. “Usted no es el que juega, sino una ficha en el tablero”, le advierte Alys, que le recomienda retrasar su regreso y esperar a que los vientos cambien.

Mysaria, ayudante fiel. Mientras tanto, en Rocadragón, Mysaria le comparte a Rhaeyra los detalles de su plan maestro: enviar comida a los habitantes de Desembarco del Rey para sumar su apoyo. El famoso enemigo interno del que hablan tanto en la Fortaleza Roja como entre los negros. Con la ciudad bloqueada y con recursos escasos, y mientras la plebe ve los lujos de los que disfruta la corona, la conspiración empieza a tejerse de manera más acabada. La prostituta que arrulló a Aemond luego de que este se arrepintiera de la muerte de Lucerys vuelve a aparecer pero esta vez para exponer los privilegios que se ven habitualmente en la corona. Cuando llega la comida a la ciudad, el caos se desata.

Rhanyra y Mysaria, una relación cada vez más cercana. (Prensa HBO).

Helaena y Alicent, en peligro. En medio de su desamparo, Alicent busca a su hija para rezar junto a ella y prender algunas velas. Sin embargo, cuando están en el templo ambas deben ser evacuadas por el tumulto que se genera a partir de la comida enviada desde Rocadragón. La reina viuda y su hija huyen como pueden y los súbditos comienzan a perseguirlas y a agredirlas. Cuando un hombre pierde su brazo luego de que un guardia se lo cortara para que suelte a Alicent, todo se complica aún más. Finalmente, las reinas logran llegar a un coche que las espera y salen despavoridas entre reclamos y violencia generalizada. ¿Qué le espera a la Fortaleza Roja después de este alzamiento en ciernes?

Rhaenyra y un cambio de estrategia. Durante todo el episodio, Rhaenyra es presa de sus dudas. Luego de la muerte de sir Darklyn, sus asesores le manifiestan sus dudas y hasta su hijo tiene un desencuentro con ella. Pero cuando la propia heredera piensa que no hay forma de ganar una guerra desigual como esta, una conversación con Mysaria resulta reveladora en más de un sentido. Además de contarnos la historia de vida de la informante, vemos cómo el afecto entre ambas se transforma en algo más que apoyo incondicional de una súbdita hacia su majestad. En medio de un encendido beso entre ambas, la noticia de que Bruma ha sido visto volando junto a un jinete desconocido llega hasta la hija de Viserys. En ese momento, las dudas se despejan y Rhaenyra hace lo que venía pensando desde hace tiempo: actuar.

¿Reunión de dragones? ¿Revuelta? ¿El reencuentro más esperado?

Finalmente, la reina sale en busca de su dragón, syrax, y el episodio finaliza en pleno vuelo hacia el buscado encuentro con Bruma y su nuevo jinete.

El momento previo, en el que el dragón sin jinete persigue a Addam de Hull, hermano de Alyn y súbdito de Corlys Velaryon, es uno de los más intensos del sexto episodio. Y allí también empieza a complejizarse un vínculo que seguimos desde el primer episodio: el acercamiento progresivo entre la mano del rey de Rhaenyra y estos dos marineros que empiezan a encontrar su lugar en este entramado de personajes.

¿Qué sucederá con ellos? ¿Cómo será el encuentro entre Syrax y Bruma y sus respectivos jinetes? ¿Qué pasará en Desembarco del Rey luego de la revuelta popular que empieza a tener a Rhaenyra como símbolo? ¿Qué pasará entre la reina negra y Daemon? Todo esto y más está por verse. Lo que está claro es que entre el próximo 28 de julio y el 4 de agosto, el final de la segunda temporada de La casa del dragón será un hecho. Hasta entonces, seguiremos desentrañando esta historia en desarrollo.

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